09/12/2019CIUDAD

“No podemos aceptar la forma en la que tuvo que terminar sus días”

Laura, hija de Tomás Schwab, a quien la semana pasada asesinaron, a los 91 años, en su casa de Pueblo Santa Trinidad, no sale del estupor. Y lo peor es que el acusado vive a metros de su vivienda.

Don Tomás Schwab era un hombre honesto, simple, sencillo, sin segundas intenciones, y muy respetuoso de sus compromisos.

Era una persona conocida en Pueblo Santa Trinidad y muy querida.

La noche del último jueves de noviembre, un delincuente ingresó en su domicilio y, antes de robarle -no más de 2 mil pesos y algunas pocas joyas-, le aplicó más de 20 puñaladas y le dio muerte.

A días del trágico suceso, Laura no ocultó su tristeza y desazón por la pérdida de su padre.

“Mi papá andaba muy bien, fue un horror lo que le pasó. Incluso tenía los corderos carneados para las Fiestas. No encuentro a alguien que hable mal de él, por eso también la conmoción en todo el pueblo. Por sus actividades lo conocía mucha gente. No podemos aceptar la forma en la que tuvo que terminar sus días. Era una persona querida”, abrió su relato.

Don Tomás tenía 91 años y todas las mañanas esperaba a su hermano Florentino, de 93, para emprender sus tareas diarias.

“Hacían la recorrida para ver la hacienda y el agua. No era mucho lo que podían hacer, pero era su rutina y lo que los mantenían activos y con ilusiones y proyectos”, contó su hija.

Según Laura, Tomás “tuvo una vida muy rutinaria, con una conducta de madrugar a las 6 de la mañana, desayunar y esperar a que llegara mi tío. Charlaban de todo un poco antes de iniciar a realizar sus actividades, que muchas veces las hacían juntos. Recorrían unas chacras aledañas al pueblo y él volvía para almorzar. Con mi marido comíamos junto a él, dormía la siesta, y luego le encantaba conversar. Atrás de la casa tenía un patio con gallinas, por lo que también se abocaba a eso, por la tardecita hacía algunos mandaditos y luego se tomaba un vermucito y ya sobre las 22/23 se iba a acostar”.

Un año y medio antes de esta desgracia, el hombre había sufrido la pérdida de su mujer. Juntos criaron a Laura y otros 6 hijos.

“Mi papá se había acostumbrado, dentro de todo, a la falta de mi mamá, ya que nosotros lo acompañábamos mucho”, sostuvo.

Tomás estaba al tanto de lo que sucedía, leía mucho y se informaba de todo.

“Le llevábamos el diario, porque no era de estar sentado sin hacer nada. En este último tiempo estaba con su bastón, por un problema en una de sus rodillas, pero decía que se sentía bien y con la mente súper lúcida”, comentó.

“En sus épocas fue colaborador de diversas instituciones del pueblo e incluso fue socio-fundador de la Cooperativa Eléctrica, en el jardín, escuelas y clubes. No era hincha de ningún club, pero era de escuchar y ver los partidos. Estaba al tanto de todo”, recordó.

"Las malas compañías"

El supuesto autor del hecho es Felipe Delías, de 21 años, quien al declarar dijo ser inocente.

Laura lo conoce y de allí también su estupor.

“No sospechábamos de este chico, sinceramente. Si bien vivía a pocos metros de acá, hacía mucho tiempo que no lo veía. Trabajé en la misma escuela donde iba este chico”, dijo Laura.

La mujer contó que “los padres y los abuelos nos acompañaron en el velatorio, si bien su padre no tiene gran fama, sus abuelos son excelentes personas e incluso me encontré con una de sus tías y ella no sabía cómo pedirnos perdón. Los chicos se hacen grandes y a veces las malas compañías pueden llevarte por mal camino”.

“¿Si lo perdonaré algún día?. Hoy no sabría qué decir, pero sí quiero que se pague por lo que le hicieron a mi papá. Tampoco tengo animosidad, pero no me gustaría cruzármelo en unos meses en la calle. No soy peleadora y por eso es que entendí a la tía. Lo importante sería que no se repita, porque acá jamás sucedió un hecho de esta naturaleza”, sostuvo.

“Ví mucha maldad”

La mañana del viernes 29 de noviembre -posterior al hecho-, Florentino, como era rutina, llegó a la casa de su hermano Tomás. Iban a cargar hacienda.

Como nadie le respondía, observó por una pequeña ventana y vio a alguien caído adentro. Preocupado, le avisó a su sobrina, que vive en una vivienda cercana.

“Como estaba la llave puesta, mi marido tuvo que barretearla y allí recién se encontró con él. No nos dejó entrar a ninguno y nos pidió que llamáramos a mi otro hermano, que vive en la colonia”, contó.

“En un principio pensamos que se había golpeado contra la mesa y por eso la sangre. Pero cuando llegó la policía se veía la imagen desde la pieza. Fueron más de 20 puñaladas y un horror lo que le hicieron pasar a mi papá. No soy rencorosa, pero ví mucha maldad. Deberán determinar los investigadores si actuó bajo los efectos de droga o algo así, aunque es difícil eso, porque se lo detuvo mucho más tarde”, apuntó.

Por último, confirmó que el autor del delito se llevó no más de 2 mil pesos porque su papá “no le dijo nunca” dónde tenía una cifra mayor, cercana a los 50 mil pesos.

Despedida y reclamo a través de las redes sociales

Familiares y allegados a Don Tomás también lo recordaron a través de las redes sociales. Germán, por ejemplo, expresó su dolor:

“Hay cosas en la vida que no tienen explicación, que son imposibles de aceptar y simplemente quisiéramos que sea un mal sueño, una pesadilla de la cual nos despertamos y terminó. Pero en este momento de tanto dolor solo quiero hacer manifiesto todo lo que aprendí de vos, como estos tantos otros momentos que no tienen registro fotográfico que están grabados en mi memoria, en mí corazón. Fuiste, a tu manera, un segundo padre para mi, un ejemplo a seguir. Espero poder hacer honor a tu apellido abuelito. Que estés en la gloria junta a tu amada esposa, que tengas redención, nunca te pude agradecer cada cosa que aprendí de vos y eso me duele mucho, pero hoy miro al cielo y anhelo que sientas la gratitud que tengo hacia vos. Gracias, muchas gracias Don Tomás!”.

Irene, otra de las hijas, pidió justicia.

“Agradezco a todos los que nos acompañaron de una manera u otra en este momento tan triste que fue la perdida de papá. Triste como todas las pérdidas de nuestros seres queridos, pero más triste aún por la forma terrible en que terminaron con su vida.

Víctima de un 'ser' cruel que creyó que el dinero valía la vida de mi padre”. Pues no es así. La vida de mi padre y su muerte valen mucho más que lo que él y la suya van a valer nunca. Mi padre va a ser siempre 'Don Tomás' y el va a ser siempre 'el asesino de Don Tomás'”, concluyó.

Fuente: La Nueva.