02/06/2020CIUDAD

Orgulloso de ser Bombero. Luis Meier lleva 21 años como Bombero Voluntario.

“Cuando por el Handy se escucha “¡Atento la Guardia! ¡Atento la Guardia!” en cada Bombero comienza a correr una adrenalina muy grande”.

¿Qué es ser Bombero? “Cuando nos hacen esa pregunta, nosotros, lo primero que le decimos a la gente es aceptar un cambio en la vida personal de cada uno. Sí o sí tenes que aceptar que la vida tiene un giro de 180 grados. No podés dejar de aceptar en las responsabilidades y obligaciones que te depara ser Bombero. Y en todo lo que tenes que dejar para cumplir la función, fundamentalmente, en lo que refiere a la familia” nos expresa Luis Meier.

Se trata de aceptar “que la vida cambia totalmente. Tanto en lo laboral, familiar, como en la parte recreativa. Cuando lo deciden tienen que estar convencidos. Sino, al tiempo se van a dar cuenta si están preparados o no” dice este servidor público entrevistado en el Día del Bombero Voluntario.

Hay que estar continuamente “haciendo cursos de capacitación, cuando uno va ascendiendo, estar conociendo a la gente, preparándola, conocer cuáles son sus limitaciones, sus virtudes. Porque, cuando uno va a un servicio, de cualquier índole, tiene que saber con quién está contando. Porque cuando da una orden tiene que estar seguro que puede ser cumplida, para hacer el servicio de la mejor manera y poder terminar con la labor lo antes posible”.

Dicen que sentir miedo es de personas inteligentes. Ante la pregunta de si sintió miedo en algún momento, señala que “no sé si es sentir miedo. Uno por ahí más se preocupa por lo que deja. Por ahí, suena el Handy a las 2 de la mañana y uno sabe que hay más de 50 familias que se enteran que estamos saliendo con el mejor o peor tiempo. Porque por ahí, cuando la gente se mete debajo de la mesa, por decirlo de una manera, nosotros estamos saliendo, arriesgando nuestra vida, nuestro vehículo y dejando la familia, que no sabe a qué vamos. Una vez que llama el Handy uno se selecta en Bombero, y lo que quiere es concurrir la misión lo más rápido posible, y estar lo antes posible con su familia, sanos y salvos”.

“Siempre hay cositas que uno deja”, dice Luis Meier, enumerando festejos familiares, las noches del 24 o del 31. Y agrega: “yo soy orgulloso de ser Bombero, y no lo cambiaría por nada. Quiero, siempre, cumplir de la mejor manera, solucionarle el problema que tenga cualquier persona, lo más rápido posible. Para eso nos preparamos y estamos siempre disponibles. Somos uno de los pocos servicios que está los 365 días del año, las 24 horas del día, al pie de cañón. A nosotros nos gusta, y queremos estar ahí. No porque queramos que haya servicio, sino porque queremos solucionar el problema que tiene la persona”.

Cuando por el Handy se escucha “¡Atento la Guardia! ¡Atento la Guardia!” comienza a correr para cada Bombero una adrenalina muy grande. 

“Queremos enseguida saber qué es lo que pasa, que nos den más información. A veces se puede, a veces no se puede. Cuando se escucha la sirena ya estamos en la calle, yendo hacia el servicio”.