12/04/2018EDUCACION

Está en Coronel Suárez la Dra. Esther Díaz. En una visita organizada por Contando La Ciencia.

Es Dra. en Filosofía, Epistemología y Ensayista argentina. Brindó una charla para jóvenes bajo el concepto “Cuerpos jóvenes y teléfonos inteligentes; estudio, amistad, amor y sexo”. Interesante conferencia de prensa en el Gran Hotel, acompañada por el grupo de profesores de “Contando La Ciencia”, docentes y directivos de los institutos que se encargan de la formación docente, además de los representantes de los gremios. Ante los medios periodísticos expresó, entre otros conceptos de gran significación: “yo entré a la universidad con la idea de ser doctora. ¿Por qué? Lo analizo ahora que mi papá, quien pensaba que el poder lo podían tener los hombres, obviamente lo siguen teniendo, decía: ‘esta me va a traer el doctorcito’. Quiere decir, me iba a casar con un doctor. En ese tiempo no se le contestaba a papá ni a mamá y pensaba ‘yo voy a ser la doctorcita’. Yo soy la primera universitaria de mi familia. Es cierto, yo lo debo todo a mi familia. Porque fue contra ellos que hice todo lo que hice. Fue resistiendo. En realidad, no le debo nada”.

Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde también obtuvo el Doctorado en Filosofía. Ha sido docente en el CBC de la universidad, ha dictado diversos seminarios de posgrado en diferentes universidades del país, ha dictado numerosas conferencias en universidades de toda América Latina. Desde 1998 dirige la Maestría en Metodología de la Investigación Científica en la Universidad de Lanús, donde también se desempeña como profesora e investigadora. Ha publicado diversos libros y artículos que son de consulta permanente para los docentes y que se utilizan para la enseñanza en ambientes académicos.

En Coronel Suárez, en la mañana del miércoles, la Dra. Esther Díaz desarrolló la primera de dos charlas que está brindando en su visita a la ciudad. Fue para un numeroso grupo de jóvenes con quienes abordó el tema “Cuerpos jóvenes y teléfonos inteligentes; estudio, amistad, amor y sexo”. Fue en el anexo de la Educación Secundaria N° 1, que está en Belgrano y Urquiza.

Contando La Ciencia anticipó, a través de la docente Patricia Steinmetz, que este año es “XXL para la entidad, porque este es un año muy amplio, que implica el trabajo interdisciplinario. Lo estamos comenzando con una grande, como corresponde, con Esther Díaz, y con instituciones de nuestra comunidad que se ocupan de la formación docente y el respaldo del docente. Contamos con el apoyo de FEB, SUTEBA, UDOCBA, con los Institutos N° 160 y N° 48 y la EES N° 1”.

En la presentación ante los medios de prensa de la ciudad, la Dra. Díaz agradeció la presencia de los gremios docentes.

“Recorro el país haciendo este tipo de charlas y de contactos, y nunca me ha pasado, en una conferencia de prensa o acto similar, que estén los representantes de los gremios. Así que se me quiebra un poco la voz de emoción, porque en este momento tan difícil que está viviendo el país, y sobre todo para la gente que lucha por los derechos y la formación de los docentes, que hayan sido convocados es muy importante y hay que hacerlo notar. Estoy un poco angustiada por lo que está pasando en el país, y encontrarme con los referentes de quienes realmente nos defienden… ¡Bien! ¡Muchísimas gracias!”.

Esther Díaz es una profesional brillante. En sus cátedras en la universidad hacen cola los estudiantes para poder escuchar sus clases, asistir a sus disertaciones. Es extraordinario escucharla por los conocimientos, análisis, reflexiones que tiene para aportar. Esto que es muy valioso en sí mismo, se acrecienta, al conocer su historia de vida.

Cuenta que “cuando yo era chica no me dejaron estudiar, cosa insólita. Uno lo dice hoy y parece mentira. Mis padres eran analfabetos. Ellos eran muy trabajadores, hijos de inmigrantes, yo soy tercera generación de españoles. Somos tres hijas mujeres y la expectativa para las mujeres en aquel momento era que hicieran el primario, sí después había que llegar vírgenes al matrimonio, ser una buena madre, una buena abuela, ¡y esto se acaba señores! No había otra posibilidad. A pesar que éramos muy humildes, no podíamos salir a trabajar. Yo siempre quise ser independiente. Ante esa realidad hacía trabajos en casa”.

