25/11/2022CIUDAD

Gladys Meyer, docente por siempre: en el acto de despedida en la EESN° 4, siguió enseñando

Es que, cuando se dirigió a todos los que estaban reunidos en el establecimiento,despidiéndola porque se jubiló, hablando sobre todo a los jóvenes del secundario, historió la forma y a quienes hicieron grande al Colegio Nacional-Unidad Académica, y no paró de decir “gracias”. Por la oportunidad de ser docente, de haber estado en esa escuela, de haber llegado a Coronel Suárez de la mano de su amor de toda la vida –el Dr. Roberto Pérez Bordoy-, y por la fortuna de aprender al lado de gente muy comprometida con la tarea docente. 

Recibió en el acto de despedida, merecidas y justas palabras hermosas: de alumnos, de directivos, de colegas a los que formó. 

Con 40 años de ejercicio de la profesión, siempre se encuentra a alguien que tuvo como profesora a Gladys Meyer, en el secundario o en el terciario, es decir en el Profesorado de Historia del Instituto 160, de donde fue docente y regente, también. 

La Vicedirectora Mariela Kleiner, a cargo del Instituto 160, dijo que “se jubiló el 31 de octubre, con una gran trayectoria. Una de sus cualidades fue defender las bibliotecas populares. Una mujer, que más allá de los años transitados con mucha pasión, nos ha contagiado su amor, su alegría, su sencillez”. Destacó que “ha sabido transitar su profesión con sencillez, con generosidad, siempre poniendo por delante, lo humano, el vínculo con el otro, la cercanía”. 

A su turno, Mariana Chapay, vicedirectora del nivel secundario, indicó que “muchos de los formadores que tenemos, docentes que recorren las aulas de nuestra institución, vos los formaste, Gladys. Pensaba también, cómo se te ilumina la cara, cada vez que ves a tus ex alumnos con sus hijos, recibidos. La generosidad a la hora de enseñar. Un acto no alcanza, por todo lo que nos diste. Esta institución está muy orgullosa de haberte tenido como docente. Te decimos infinitas gracias. Y siempre, las puertas de nuestra institución van a estar abiertas”. 

Hablaron también los alumnos, con cálidas palabras, contando anécdotas surgidas en las clases, compartidas con esta querida docente que deja las aulas. 

Una ex alumna del profesorado, hoy docente, dijo que “en todos has dejado una huella. Todos los que estamos en esta institución fuimos formados por vos, fuimos tus alumnos”. 

Una alumna, Donna Rossetti, hizo un baile urbano en su homenaje. Recibió flores de parte de los alumnos, de la escuela y de las consejeras escolares María Eugenia Bravo y Claudia Desch

Justamente, Claudia Desch, era alumna de Gladys, en el secundario, cuando los alumnos del nacional, regresaban de celebrar en la plaza, llevados por el Dr. Julio César Lovecchio, la recuperación de las Islas Malvinas, el 2 de abril de 1982. Ese día –Claudia no se olvidó nunca, lo contó Gladys Meyer en sus palabras de despedida-, cuando los estudiantes regresaron del festejo, encontraron en el aula, a la profe Gladys, llorando. Les explicó lo que implicaba una guerra. Lo sabía cómo docente de historia y por familia, porque sus antepasados habían vivido la guerra europea. 

En sus palabras de despedida, Gladys, se definió como chica de pueblo –nació en Guatraché, en La Pampa-; luego de vivir en La Plata, conoció en el año 1978 a quien es su marido, en el ´80 se casaron y se vinieron a vivir a esta ciudad.  “Venir a Suárez fue volver a lo que a mí me gustaba: saludar al vecino, no importa si vivía a 2 cuadras, 20, o 50. Eso, es un patrimonio que los pueblos del interior tienen”. 

“Pasaron los años y yo me encuentro hoy en esta hermosa escuela. Entonces, lo mínimo que puedo hacer, es recordarles a ustedes en qué escuela están. El Dr. Julio Lovecchio fue a buscarme a casa, porque era escuela nacional, la inscripción era diferente. Fue a buscarme porque había necesidad de profesores de Historia. Las que estaban entonces, eran, Ana Tarayre, Consuelito Lovecchio, Liliana López y llegué yo”. 

Dijo a los estudiantes que en la escuela que habitan, “ocurrieron muchas cosas”. Así habló del esfuerzo, de la dedicación, de quienes se esforzaron, “para que esta escuela siga en pie, como está hoy. Se tienen que sentir orgullosos de pertenecer a esta escuela. Tienen que sentirla, porque en esta escuela hay esfuerzo de mucha gente”. 

Por eso, en la mayor parte de su discurso, dijo “gracias”, por todo lo vivido, todo lo aprendido y todo lo enseñado. Gladys Meyer, sigue enseñando –en este caso, a ser agradecidos-, hasta en su acto de despedida. ¿Despedida? Ojalá que no del todo, porque es una docente valiosísima, sobre todo, en la formación de futuros docentes.