17/06/2019HISTORIA

17 de junio: Día Nacional de la Libertad Latinoamericana, en conmemoración del fallecimiento del General Martín Miguel de Güemes.

Güemes, uno de los héroes de la Patria.

Casi desconocido para buena parte de los argentinos, hasta hace unos pocos años atrás que los salteños lograron que fecha de su muerte sea considerada una efeméride. Amado por los salteños, sin ninguna duda.

Desde 1999 la República Argentina estableció el Día Nacional de la Libertad Latinoamericana por virtud de la Ley 25.173, en conmemoración del fallecimiento del General Martín Miguel de Güemes, quien fuera defensor de la frontera norte contra la invasión realista, lo que permitió al General San Martín encarar sus campañas de Chile y Perú.

El General Martín Miguel de Güemes fue un bravo combatiente en los albores de nuestra patria.

Respondió al llamado del Virrey de España y vino con sus hombres a defender la tierra en las invasiones inglesas.

Cuenta la historia que, con sus jinetes, tomó un barco inglés –el Justine- que estaba anclado en el puerto de Buenos Aires. Bien a lo gaucho. Y fue un elemento fundamental para que San Martín pudiera llevar a cabo su plan de liberación de América del Sur de las fuerzas Realistas. Se encargó, con sus gauchos, de contener los intentos de penetración en lo que es hoy el territorio argentino de las fuerzas españolas.

Para conocer más sobre Güemes la consulta a la Profesora de Historia Gladys Meyer.

“Fue la mano derecha de San Martín para poder vencer a los Realistas. A veces, en clase, hago un sondeo para ver cuánto saben los chicos de Güemes y la verdad que no es mucho. Buscando en libros de texto de la escuela primaria y secundaria no es mucho lo que se dice, o directamente no aparece. Está muy bien que se lo reivindique y está bien que se haya logrado el objetivo que se habían propuesto los salteños, que sea reconocido como se merece”.

Aporta que Martín Miguel de Güemes participó hasta en las luchas de rechazo a las invasiones inglesas en Buenos Aires.

“El Virrey había llamado a todo el Virreinato a que acudiera para ayudar y colaborar, porque se presumía que en cualquier momento los barcos ingleses iban a llegar al puerto de Buenos Aires. Él participa, hace un buen desempeño y vuelve a su Salta”.

Era un rebelde o por lo menos algo indisciplinado: “cuando él integra el Ejército del Norte, que entonces estaba al mando de Manuel Belgrano, tiene una seria discusión con otros oficiales por cuestión de polleras. En ese momento Belgrano lo sanciona y lo manda a Buenos Aires, por insurrecto. A Güemes no le gustaba, porque el aire de Buenos Aires no le hacía bien a su salud. Pero San Martín, cuando comienza con la estrategia del plan del cruce de los Andes, considera que necesita un hombre aguerrido, que conozca la zona y sobre todas las cosas que tenga sentido de patria. Pide que sea Güemes quien esté a cargo del ejército criollo”.

San Martín pide especialmente a Güemes que “no vista el uniforme, que conforme un ejército particular. Era insurrecto, no era fácil su carácter para lo que era en aquel momento la oficialidad”. Esos gauchos de Güemes son ni más ni menos que los pobladores de Salta. La Profesora Gladys Meyer recomienda una película, “La guerra gaucha” (película de Demare), que lamentablemente está todavía en blanco y negro, basada en un clásico de la literatura histórica argentina (escrito por Leopoldo Lugones y publicado en 1905).

“La película es genial, lástima que está en blanco y negro. Actúan los grandes, como Francisco Petrone, Enrique Muiño, entre otros. Ahí explican el sentimiento del pueblo salteño por defender su territorio”.

“La guerra gaucha se inicia como contrapartida al avance del ejército español por el norte. San Martín decía que, si no ponía a alguien fuerte en el norte, que evite que los españoles entren y ataquen por la retaguardia, su campaña no iba a tener sentido. San Martín es un estratega de primera línea. Cree que, con Güemes, que es insurrecto, que no lleva uniforme, que todos ya saben que se peleó con las autoridades y demás, no lo iban a tener como peligroso”.

Agrega que “muchos de los que combatieron con Güemes ya habían estado en el ejército. Pero se sacan el uniforme, visten de gauchos, cuidan las cabras, las ovejas, el ganado de cada uno. Pasan inadvertidos, pero son los que van viendo el movimiento de las tropas españolas”.

Güemes no hacía batallas convencionales, hacía guerra de guerrillas. “Tenían muchas artimañas los pobladores para ir avisando de la presencia de tropas españolas. Por ejemplo, el repiquetear de las campanas de las iglesias. De acuerdo a tantas campanadas indicaban que venía la tropa, si eran pocos, si eran muchos. Tenían un código. Esa fue la picardía que tuvieron. Otra cuestión era atacar y desaparecer, guerra de guerrillas. Esta técnica no es americana; empieza en España con las invasiones francesas. Y se instaura en América como un fuerte cimbronazo para el ejército español, que no pueden contrarrestar”.

¿Cuánto le debemos al pueblo salteño, entonces? “Todo –responde Gladys Meyer- yo creo que a Salta y Jujuy le debemos la independencia. Los jujeños con el éxodo y tantas otras cuestiones históricas, que no se ven en profundidad en la escuela. Y eso me causa un dolor tremendo.

Debemos instalarnos más en la historia, en por qué somos independientes. La lucha del pueblo argentino es impresionante. Y no la veo en los libros de texto”.