UNS: el mejor promedio de la última Colación de Grados fue para la farmacéutica suarense Florencia Anahí Sotelo
Fue la graduada más destacada en la última entrega de diplomas de la casa de Altos Estudios.
La última entrega de diplomas de 2024 tuvo lugar en el Aula Magna de avenida Colón 80.
El listado completo de flamantes profesionales es el siguiente:
Doctor en Biología: Daiana Noelia Lera y Cristhian Alan Yeguerman.
Doctor en Bioquímica: Sofía Stupniki.
Doctor en Economía: Juan Marcelo Virdis.
Doctor en Química: Marianela Zoratti.
Doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos: Carolina Ghilardi.
Especialista en Bioquímica Clínica, Área Parasitología: Lucas Emanuel Ranilla.
Especialista en Economía y Gestión de los Servicios de Salud: Cristina Isabel Bascur, Ana Laura Corinaldesi y Ariel Sebastián Rubio.
Ingeniero Agrónomo: Romina Belén Kunusch, Juan Gabriel Lamberto y Lucio Mazzieri.
Bioquímico: Melanié Belot, Sofía Ibarguren, Carolina Francisca Inostroza, Brian Ezequiel Martín, Rosario Lucía Martín y Cinthia Denise Vettori.
Farmacéutico: Florencia Anahí Sotelo.
Licenciado en Administración: Rocío Belén Abregú, Noelia D`Annunzio y Ludmila Main.
Técnico Universitario en Acompañamiento Terapéutico: Cinthya Margarita Del Valle Ocaranza y Stefania Nicole Salgado.
Ingeniero en Sistemas de Información: Nicolás Martín Leidi y Julián Ignacio Piñeiro.
Licenciado en Ciencias de la Computación: Emanuel Tiradani.
Abogado: Milagros Macarena Ferrari, Martina Lutz, María de los Ángeles Palmerola, Ana Catalina Piermarini, Tomás Arturo Santos Armas y Micaela Alicia Stang Núñez.
Licenciado en Economía: Aitana Luz Endara y Luisina Patrizio.
Licenciado en Turismo: Sabrina Giulia Sacomani.
Licenciado en Ciencias Geológicas: Patricia Noemí Arias Sáez, Juan Manuel Bevacqua, Eliana García, Catalina Viñals Prendes y Geraldine Aylén Vogel.
Ingeniero Civil: Lucio Ezequiel Cornejo y Tittarelli Lautaro Schaab.
Ingeniero Industrial: Florencia Yael Izcovich Burstein, Jeanette Rodríguez y Gonzalo Ariel Sánchez.
Ingeniero Mecánico: Leonardo Ángel Cardozo.
Ingeniero Electrónico: Romina Rocío Matélica.
Técnico Universitario en Emprendimientos Audiovisuales: Gonzalo Emanuel Díaz.
Ingeniero Químico: Solana Natalia Carreño Tanos, Juan Cruz Muñecas, Camila Soledad Scarfi y Marco Sebastián Spina.
Ingeniero en Alimentos: Giuliana Bongianino.
Discurso del decano de Ciencias e Ingeniería de la Computación, doctor Diego Martínez
Una de las revoluciones recientes de la tecnología es la facilidad con la que podemos hablar con las computadoras.
Hace algunos años empezamos a interactuar con asistentes virtuales como Alexa o Siri, y mas recientemente con agentes conversacionales como ChatGPT o Gemini.
Ya sea hablando con nuestra voz, o escribiendo nuestras palabras, esa barrera de comunicación con la tecnología está sin duda extinguiéndose y deja de ser ciencia ficción para convertirse en realidad cotidiana.
Hace unas semanas, durante una charla informal con docentes y becarios, alguien me preguntó si suelo saludar a ChatGPT al hacerle una pregunta.
Creo que lo he hecho muy pocas veces… o quizá ninguna.
Simplemente abro la aplicación o el navegador y hago mi consulta directamente, sin mayor ceremonia.
Me di cuenta, además, que tampoco suelo agradecer sus respuestas al final del diálogo.
Obtengo lo que quiero, y me voy.
Nunca un “gracias”.
¿Lo hacen ustedes?
¿Saludan a ChatGPT?
¿Le agradecen?
Los días siguientes me quedé reflexionando al respecto.
Me cautivó particularmente el tema de las “gracias”.
