Después de 28 años en la docencia Fabiana Maldonado recibió una cálida despedida en la Escuela Parroquial del Pueblo Santa Maria.

No fue un acto más, fue una despedida cálida, informal y preparada con mucho afecto, cariño, responsabilidad y dedicación, todos atributos que les son propios a esta docente que muy jovencita comenzó su carrera en la escuela de Antonia Pin de Reser.

Una Directora que forjó un camino y un estilo, impecable y que mereció que Fabiana Maldonado destacara en su mensaje de despedida como una de las grandes enseñanzas que recibió durante sus más de 28 años en el proceso educativo, siempre en la querida Escuela Parroquial del Pueblo Santa Maria.

En el año 1991 Fabiana comenzó a transitar sus primeros pasos como maestra de escuela.

Desde marzo del año 1993 hasta el 31 de diciembre del año 2018 se desempeñó como secretaria. En el año 1997, cuando se crea el 3º Ciclo de Educación Primaria, se hizo cargo paralelamente de la Preceptoría por unos años.

“Durante 25 años de labor ininterrumpida en la Secretaría Fabiana fue esa persona amable, simpática y de amplia sonrisa que nos recibió a todos con la calidez que la caracteriza”, según expresó Norita Heiland, la Vicedirectora del establecimiento, quien hizo la presentación del acto, donde Fabiana Maldonado fue ubicada en la primera fila junto a su familia, su esposo Ricardo, sus hijos, su madre, su hermano y sobrino, y detrás de ellas los compañeros del Movimiento para la Victoria y en otra fila destacadísima la gran y admirada Antonia Pin de Reser, Marta Prieto, Lidia Beier, Carmen, una inolvidable secretaria de la institución, Regina Streitenberger, y un montón de recuerdos, anécdotas, momentos felices y de los otros que fueron pasando durante el acto y a través de un hermoso video que se proyectó en la oportunidad.

No faltaron los regalos, las flores y el mensaje central de Luján Streitenberger, la Directora de la Escuela que leyó la despedida siempre con lágrimas en los ojos.

“Bueno, llegó el momento, el que tantas veces nos negamos a enfrentar, y si bien pasó un tiempo considerable de aquel 30 de diciembre puedo asegurarte que para mí fue ayer. Y al tratar de expresar en palabras nuestros sentimientos se me complicó mucho más de lo que yo pensaba, hay sentimientos que no se ven reflejados en ninguna palabra”.

“Fueron muchos años los que estuviste en nuestro colegio, pero yo voy a hacer referencia a lo compartido como equipo directivo, momentos de enseñanza y aprendizaje constante, momentos de felicidad, de nostalgias, de miedos e incertidumbres, momentos de luchas, momentos de risas y de llantos. Y en estos días, al armar el video y al tratar de volcar en estas hojas unas palabras de reconocimiento y despedida, tuve una sensación realmente muy extraña, una especie de negación bruja, como solemos llamarnos, y eso fue compartido con Nori también; esa negación a tener que seguir sin vos, de aceptar que ya tu tiempo por la escuela terminó. De esperar tus mensajes cada día (aunque a veces se tornaban insoportables cuando la franja de River aparecía). El trabajo como directivo muchas veces suele ser muy duro y solitario, muchas veces hasta nos sentimos incomprendidos, y es ahí en donde la fuerza surge para afrontar todo, si se tiene un buen equipo y con vos fue así.

Podíamos confiarnos todo, podíamos contar siempre con el apoyo de la otra, nos bancamos mucho durante estos años. Y eso nos dejó tremendos aprendizajes, pero sabes, igual nos quedaba mucho por aprender y ese tiempo que parecía que nunca se iba a pasar, ese tiempo de trabajar juntas, se terminó. Y con Nori te seguíamos buscando, te seguíamos esperando, hasta que al fin caímos en la cuenta que todo tiene su momento, y ahí recién pudimos pensar en esta despedida bruja, no sé si esto se puede entender, ¡pero es lo que hay!”.

“Obviamente este momento, estas palabras, el video y todo lo que preparamos es algo desestructurado e informal, porque así fue nuestra relación, una relación más allá de un cargo, más allá de un rol, por eso a este momento no podíamos prepararlo de otra manera”.

“Hoy queremos destacar tu compromiso y amor por nuestra escuela. Tantos años enfrentando diferentes dificultades, pero siempre de pie, bancándote lo que viniera con la mejor sonrisa, con la mejor predisposición, pero siempre con esa fortaleza que te caracteriza, y que en tantas oportunidades nos contagiaste”.

“Nos dejaste mucho Fabi, son tantos los recuerdos compartidos que sería imposible poder numerarlos hoy. En nombre de toda la comunidad educativa, de los docentes actuales, de tus ex compañeros, en nombre de las familias y de todos los alumnos y ex alumnos hoy queremos decirte simplemente gracias. No es fácil despedirse, pero es una enorme alegría haber sido parte de esta tu historia”.

“Sabemos que esto no es un adiós, sino un hasta luego, pues nos entusiasma saber que siempre vamos a contar con vos, las puertas de esta institución estarán siempre abiertas para recibirte con emoción y alegría. Te deseamos de todo corazón lo mejor en tu vida, que Dios te siga bendiciendo junto a tu linda familia y que la Virgen los proteja bajo su manto de amor. Te vamos a extrañar. ¡Hasta siempre seño Fabi, hasta siempre Bruja!”.

A partir del momento final del acto se mezclaron los abrazos, los cariños y afectos, la música con los chiquititos del jardín, las imágenes imborrables del video que preparó especialmente Luján, y las manos extendidas que parecían no querer detenerse, pero, en definitiva, la vida seguramente le tendrá preparado a Fabiana momentos especiales, otras responsabilidades, las alegrías familiares y mucho más que es merecedora después de la inmensa siembra en su querida Escuela Parroquial del Pueblo Santa Maria.