Aprendió a bordar, a levantar los puntos corridos de las medias de nylon, incluso ingresó a una congregación religiosa buscando independencia y cercanía a los libros.

“Cuando ingreso al convento de monjas benedictinas me encontré con la triste realidad que las monjas tampoco estudiaban. Era la peor solución. No tenía otra salida. Así que a los 20 años me casé. Cumplí con el mandato. Llegué virgen al matrimonio, como había que hacer en ese momento. Tuve dos hijos y la desgracia que mi marido resultó alcohólico y golpeador. Así que antes de los 25 ya estaba divorciada.

Para mantener a mis hijos estudié peluquería y puse una peluquería en un rinconcito de mi casa. A los 26 años yo sentía como un estigma el no haber estudiado. En esa época una persona de 50 años era vieja. Yo pensé que era vieja para empezar el secundario, pero me dije que, si la muerte me alcanzaba en el camino, que me alcance. A esa edad empecé a estudiar para dar primer año libre. Ahí recién hubo gente que se dio cuenta de mi capacidad diferente. Yo de chica llené un cuaderno de poesías y eso se perdió. A los 10 años mandé una colaboración mía a una revista que había en ese momento, Mundo Argentino, y a la semana apareció mi primera publicación”.

Estudió el secundario, rindiendo un año libre y cursando al siguiente presencial, en dos años hizo los cinco años que correspondían al secundario de entonces.

“Tenía claro que quería estudiar en la Filosofía y Letras. Preparé el examen. Hice el curso con compañeros míos, mucho más jóvenes que yo. Cuando nos enteramos que habían publicado el listado de los que habían aprobado el ingreso yo fui con dos chicos que habían estudiado conmigo. Se fijó uno y no estaba. Se fijó el otro y no estaba. Yo ni me quería fijar. Ellos que lo vieron me dijeron ‘fijate Esther, fijate’. Y cuando vi mi nombre entre los nombres de los que habían ingresado fue el momento más feliz de mi vida. Sentí que había logrado tocar eso que me parecía imposible”.

Se mudó para el centro con sus dos hijos. Vendió la peluquería, alquiló un departamento en el centro de Buenos Aires y consiguió trabajo en el INDEC. En cuatro años se recibió como Profesora de Filosofía y Letras con la idea del Doctorado.

En el ´73, cuando se profundizan los problemas políticos en la Argentina, Esther tuvo que dejar de estudiar su título de grado. Y para ganarse la vida vendía tizas en los colegios, repartiendo las pesadas cajas en un “fitito”.

“Cuando vuelve la democracia tengo la suerte de entrar como profesora en el CBC de la UBA. Ahí me anoto por el Doctorado. A mis 50 años defendí mi Doctorado”.

Agrega un análisis en el que vale la pena detenerse: “yo entré a la universidad con la idea de ser doctora. ¿Por qué? Lo analizo ahora que mi papá, quien pensaba que el poder lo podían tener los hombres, obviamente lo siguen teniendo, decía: ‘esta me va a traer el doctorcito’. Quiere decir, me iba a casar con un doctor. En ese tiempo no se le contestaba a papá ni a mamá y pensaba ‘yo voy a ser la doctorcita’.

Yo soy la primera universitaria de mi familia. Es cierto, yo lo debo todo a mi familia. Porque fue contra ellos que hice todo lo que hice. Fue resistiendo. En realidad, no le debo nada”.
Títulos breves
1 “Juntos por la Parroquia de Pueblo Santa María”: gran tallarinada el 25 de mayo. Organiza el grupo colaborador de la Iglesia. Domingo 25 de mayo en el Salón Parroquial de Pueblo Santa María. Valor de la tarjeta $20.000. Habrá bingo, venta de pasteles y café. “Finaliza el día patrio con un pericón institucional”.
Reservas al 2926 403296. Llevar vajilla.
2 La Dirección de Cómputos y Recaudación de la Municipalidad de Coronel Suárez informa a la comunidad que todas las tasas municipales pueden ser abonadas a través de Provincia Net.