15/05/2019COMERCIO

Pastas y Dispensa Vittorio.

Un lugar cálido, que remite en aroma y ambientación a la calidez del hogar, conservando tradiciones.

El lugar tiene un estilo antiguo. Recuerda las casas de antes, con aparadores de madera gastados –es parte del estilismo-, cocina a leña, latas antiguas que contienen los verdaderos amarettis, frascos de vidrio grande que guardan diferentes tipos de pastas secas…

El amplio espacio huele a salsa. Y aunque parezca increíble surge de una enorme olla que al destaparla muestra que se cocinan despacito, sobre la cocina a leña transformada a gas, una gran cantidad de tomates. Sólo falta que por algún lado aparezca la nona o la mama haciendo oír los cacharros, llamando a comer.

Este es el ambiente de Pastas y Dispensa Vittorio. En su interior el artífice de todo esto, el chef, Horacio Micolis.

“Se trata de volver a las raíces de nuestros abuelos, que es lo que hablamos siempre, tratando de fusionar con la cocina de hoy, la cocina moderna. De actualizarnos también. La gastronomía es muy amplia y tiene mucho para dar. Nosotros tratamos de estar a la vanguardia, al último tiempo, y tratar de ser creativos a la vez, que es lo que apuntamos” dice el creativo y apasionado titular del emprendimiento comercial de calle Las Heras 1343.

La salsa, que están cocinando y que esparce un delicioso aroma a hogar por todo el ambiente, está hecha con tomates naturales.

“Nosotros estamos apuntando mucho a este cambio, al cuidado de la salud y por sobre todo al valor del alimento. Estamos trabajando con todos productos naturales. Teníamos dos productos enlatados, que los eliminamos, los sacamos, y estamos apuntando mucho a la comida natural. Al tomate natural, a los champigñones frescos. Y tiene mucho cambio, tanto en el sabor como en los aromas, y en todo lo que logramos”.

Al consultarle qué es la comida fusión, explica Micolis que se trata de “fusionar las culturas. Cuando apuntamos a la comida mediterránea, a la comida italiana, a la comida francesa, española, tratamos a esas bases de fusionarlas, mezclarlas con nuestros productos base aquí en Argentina, como a los productos de campo, carne de caza, cordero, con lo que trabajamos mucho nosotros. Se trata de fusionar culturalmente la gastronomía; se logran cosas grandes y muy buenas”.

¿Qué lleva la lasaña tradicional? Responde que verdura, jamón, queso y tomate.

“Pero nosotros fuimos incursionando en otras variedades, otros sabores y hemos logrado lasañas agridulces, lasañas con hongos, como los portobellos, las gírgolas. En este caso, estamos apuntando a otras variedades que son bien amplias. Vemos que la gente como que le da el okey; va pidiendo un poco más y van exigiendo un poco más. Nosotros sabemos de qué se trata la exigencia y apuntamos a eso, a tratar de lograr algo que al cliente lo atrape y disfrute, por sobre todas las cosas”.

Consultado en torno a si Coronel Suárez está abierto a todas esas nuevas variedades, responde que “desde que he llegado aquí la gente nos ha recibido muy bien. Es más tradicional, conservadora. Y a nosotros nos fue costando, pero se fue logrando meter, a través de las degustaciones, de dar de probar, sacar la mesa afuera, compartir esto con la gente. Nos ha llevado a que la gente nos fue aceptando con el tiempo, aceptando nuevos sabores. Y a través de conocer otro mundo, otra gastronomía es muy amplia y sin límites. Apuntando aquí, es muy bueno darle a conocer más de lo que la gente conoce. Además, la gente me ha enseñado mucho en torno a los productos que tienen acá”.

Horacio Micolis ha estado en Italia, la tierra de sus abuelos, y ha cocinado en un bello escenario para todos sus familiares.

Al consultarle si los italianos son tradicionales en sus comidas o están más abiertos a nuevas experiencias de sabores comenta que “la cocina italiana es de fuerte carácter. Tanto en Francia como en Italia, España, también es muy particular, pero va por encima. España lo que tiene es una cocina molecular, se anima mucho a la cocina de avanzada, cosa que Italia y Francia no lo permiten. Tienen una raíz muy fuerte con su cocina mediterránea y con sus valores de slow food. Es sentarse tranquilo a comer, a disfrutar de la buena materia prima, del buen alimento, contrario al fast food, que es la comida rápida que no da tiempo a nada. En Italia disfrutan de una buena materia prima y por sobre todo le dedican el tiempo al buen comer y a comer menos comidas grasas, y bien combinadas. Y siempre con el alimento natural”.