Según los investigadores Robert Emmons y Michael McCullough, la gratitud se compone de dos pasos en un proceso cognitivo:
1) reconocer que uno a obtenido un resultado positivo, y
2) reconocer que existe una fuente externa responsable de ese resultado positivo
El primero es una afirmación de que la bondad existe, y el segundo es descubrir de dónde viene esa bondad.
En nuestra vida cotidiana, la gratitud suele ser interpersonal: agradecemos a quienes nos ayudan, nos inspiran o nos acompañan, si bien también podemos sentir gratitud hacia otras cosas: hacia la naturaleza, el destino, incluso el clima.
En esencia, reconocemos que otras personas, o incluso poderes superiores, si tenemos una mentalidad espiritual, nos dieron muchos regalos, grandes y pequeños, para ayudarnos a lograr el bien en nuestras vidas.
Pero la expresión de gratitud (el “gracias”) hacia los agentes conversacionales, hacia la inteligencia artificial, es un aspecto interesante... y nuevo.
Esto me llevó a recordar debates de años pasados sobre nuestra interacción con la inteligencia artificial, la sociabilidad de los robots y las cuestiones éticas que surgen.
Hay investigadores que promueven la sociabilidad a nivel humano, y otros opuestos, como por ejemplo en 2010, Joanna Bryson escribió un artículo titulado “Los robots deberían ser nuestros esclavos”. Allí plantea que los robots están sobre-personalizados y deberían deshumanizarse, y enumera ciertas ventajas y principios para sostener esta posición.
Ahora bien, es cierto que la tecnología no se ofenderá si no le agradecemos.
Y si le agradecemos, no tendrá ningún efecto en la tecnología.
Sin embargo, los actos de gratitud, aún en estas condiciones, tienen un impacto directo, no en el otro, sino en nosotros mismos.
Según Cicerón, la gratitud es “la mayor de las virtudes”; y “la madre de todas las demás virtudes”, generadora e intensificadora de otros sentimientos positivos.
De hecho, existen investigaciones recientes que respaldan esta opinión.
Está probado que las personas agradecidas tienden a ser más felices y a sentirse más satisfechas con sus vidas. Además, la gratitud fortalece nuestros vínculos sociales, enriquece las relaciones y sustenta las bases de la sociedad humana.
Está demostrado que la gratitud contrarresta directamente los sentimientos y rasgos negativos, como la envidia y la comparación social, el narcisismo, el cinismo y el materialismo.
Esto es particularmente interesante en una cultura donde cualquier puesto menor que tu trabajo soñado es un fracaso, en donde tenes que tener grandes experiencias todo el tiempo, ser atractivo, tener muchos amigos, obtener algo de popularidad, encontrar tu alma gemela… y solo aquellos que logran eso son “verdaderamente felices”.
Una cultura que a veces promueve esa sensación de que las cosas en nuestras vidas no son como deberían ser.
La gratitud se vuelve, entonces, un ingrediente importante en nuestro desarrollo como profesionales, un repelente de emociones negativas.
Una predisposición hacia la gratitud es saludable porque, al fin y al cabo uno puede pensar ¿Qué poseo realmente que no haya sido en última instancia un regalo? Reconocer lo bueno alrededor nuestro, con humildad, nos fuerza a vivir el presente y prestar atención a lo que tenemos.
Aquí está lo interesante del planteamiento inicial.
En última instancia, la gratitud tiene menos que ver con el otro y más con lo que refleja sobre nosotros como seres humanos.
El otro pasa a segundo plano.
Podemos sentir gratitud con las computadoras, que no se darán cuenta de ello.
De igual manera podemos sentir gratitud con quienes ya no están, y tampoco lo sabrán.
En esta sala tenemos el cuadro de San Martín porque los argentinos sentimos gratitud hacia él.
Pero eso él no lo sabe, y de hecho nunca lo supo ni en sus últimos días.
Y su imagen acá también es relevante en nuestro análisis. Está claro que colgar un cuadro y decirle gracias no es suficiente.
La gratitud no es el final de una conversación (como las gracias finales del diálogo con ChatGPT), sino el comienzo de una responsabilidad: la de honrar a quienes nos apoyaron… devolviendo, creando y contribuyendo.
La verdadera gratitud va más allá de las palabras. Se refleja en cómo usamos lo que aprendimos para impactar el mundo.
Los actos de colación de grados como éste son una comunión de gratitudes.
Los graduados seguramente sienten gratitud:
Hacia sus familias y amigos, por el apoyo brindado en este camino.
Hacia los docentes, por los conocimientos compartidos.
