“La gastronomía de los alemanes del Volga”.
Alrededor de 14 mil libros de Julio César Melchior en bibliotecas y cocinas de Argentina y el mundo.
Eso es lo que se suma si se toma en cuenta que salió a la venta en estos días la 14° edición de este libro y que, en anteriores, se imprimieron en algunas 1.000 y en otras 1.500.
Qué increíble cantidad, ¿no? Es posible imaginarlos algunos pocos, con la pulcritud de las bibliotecas, pero los más, bien abiertos, y con algunas manchas propias, que se producen cuando se cocinan las recetas, teniendo a la mano el libro. Esos están no solo leídos, están bien trabajados y han dado renovadas alegrías, al desplegar todo el olor y el sabor que reúne con la infancia, y a la comida de madres y abuelas.
Hablamos con el escritor de Pueblo Santa María, Julio César Melchior.
“¡Estoy, muy, pero muy feliz!”, dijo en el principio de la entrevista. Indica que “en cada edición venimos incorporando nuevos capítulos, nuevas recetas. Le fuimos sumando fotografías. Es como que el libro, a medida que se va reeditando, también va creciendo. Eso hace el éxito del libro, que se va superando a sí mismo, es un libro que se vende solo, se difunde solo”.
Es que a la gente le gusta mucho la gastronomía alemana. Para muchos está relacionado con su ayer, su infancia, los olores y sabores de su niñez.
“Yo recordaba en estos días que cuando la gente me escribe, sobre todo la gente que se tuvo que ir de sus aldeas, de sus colonias para Capital, o para algún lugar del país o del exterior, las tres comidas que más recuerdan y quiere recuperar son los Wückel Nudel, Maultasche, Kreppel. Son las comidas que más lo remontan a la infancia, a la cocina a leña, a la madre o la abuela, que los preparaban cuando ellos eran niños. Son las comidas que la gente más menciona, que más los remiten a la infancia. La infancia es como la patria de cada uno. Muchas familias se han tenido que ir a otros lugares y han perdido esa herencia culinaria que ahora están tratando de recuperar”.
“Este tiempo de aislamiento favorece mucho a que uno se relaje y haga algún tipo de introspección, recuerde. Y la gente se vuelva mucho a recuperar la historia y a retomar recetas de sus madres, abuelas, abuelos. No hay que olvidar que el libro también tiene recetas de cómo preparar cervezas, licores, quesos, que lo hacían, a veces, los hombres. Son diez capítulos, de una variedad bastante amplia, y es para todos los gustos”.
En su blog, Hilando Recuerdos, con cerca de 4 millones de visitas, (https://hilandorecuerdos.blogspot.com/) del sábado 6 de abril de 2019, Julio César Melchior, relata:
“La abuela Ana piensa en su madre y en las ricas comidas que le enseñó a hacer. Recuerda cuando preparó su primer Dünne Kuche, sus primeros Strudel, algunos rellenos de ricota, otros de chucrut y otros de manzana. Los Wückel Nudel con estofado de carne. Los Kleis, con cebollitas y trozos de pan rehogado en grasa, en la sartén. Los fideos caseros puestos a secar al sol, antes de cortarlos en tiras finitas para arrojarlos a la cacerola con agua hirviendo. Las largas madrugadas amasando el pan diario para hornearlo en el horno de barro. Y tantas y tantas comidas más que es imposible recordarlas a todas juntas pero que descubre en el libro.
La abuela Ana vuelve a hojearlo y una nostalgia profunda le llena el alma de sabores y aromas. El libro “La gastronomía de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, le trae al presente no solamente las recetas, los sabores y aromas de la colonia de antaño, sino también la imagen de su hogar, su familia, sus seres queridos que ya no están y la amada e inolvidable imagen de su madre”.
Ya está a la venta una nueva edición del libro “La gastronomía de los alemanes del Volga” en las librerías de Coronel Suárez, o comunicándose con el escritor Julio César Melchior.