Pedagogía del autoritario vs. pedagogía de la emancipación.
Se refirió sobre el particular la Profesora Mariela Kleiner, que es educadora y Vicedirectora de los Institutos N° 160 y N° 48.
Hace unos días atrás surgió una publicación en las redes sociales sobre la Pedagogía del Autoritario, llamando la atención sobre los signos de autoritarismo.
Consultada, Mariela Kleiner explica a La Nueva Radio Suárez que “es interesante poder empezar a pensar en una pedagogía autoritaria, para después terminar de ubicarnos en lo que sería una pedagogía de la emancipación o poder pensar la autoridad de otra manera. Nosotros sabemos que estos conceptos, estas ideas, todavía siguen estando arraigadas en la sociedad”.
Agrega que “hay formas de educar que ya no deberían estar presentes, o formas de manejarse en las diferentes instituciones. En mi caso hablo de las instituciones educativas, específicamente. Estas formas que deberían estar en desuso en la sociedad y, sin embargo, siguen estando. Esta imposición de ideas, necesidad de enseñar y recibir solamente obediencia. De nombrar al que piensa diferente, o al que tiene una postura diferente, como un rebelde o como un subversivo, como un revolucionario, como un maleducado. No hay dudas que cuando se ejerce la autoridad y que sí debe ejercerse, en las instituciones obviamente, desde un equipo directivo, docente”.
Analiza Mariela Kleiner que “esta autoridad hoy se encuentra sumamente interrogada. Porque si uno no es autoritario, o no es rígido, o no tiene un solo método de hacer que las cosas funcionen, parece que fuera definido como débil o con otros conceptos, que lejos de estar cerca del concepto de autoridad tienen que ver hoy con otras posibilidades de ejercer la autoridad, que son más emancipatorias. Que dan lugar al otro, a la construcción con el otro. Eso es lo que debería ser en todas las instituciones”.
Estas formas de construcción “tienen un perfil político y filosófico. No político partidario, pero es un posicionamiento hoy poder pensar si ejerzo la autoridad desde un lugar más cercano a la imposición de ideas. O si ejerzo la autoridad pudiendo construir con el otro. Este es el camino al que se quisiera ir, a 37 años de la democracia en nuestro país”.
En el sistema educativo, que tiende a ser muy verticalista, fácilmente aparecen los estereotipos del autoritarismo. A esta consideración la Profesora Mariela Kleiner dice que “el sistema educativo es verticalista y, a veces, hay que lidiar con determinadas cuestiones, donde en oportunidades no se terminan de resolver situaciones que se podrían resolver mucho más fácilmente. El verticalismo supone rigidez, y el ejercicio de la autoridad que se ejerza no de manera individual, no pensándola como el que domina y el dominado, pensando en lugares de decisión. Sí es importante que haya responsables, referentes, en lugares de decisión, donde también hay asimetría porque se supone que si alguien llegó a lugares de decisión está legitimado, porque rindió un concurso, prueba de selección, etc., pero esa autoridad hoy, lo dice Beatriz Greco, Ana Harendt y otras, que quien autoriza debería entrelazar las subjetividades. En un tiempo y en espacios comunes. Las nuevas generaciones necesitan ser acompañadas y conducidas para poder desarrollar sus ideas, sueños, qué quieren hacer y lograr. Pero la autoridad tiene que poder autorizar lo nuevo. Logrando este trabajo tan importante que es la emancipación. Es lo contrario de autoritarismo. Es poder pensar, siendo un puente que deja pasar, habilita, acompaña las trayectorias. Pero que, si se ubica en un lugar inconmovible, jerárquico, solamente puede construir obediencia. Solo construye la autoridad, desde un individualismo irresponsable”.