Hacia los nodocentes, por su trabajo indispensable, aunque menos visible.
Y especialmente hacia la Universidad Pública, que es un esfuerzo colectivo que representa el compromiso de toda una sociedad.
Pero en un acto en donde colmamos de felicitaciones por los logros recibidos yo quiero practicar la humildad del agradecimiento.
Quiero que la colación de hoy, la última del año, y en vísperas de Navidad, sea también una manifestación de agradecimiento HACIA los graduados.
Sepan que la Universidad, quienes la conformamos, también sentimos gratitud por ustedes.
Gratitud por haber pasado por nuestra institución y habernos permitido conocerlos.
Gratitud por escuchar nuestras ideas y luego hacerlas suyas o discutirlas.
Gratitud por mostrarnos las formas de las nuevas generaciones, siempre renovadas, con su manera de ver el mundo y sus ideales de cambio.
Pero, sobre todo, gratitud porque han hecho el esfuerzo necesario para merecer la Universidad Pública que es una construcción colectiva de la Nación, un regalo a sí misma.
Queda camino por recorrer, y está en cada uno de nosotros hacerlo correctamente. Con gratitud por los regalos recibidos.
Pero por lo menos hasta aquí, creo que todos los presentes hemos cumplido el rol que nos corresponde todos -familiares, docentes, estudiantes, nodocentes-.
Porque aquí buscamos algo más que celebrar logros individuales. Buscamos, juntos, aportes para construir un mejor país, con la esperanza de que las nuevas generaciones sean mejores que las anteriores.
Por eso hoy, luego de concluir el acto, todos, pero especialmente los graduados, podremos salir del edificio con la suprema e inexplicable satisfacción de haber obrado bien, satisfacción que acompaña hasta el sepulcro
Frase que no es mía, sino de José de San Martín quien (me gusta pensar) nos mira desde ahí con satisfacción porque cada graduación que celebramos aquí es… gratitud… es una muestra pequeña pero válida de que nos merecemos la Nación que hace muchos años ayudó a liberar.
Con gratitud entonces, los recibiremos aquí en el escenario, a los graduados y familiares.
Gracias
"Este título es un testimonio de todo lo que hemos superado".
Discurso de Nicolás Martín Leidi, flamante Ingeniero en Sistemas de Información
Hoy celebramos un logro que es fruto del esfuerzo, la dedicación y el apoyo de quienes nos acompañaron en este camino. Hemos llegado a este momento después de años de estudio, sacrificios y desafíos que pusieron a prueba nuestra determinación.
Por eso, quiero comenzar agradeciendo a nuestras familias, que siempre estuvieron a nuestro lado. Su paciencia, amor y fe en nosotros fueron esenciales, incluso en los momentos en los que el camino parecía más difícil. Este logro también les pertenece.
También agradecemos a la universidad y a nuestros profesores, quienes no solo compartieron su conocimiento, sino que nos desafiaron a pensar críticamente, a innovar y a crecer como personas y profesionales. Nos impulsaron a ir más allá de nuestras zonas de confort y a prepararnos para un mundo en constante cambio.
Quiero dedicar unas palabras a mi abuela María, quien sé que hubiese querido estar presente en esta ocasión. Aunque ya no está con nosotros, su amor, valores y ejemplo siguen siendo una fuente de inspiración en mi vida. Este logro también es suyo, porque en cada paso del camino me ha acompañado desde el recuerdo y el corazón.
Un agradecimiento especial a la Fundación Pampa Energía, que me ha acompañado desde el secundario. Su apoyo fue fundamental para abrirme puertas y motivarme a alcanzar mis metas. Gracias por estar ahí y por demostrarme que con compromiso y ayuda, los sueños pueden convertirse en realidad.
A mis compañeros graduados, quiero decirles que este título no es solo un certificado; es un testimonio de todo lo que hemos superado. Recordemos las largas horas de estudio, los proyectos que parecían interminables y los momentos en los que pensábamos que no lo lograríamos. Cada uno de esos desafíos nos formó, nos fortaleció y nos preparó para enfrentar lo que viene con confianza y valentía.
Hoy cerramos una etapa importante, pero también abrimos la puerta a un futuro lleno de posibilidades. Que este logro sea un recordatorio de nuestra capacidad de superar obstáculos y de construir algo significativo para nosotros y para los demás.
Sigamos adelante con gratitud, con esperanza y con la certeza de que lo mejor está por venir. ¡Felicitaciones a todos los graduados y muchas gracias!
Fuente: La Nueva.