Duro reclamo de concejales de Juntos por el estado de las veredas en la Manzana de la Salud
En la última sesión ordinaria del Concejo Deliberante, concejales del bloque Juntos expresaron con contundencia su malestar ante la falta de respuesta del Ejecutivo respecto al histórico reclamo por la reparación de las veredas y rampas en la Manzana de la Salud, un pedido que se ha presentado reiteradamente durante los últimos cuatro años.
La intervención inicial estuvo a cargo de Lourdes Fernández, quien asumió con emoción y enojo que este reclamo fue el primero que presentó al ocupar su banca y, paradójicamente, el último que eleva al finalizar su mandato. Fernández comentó que el pedido se presentó ocho veces en este período, incluso retomado en ocasiones por la concejala Evangelina Arroquy, pero sin resultados. “Es una vergüenza que en cuatro años no se hayan podido reparar cuatro rampas”, mencionó, y advirtió que la manzana que debería garantizar accesibilidad es hoy “un mamarracho” que vulnera ordenanzas vigentes como la 7348, la 7780 de Ciudad Amigable y la 7878 sobre pictogramas.
La edil cuestionó que se hayan pintado pictogramas sobre rampas destruidas, calificándolo como una falta de respeto a las familias que necesitan accesibilidad real. También puntualizó otras falencias: falta de luminarias por árboles sin podar, veredas levantadas frente a la oficina de discapacidad y cuatro escalones en la entrada del hospital municipal. “Espero que alguna vez pueda pasar por ahí y celebrar que la Manzana de la Salud garantiza dignidad”, expresó.
A su turno, el concejal Juan Bonnaterre sostuvo que pocas cosas deberían ser más prioritarias para un municipio que mantener en condiciones el acceso a su hospital. Señaló que el Ejecutivo mueve “millones y millones de pesos” entre partidas, y comentó que sería razonable destinar parte de esos fondos a reparar accesos y veredas. “Deja mucho que desear. Es lamentable”, afirmó.
La concejala Evangelina Arroquy sumó que el problema refleja una falta de planificación y de prioridades. Comentó que incluso el propio edificio municipal ha retirado recientemente una rampa que garantizaba accesibilidad y que nuevos edificios, como el CREUS, presentan barreras arquitectónicas desde su inauguración. “Las obras se celebran, pero la discapacidad queda afuera del discurso práctico”, expresó.
La concejala Valeria Negrín recordó que el Concejo adhirió a una ley provincial de accesibilidad universal y que el Ejecutivo difundió esa adhesión como un logro. Sin embargo, señaló que “de nada sirve un símbolo si no se aplican políticas públicas reales”. Para Negrín, el municipio debe abandonar la idea de que el poder puede más que la sensibilidad por las necesidades de la comunidad. “La primera barrera que debe romper el Intendente es sacarse la venda”, afirmó.
Finalmente, el concejal Ricardo Salvi hizo foco en los recursos económicos. Recordó que desde 2020 el municipio cobró una sobretasa destinada inicialmente a la pandemia, que luego continuó vigente, recaudando —según mencionó— más de 528 millones de pesos. Cuestionó profundamente el destino de esos fondos: “Con esa plata hoy tendríamos dos hospitales de lujo, veredas nuevas y accesibilidad garantizada. ¿Dónde está el dinero?”. También ironizó que quizás los concejales oficialistas deberían presentar estos pedidos para que sean atendidos.
Tras los discursos, el proyecto de resolución fue aprobado por unanimidad, marcando una nueva insistencia del Concejo para que el Ejecutivo municipal finalmente intervenga en la Manzana de la Salud y garantice condiciones dignas, accesibles y seguras para todos los vecinos y vecinas que transitan a diario por ese sector clave de la ciudad.
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