03/08/2019GREMIOS

Liliana Torga, Carlos Castagñari y Marta Pérez.

Hacedores, cada uno desde su lugar, de parte de los 60 años del Centro de Educadores Suarense.

Liliana Torga fue muchos años la Secretaria General del gremio que nuclea a buena parte de los docentes de Coronel Suárez, el Centro de Educadores Suarenses.

Carlos y Marta fueron a lo largo de varios años integrantes de las comisiones directivas, y en ese carácter Delegados ante la FEB y ante los organismos nacionales que se fueron creando, buscando aglutinar a los docentes de todo el país en la lucha por sus derechos.

“Estoy feliz de compartir estos momentos con los compañeros, de reencontrarnos”, dice Marta Pérez.

“Es una oportunidad de recordar otros tiempos y viejas luchas. Se sabe que siempre el docente tuvo dificultades para su sueldo, su lugarcito, su espacio. Y nosotros acá, en este gremio, siempre los hemos escuchado, les hemos prestado la oreja. Hemos tenido que viajar mucho, en tiempos en que no había celulares. Con Carlitos éramos Delegados y tuvimos que viajar a La Plata. En un momento dado se quiso formar CEA, Centro de Educadores Argentinos, y teníamos que viajar no sólo a la provincia, sino a Formosa, a Chaco, a Santiago del Estero”.

Cuenta también Carlos Castagñari que “viajábamos a esos lugares de reuniones. Porque la FEB pasó a integrar la CEA. Después, a partir del último congreso que se hizo en San Luis, la FEB se desprendió de la CEA, porque tenía colores políticos. Y uno de los fundamentos de la FEB es que es un gremio apolítico”.

Recuerdan que después hubo otras experiencias de integración nacional, pero esas recorridas les permitió ver otras escuelas y otros docentes.

“Hemos visto a docentes dando clase debajo de los árboles, o que los cargos de dirección eran sucesorios. Cosas que acá no existen, hay que rendir. Vimos muchas cosas injustas”.

Liliana Torga, con 25 años de afiliada, sumó 20 como dirigente en el gremio. Recordó que “el gremio tuvo sus etapas. En sus inicios fue muy pequeño el grupo que trabajó. En la época de los militares se trabajó casi a puertas cerradas –me lo contaban Pocha, Margarita y algunas de las fundadoras-; en los inicios los dirigentes se pagaban los viajes a La Plata, para asistir a las reuniones. En la dictadura la actividad estaba prohibida y se trabajó poco y a puertas cerradas. Y con la democracia volvieron los gremios a trabajar, y con las nuevas comisiones logramos tener en distintos lugares el funcionamiento del Centro, hasta que logramos comprar esta sede y reformarla, con el esfuerzo de todos los socios”.

Destaca la importancia de permanecer apolítico: “eso ha sido muy importante, y más en este momento, donde uno se da cuenta cómo es el tema de la política. Estamos en plenas elecciones y aquí no se hace política. Vienen los afiliados a hacer sus trámites, a buscar bonos, pedir un viaje, pedir la residencia, pero no tiene nada que ver la política”.

El Centro de Educadores Suarenses y algunos de los dirigentes que contribuyeron a hacerlo grande, para llegar al presente que viven hoy.
El próximo jueves estarán celebrando en el Mercado de las Artes el 60° aniversario de su fundación.