06/01/2021CULTURA

Guillermina Victoria, artista plástica

Con sus obras por diferentes lugares del mundo

En estos días la artista plástica suarense, junto a Karina Schwerdt, artista plástica de Pueblo Santa María, estuvo exponiendo en la ciudad de Dolores Hidalgo, en México.

Ambas presentaron una obra cada una, de grandes dimensiones, de 2 x 2 metros, en base al cuento clásico de Hoffman “El cascanueces”.

Con lo cual se presentó, para ambas, la oportunidad de trascender las fronteras, otra vez.

“En un contexto tan difícil como este, la verdad que fue un gran regalo de fin de año, para Karina y para mí”, dice en el comienzo de la entrevista Guillermina Victoria.

Cuenta que el Lic. Maximiliano Grego, gestor y curador, con quien trabaja desde el 2016 –han expuesto juntos en varios museos de México-, “de hecho, en marzo, estuvimos exponiendo una muestra itinerante en el Museo Antropológico de Jalapa, que seguía hasta Canadá, pero que por la pandemia detuvo su itinerancia”; en esta oportunidad las invitó a Karina y a Guillermina “a exponer en la plaza Dolores Hidalgo de Guanajato, que es la cuna de la independencia mexicana. Es un lugar importantísimo. Tuvimos que trabajar sobre un cuento, que para el hemisferio norte es muy importante, ‘El Cascanueces’, escrito por el 1800. La obra se inauguró en Navidad, teníamos que ilustrar ese cuento, de acuerdo a la percepción de cada una. El único ítem que debíamos seguir es el color azul, que hacía a cohesión de la muestra. La interpretación era personal, a propuesta de cada artista”.

Expresa que “Karina pudo leer el cuento, y lo pudo ilustrar de manera impecable. Yo no me enganché para nada con el cuento, me pareció inconexo, anticuado, me aburrió tremendamente. Es un cuento de 100 páginas. Como no tengo esa conexión cultural que ellos tienen, tampoco me conmovió. Entonces, lo que hice, fue buscar la trayectoria a través del tiempo, y la transformación de este cuento en manos de diferentes autores y de diferentes disciplinas artísticas. Es un cuento que fue interpretado en teatro, en ballet, Chaikovski escribió una pieza musical muy conocida. Entonces, más que nada, fui siguiéndole el rastro a esa transformación creativa a través de la historia del cuento. Y tomé los personajes que más me seducían, hay una situación en el ballet, que me pareció atractiva: un juego de seducción entre la bailarina y el arlequín, y eso fue lo que representé”.

Un dibujo interesante, con un bello resultado final que incluye lápiz, lápiz grafito, carbonilla, acrílico, plateado a la hoja y lápices acuarelables para darle el color azul cobalto. Todo el proceso fue realizado en escasos tres días.

“Debíamos enviar una foto en alta resolución para que puedan imprimirse las obras en un tamaño de 2 metros, porque esto va a la intemperie. Y la obra debía hacerse en un material que resista las inclemencias climáticas”.

A la artista, ¿le gustó el resultado? Habla, Guillermina, del escaso tiempo que dispuso, y dice: “supongo que, de acá a un tiempo, cuando vea la obra, voy a tener algunas objeciones. Tampoco tuvimos mucho tiempo ni para pensar, ni para tomar decisiones. Fue instinto, pericia y volcar en la hoja todo lo aprendido, rapidísimo. Estuvimos, Karina y yo, encerradas, trabajando, sin despegar la vista del tablero. Nos ponemos en modo artista y la familia tiene que esperar, suspenderse y atendernos. Así es la dinámica”.

Hace unos días atrás, cuando se anunció al chamamé como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, novedad que fue hecha por el Embajador Interino ante la UNESCO, Miguel Hildmann, se pudo ver a sus espaldas un dibujo de Guillermina: “con él es con quien estoy trabajando desde hace tres años, en la UNESCO, con aquel proyecto de autismo, con el trabajo que hice para mujeres rurales, con la exposición que hice en París. En este momento estamos trabajando en una serie que se llama ‘Polo Sur’, que tiene que ver con la idiosincrasia del polo, con la trayectoria a través de diferentes países, volcadas en el dibujo. La obra que él tiene, la original, está en la biblioteca de la UNESCO. Al hacer la declaración pública me manda un WhatsApp con la dirección de streaming, y me pide que mire la biblioteca. Fue una sorpresa tremenda que estuviera al lado de las banderas mi dibujo de los caballitos, fue muy emocionante”.

Este año acaba de publicar con CLACSO (Consejo Latinoamericano de Sociología) un libro que se llama “Intelecto Social, procesos laborales y saber colectivo”, escrito por diversos autores de América Latina. Y ahora está trabajando en dos más: “en uno de ellos invité a Patricio Calut y a Josi De Lusarreta, con el material que habíamos producido para un proyecto que se llamó ‘Habitantes’, que tiene que ver con Epecuén. Así que en el segundo libro que va a editar CLACSO van a estar nuestras obras sobre Epecuén. Estamos en pleno proceso de edición. El primero de los libros ya está online, puede bajarse de manera gratuita. Y el segundo y el tercero estarán a disposición pronto”.

Dice Guillermina Victoria que las devoluciones, una vez que se conocen sus obras, “son maravillosas. El cariño de la gente, el respeto, la comprensión hacia mi obra es absoluta, las devoluciones son impresionantes. Muchas veces, el espectador, el amigo o el casual, habla de mi obra con mayor pericia o conocimiento de lo que yo creo que entendí de mí misma. Es un redescubrirse permanentemente, a través de la mirada del otro. Es un desafío constante y una gratitud inmensa que alguien se tome el tiempo de ver tu interior a través de algo que manifesté con un lápiz”.