No olvidar el uso del barbijo, mantener la distancia social y no compartir el mate

“USAR BARBIJO”. Eso es lo que dice en letras grandes un mensaje que circula por redes sociales, que tiene la firma de la Biblioteca Popular Infantil, el Rotary Club de Coronel Suárez y varios comercios. 

También se suman en este mensaje ciudadano otros cuidados, frente a la pandemia. 

Consultada Gladys Meyer, integrante de la Comisión Directiva de la Bibliotequita, dijo a La Nueva Radio Suárez que “a los socios se les mandó un folleto, parecido a este que estamos publicando, para que se tome consciencia que debe cuidarse. Dijimos, ¿por qué no hacerlo para toda la comunidad? Hablamos con algunos comerciantes, que son o socios o amigos de la Biblioteca y se sumaron. Sin costo alguno para el comercio, quisimos tener el aval del comercio, que se ve tan perjudicado. Porque acá, o nos cuidamos todos o nos hundimos todos”. 

Dice que “esto ha dejado de ser una responsabilidad de los demás. Es responsabilidad personal. Cada uno de nosotros debe ser responsable de sí mismo, de su vida en particular y de la vida de quienes lo rodean, en la medida que sean la familia, los amigos y demás”. 

Gladys Meyer dice bien clarito: “nadie dice que no te podés reunir a tomar mate. Cada uno con su mate, punto. Desde el punto de vista histórico, las primeras grandes mateadas que se hacían en el Litoral era cada uno con su mate. Cada hombre que iba a trabajar al campo, en la zona rural, llevaba su propio mate. Hay fotos en el Archivo de la Nación sobre esto. Sin pensar en un contagio ni nada. Cada uno de ellos con su propio mate. Miremos un poco la historia, nadie se murió por no compartir el mate, al contrario. Lo importante del mate es la charla, la conversación, el compartir experiencias y demás. Se trata de estar bien separados, compartir lo mismo y cada uno con su mate”. 

Más adelante, en la entrevista, Gladys Meyer habló de la importancia de cuidarse sin exasperarse, de estar atentos, pero no muriendo de miedo.

“Es una enfermedad que es muy contagiosa, pero al mismo tiempo no hay que tenerle miedo. Nosotros sabemos que hay adultos mayores, y no tanto, que están aterrorizados. En vez de salir, tomar aire, están encerrados, aterrorizados. Hay que salir, tomar aire, ventilar la casa. Eso también purifica”. 

Contó un cuento: “por el desierto iba hacia la ciudad la peste. Pasó por un oasis, donde un hombre estaba pastando sus ovejas. Le pregunta dónde queda tal ciudad. El pastor, asustado, le indica. Le pregunta a qué va hacia ese lugar y quién era. ‘Soy la peste, voy a matar 1.000 personas’. El pastor quedó sin habla, y la peste sigue su camino. Al regreso la peste se encuentra con el mismo pastor, en el mismo lugar. El pastor le dijo que le había mentido, porque la peste le había dicho que iba a matar a 1.000 personas y murieron 10 mil. ‘¡No!’, dijo la peste, ‘yo maté 1.000, el resto murió de miedo’. Este cuento lo sigo publicando para que le entre en la cabeza a la gente que, con miedo, es más fácil contagiarse. Porque se tiene tanto miedo que cuando no te echaste medio litro de lavandina encima ya te contagias. La inmunología lo indica. Hay que hacer prevención, cuidarse, pero no exasperarse. Si el abrazo quedó de lado, porque no se puede, no importa, ya va a llegar el momento. Se puede estar cerca de otra manera. Hay muchas maneras de decir te quiero sin necesidad del abrazo”.