27/11/2020CIUDAD

Como se pide. Por Ana Alberdi, Productora agroecológica

A la Comisión Directiva de la Sociedad Rural de Coronel Suárez

Me he enterado a través de La Nueva Radio Suárez de la nota presentada al Concejo Deliberante el día 13 de noviembre del corriente año y quiero dejar constancia de mi profundo descontento como socia de nuestra institución, en relación a varias de las declaraciones que allí se hacen. No sólo no me veo representada como productora agropecuaria y como mujer en lo que allí se menciona, siento, además, una engañosa negación a la posibilidad de cultivar alimentos sanos para nuestra población local. Se puede producir sin agroquímicos ni fertilizantes de síntesis química a pequeña y gran escala, se puede ser rentable y vivir en armonía dentro del ecosistema del cual formamos parte, la respuesta es la AGROECOLOGÍA.

Comienza hablando de la “dedicación de varios profesionales con conocimiento acerca de la seguridad de la labor de aplicaciones”. Ninguna de las empresas habilitadas para pulverizaciones terrestres se asegura del uso de la ropa y elementos de protección obligatorios para la actividad, además de pulverizar a distancias ilegales de cursos de agua y sobre banquinas (espacio público). En segundo lugar, se nombra al CREA (Consorcio Regional de Experimentación Agrícola dependiente de AACREA, Asociación Argentina de todos los consorcios del país), una institución que se ha encargado de una manera muy poco transparente y democrática de correrme del lugar de representante en la mesa creada en aquel entonces para generar una ordenanza de regulación de agroquímicos, por haberme encargado de señalar su toxicidad, comprobada e incluso declarada por la OMS (Organización Mundial de la Salud). No utilizo el término “agrotóxicos” para no generar polémica, pero tampoco acepto el fraude de llamarlos “productos fitosanitarios”, como dice la nota, ya que no son efectuados para la sanidad vegetal sino para exterminar toda aquella competencia para los cultivos, muchos de ellos genéticamente modificados. 

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) es un ámbito especializado de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Luego de un año de trabajo de 17 expertos de once países, el 20 de marzo de 2019 emitió un documento inédito: “Hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos (linfoma no Hodgkin)”. Detalla que la evidencia en humanos corresponde a la exposición de agricultores de Estados Unidos, Canadá y Suecia, con publicaciones científicas desde 2001. Y destaca que el herbicida “también causó daño del ADN y los cromosomas en las células humanas” (situación que tiene relación directa con el cáncer). 

En tercer lugar, se nombra a la Cooperativa San Martín, denunciada por sus vecinos y vecinas ante la situación ilegal de sus silos, el tratamiento de semillas con fungicida que realizan al aire libre y el depósito de UREA a granel dentro del ejido urbano (calificada como explosivo por la Ley Nº 20.429).

Por otra parte, se mencionan pruebas realizadas en nuestro distrito con tarjeta hidrosensibles, donde “se demostró que la distancia mínima que se debiera dejar hasta el límite urbano para que la aplicación sea de nulo riesgo para la salud de los habitantes, en aplicaciones terrestres, era de 20 mts. Éste trabajo está publicado y es de acceso libre a cualquier persona, solo se debe entrar al link https.//youtu.be/OhnhMfjqp1g, y allí encontraran conclusiones “oficiales” de cómo se deben realizar las aplicaciones”. 

Existen numerosos fallos judiciales en la provincia de Buenos Aires que desdicen esta declaración irresponsable, incontables estudios académicos que pueden leerse en la web https://reduas.com.ar/, que también son de libre y gratuito acceso. Y recomiendo específicamente éste minucioso estudio: https://cepronat.org.ar/data/arch_cont/archivos/46.pdf , “GENERACIÓN DE DERIVAS DE PLAGUICIDAS” para contrastar.

Celebro el reconocimiento cuando declaran buscar “que los riesgos para la población y el ambiente sean las mínimas posibles”, aunque ningún veneno es “amigable con el ambiente” por ser “Banda Verde”, sino que se trata de una etiqueta engañosa y fraudulenta para tranquilizar a la población. Ya he citado los innumerables estudios respecto a la peligrosidad para la salud humana. Pero recomiendo ésta: Exposición prenatal e infantil a pesticidas ambientales y trastorno del espectro autista en niños: estudio de control de casos basado en la población. los detalles para acceder al documento en ingles son: BMJ 2019; 364 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.l962 (Published 20 March 2019) Cite this as: BMJ 2019;364:l962. Los autores son de la Universidad de California.

Finalmente, con malicia y perspicacia señalan a los y las legisladoras municipales que “están a tiempo de […] modificarla (ordenanza en vigencia) o de reglamentarla de modo tal que el perjuicio a los distintos productores “chicos” de esas zonas periurbanas no sean castigados u obligados a desaparecer. Les pedimos que antes de hacerlo se asesoren con profesionales idóneos en el tema y en los estudios realizados al respecto”. 

Esta afirmación no hace más que generar una grieta en la población absolutamente innecesaria, ya que todos los y las productoras periurbanas y lindantes a escuelas y poblaciones rurales (que no se nombran en ningún momento en la nota) pueden seguir produciendo y viviendo del campo de una manera diferente al sistema de producción hegemónico que, a esta altura de la crisis climática mundial que presenciamos, demuestra ser una práctica ecocida y contrapuesta a la regeneración urgente de los suelos que cientos de científicos y científicas alrededor del mundo nos vienen anunciando desde Naciones Unidas. (Para más información recomiendo los Informes del IPCC acerca de los impactos y riesgos naturales, políticos y económicos del cambio climático y las opciones de respuesta posibles, entre las que se llama a una reconversión urgente a la agroecología).

En respuesta a todo esto los invito a conocer la RENAMA (Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología), a la cual nuestro municipio está adherido, donde ya hay más de 90.000 hectáreas en todo el país volcadas a la transición agroecológica que verdaderamente cuida nuestra salud y la del ambiente. El mismo INTA que mencionan tienen numerosas y numerosos profesionales dentro de la agroecología, módulos en sus chacras, ensayos, grupos de cambio rural que pueden asesorarles en este camino que transitamos, ya de la Salud, el Campo y la Vida.

Señores y (¿y Señoras?) representantes de la Soc. Rural de Cnel. Suarez, la Sociedad Rural de Huanguelén, la Coop. Agrop. Gral. San Martin Ltda. y el Centro de Ingenieros (¿e Ingenieras?) Agrónomos de Coronel Suárez, todavía están a tiempo de transformar y transformarse, de abrirse a nuevas y amigables maneras de tratar a nuestra Pacha. Confío en que vuestra sensibilidad y entendimiento humano les acompañarán.

Muy atentamente,

Ana Clara Alberdi, DNI 28.722.657

Productora agroecológica de Coronel Suárez.