“Ni vencedores ni vencidos: el mandato de Belgrano desde el Norte de Epopeya”, por Martín Miguel de Güemes Arruabarrena
Quien es el chozno nieto del gran general Martín Miguel de Güemes nos hizo llegar su palabra y su reflexión en torno a un momento histórico fundamental para la liberación de estas tierras del dominio español.
El día 24 de septiembre se cumplió un nuevo aniversario de la Batalla de Tucumán, ocurrida en 1812.
Para este historiador e investigador, “ese día comienza la gloria del general Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, al derrotar a las fuerzas realistas que pretendían llegar hasta Córdoba y más allá”.
Indica que “Belgrano tuvo una desobediencia histórica: no aceptó la orden que desde Buenos Aires le decía que debía dejar el territorio de nuestro actual norte argentino. En esa desobediencia histórica tuvo hombres, mujeres y niños que lo acompañaron”.
“Luego vendría la Batalla de Salta, donde ondea por primera vez el pabellón nacional, prohibido por Buenos Aires, por Rivadavia y sus acólitos”.
“La gran victoria sería el 20 de febrero de 1813. La única victoria en el territorio de la República Argentina, en la guerra de la independencia sudamericana, donde se rindió completo el ejército realista. Ahí surgió la benignidad ante los americanos enfrentados del General Belgrano. Ni vencedores ni vencidos”, recuerda en su relato el chozno nieto de Güemes, aportando también que el general Belgrano mandó a enterrar en un pozo común a realistas y patriotas. Y en la cruz que se colocó en el lugar, esta frase.
Cierra Martín Miguel de Güemes Arruabarrena con un aporte que llama a la reflexión en los tiempos actuales: "Pasarán muchos años de la historia argentina. Lamentablemente los argentinos no hemos sabido comprender esta consigna. Y siempre hubo vencedores. Y siempre, consecuentemente, hubo vencidos. Y siempre traumas que van y vienen, de tumbo en tumba. Por eso, recordando en estos días la Batalla de Tucumán, recordando el apoyo de la Virgen al general Manuel Belgrano, quiero encomendarles a todos que comprendamos que esta línea histórica de ‘Ni vencedores ni vencidos’, es la línea histórica de la unidad nacional en la diversidad. Es comprender la pluralidad de lo nacional. Es comprender el interés común de los argentinos. Que nuestra patria pueda superar esas grietas que se ahondan por ideologismos, que alimentan aquellos que son exaltados por la libertad o exaltados por la independencia. La bandera nacional en el Paraná ondeó por primera vez apoyada por una batería que se llamaba Libertad y otra que se llamaba Independencia. No hay independencia sin libertad nos dice el eco de la historia que viene desde San Martín, Belgrano y Güemes".