Diego Ruiz Díaz. Músico, docente y lutier.

“Estoy trabajando a pleno. En plena cuarentena, trabajando con instrumentos. En estos momentos estoy haciendo una viola. Es un poquito más grande que un violín. Estoy en proceso, a punto de terminarla. Además, haciendo trabajos de arreglos de guitarras, restauraciones y trabajando con la Escuela también, dando clases”. 

En el medio de la cuarentena empezó con esta tarea de construir instrumentos de cuerda. Hizo un violín, del que le costó desprenderse, por el hermoso sonido que tenía en su resonancia. 

“La viola que estoy terminando va a ser el segundo instrumento que fabrico con el nombre mío, Cuatro Cuerdas Lutería, que es mi nombre”. 

El violín, adelanta, “quedó perfecto, muy bien. Me dio mucha pena entregarlo. Pasé mucho tiempo, muchas horas, hasta tarde, trabajando en ese violín, fue muy buena experiencia. Cuando lo terminé, cuando lo fui probando, vi el sonido que tiene”. 

Explica que ese sonido se logra “por la calidad de la madera. Y por los planos que yo conseguí, que son de violines tradicionales. Suena así por la barra armónica que lleva dentro, por todo el proceso en realidad”. 

En relación al segundo instrumento que construye, dice que “la viola todavía no la terminé. Estoy en el proceso del lustre. Justo ahora estoy haciendo un curso de lustrado, un lustre tradicional para estos instrumentos de cuerda frotada. Queda el armado final, y calculo que en unos días más ya está lista”. 

Agradece el camino que ha ido encontrando, de a poco, donde reúne en todas sus actividades la pasión por la música, desde docente constructor, hacedor de música. 

Expresa que, en esta semana, “hemos retomado de vuelta con las clases presenciales. Se hace un poco difícil a veces, porque la mayoría de mis alumnos son adultos. Hay algunos que no pueden venir o por diferentes motivos, así que muchos tienen clases virtuales”. 

Apasionado músico de violín y comprometido docente de la Escuela de Música, Diego Ruiz Díaz dice que nunca es tarde para aprender música. 

“Nunca es tarde. He tenido alumnos y alumnas que son adultos, gente mayor, que jamás habían agarrado un instrumento. Y arrancan. Se trata de constancia. Si te gusta, lo haces y lo haces bien”.