Beatriz Regal: Una madre que transforma la tragedia en una lucha diaria en contra de la violencia de género. Es la mamá de Wanda Taddei.
Se identifica como feminista desde la primera hora, analizando que siempre fue distinta, a lo que era la generalidad de su época, en un mundo donde el patriarcado reinaba sin inconvenientes. Ni en sus peores pesadillas, pensó que algo así le podía pasar a alguno de sus hijos –dos mujeres y un varón-. Pero pasó. Y desde el primer día, salió a luchar. Primero para conseguir justicia para su hija. Ahora, para educar, concientizar, para que hechos como este, dejen de producirse. Estuvo el sábado en Coronel Suárez. Fue para la campaña del “Banco Rojo”, que está llevando por diferentes lugares del país. Venía de Dorrego y Pigüé, donde se habían inaugurados sendos bancos rojos, en significación de las mujeres que han sido asesinadas por quienes decían amarlas, como sucedió con su hija Wanda.
En 2012 Vázquez fue condenado a 18 años de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 20 de la Ciudad. Los jueces consideraron que existía un atenuante por "emoción violenta" relacionado al trauma que le había dejado el incendio de Cromañón. Gracias a la presión social y el empuje de la familia, un año más tarde la Cámara Federal de Casación Penal descartó el atenuante, demostró la intencionalidad y condenó al músico a perpetua. Fue un punto de inflexión.
Beatriz Regal es la mamá de Wanda Taddei. Se identifica como feminista desde la primera hora, analizando que siempre fue distinta, a lo que era la generalidad de su época, en un mundo donde el patriarcado reinaba sin inconvenientes. Ni en sus peores pesadillas, pensó que algo así le podía pasar a alguno de sus hijos –dos mujeres y un varón-. Pero pasó. Y desde el primer día, salió a luchar. Primero para conseguir justicia para su hija. Ahora, para educar, concientizar, para que hechos como este, dejen de producirse.
Estuvo el sábado en Coronel Suárez. Fue para la campaña del “Banco Rojo”, que está llevando por diferentes lugares del país. Venía de Dorrego y Pigüé, donde se habían inaugurados sendos bancos rojos, en significación de las mujeres que han sido asesinadas por quienes decían amarlas, como sucedió con su hija Wanda.
Habló con La Nueva Radio Suárez. Con pasión y con convicción. Contando lo lucha para conseguir justicia para su hija, hablando de su familia, y de lo que todos bregan para crear conciencia por la violencia de género. Llena de mariposas: en el pelo, en sus manos a través de un anillo, con dos colgantes de diferentes tamaños. Las mariposas, dice, representan muchas cosas, especialmente a su hija.
“Esta campaña viene de Italia, y lo trajo una médica argentina que trabaja en el hospital Álvarez de Buenos Aires. Ella atiende a víctimas de violencia sordomudas. Me invitó a la inauguración del primer banco, y lo que tenía escrito, representaba exactamente el caso que habíamos pasado nosotros, que era en homenaje a las mujeres asesinadas por quiénes decían amarlas. Era exactamente lo que nosotros tuvimos que pelear en el juicio”.
Contó sobre lo que pasó en el juicio por la muerte de su hija, con Vázquez en el banquillo de los acusados.
“Fue un juicio extremadamente duro, porque cuando él se pone a llorar el primer día, baja significativamente el juez, y lo va a consolar a él, delante nuestro. Cosa que no es factible que eso se haga. Era uno de los primeros juicios por casos de femicidio”. ¿Qué se preguntó en ese momento? Responde que “pensé, no tan fino como ahora, que lo veo desde otro punto de vista. Pensé cómo fallaban los hombres y las mujeres que tienen que aplicar la justicia y toman decisiones que son propias, pero resultan impropias –por el rol que ocupan-. Creo, ahora que ha pasado el tiempo, que fue una jugada que hicieron entre el Tribunal y el abogado defensor que eran amigos, porque si nosotros impugnábamos el juicio, se cumplían los dos años de detenido de Vázquez, e iba a quedar suelto, a la espera de la designación de un nuevo tribunal”.
Relata Beatriz Regal, que “a esa jugada, la vuelven a hacer otra vez, cuando nosotros conseguimos que se hiciera la reconstrucción. Entra mi marido (Jorge Taddei), con el abogado, los jueces, todos los del tribunal y le dice Vázquez si lo podía saludar. Mi marido dijo que sí. Se acercó y le dio un beso. Mi marido, dijo que fue el beso de Judas. Pero estaba preparado para ver si mi marido lo agredía. Estaba todo vallado, yo veo que se revolotea la gente y veo que a mi hija la levantan del suelo. Salgo corriendo y cuando llego, el hijo del abogado (de Vázquez), la había agarrado del cuello a mi hija y la apretó. Por suerte tenía una prenda grande de lana y sólo le dejó una marquita. Yo la llevé al médico forense y no estaba lastimada. Dijeron que el coche se los había rayado mi hija. Otra trampa que habían preparado, por si les salía mal la de adentro.
Buscaban agresión por parte de nosotros, y en ningún momento nosotros agredíamos. Figura en la reconstrucción que hubo un atentado de la hija menor de la familia, Nadia Taddei, que le abolló el coche al abogado y que hubo una riña. Después se demostró que no fue así”.
Comenzaron a sentir que había justicia, no cuando el Tribunal 20 de La Plata le da 18 de prisión a Vázquez, ¿sino cuando el Tribunal de Casación le da la cadena perpetua?
La respuesta de Beatriz es que “nosotros sabíamos que en el Tribunal 20 había una complicidad. Muere el abogado y le ponen otro. El otro abogado, no era una persona muy capacitada. Pero como ahí resuelven los jueces, ellos tenían todo arreglado para que salga lo que salió, 18 años de prisión. Pero teníamos un muy buen fiscal en ese momento, que inmediatamente cuando se da la condena de 18 años, se levanta y dice que va a Casación. Apeló muy bien. En uno de esos arranques que he tenido yo durante este tiempo, un día me presento con un casatorio hecho por mí. Lo leyó el secretario, me pidieron que lo dejara. Lo presenté el 21 de febrero, el día que Wanda falleció. Presenté uno en casación, uno a la presidenta que estaba en ese momento en ejercicio, y al Ministro de Justica, Alac. Ese casatorio se llamó, “Los por qué” y puse todos los porqué que no habían puesto los jueces y coincidía con lo que había dicho nuestro abogado y una fiscal que nos habían puesto en Casación. Salió un casatorio muy bien hecho, por medio de los representantes de ese tribunal, que marcó que haya un cambio dentro de la visión de bastantes jueces que ahora tienen perspectiva de género, a pesar de no haber sido formados en la carrera con esta perspectiva”.
Habla también Beatriz, de todo el trabajo que viene haciendo, con punto de partida en la tragedia que vivió la familia. “Participo en una mesa de jueces, juezas, abogados, en el Colegio de Abogados de Lomas de Zamora y se dan cursos de capacitación para abogados y personas que quieran aprender”.
Se identifica como “feminista desde los 14 años; siempre dije que viví fuera de época, que sentía que no calzaba en la sociedad que vivía.
Pensaba en la igualdad de género desde muy chica, pensaba que la mujer tenía que valerse por sí misma en su ingreso, por eso tuve ingresos desde los 6 años, después murió mi papá cuando yo tenía 15 años y tuve que salir a trabajar afuera. Ya estaba con quien es mi marido, tengo 53 años de casada y cinco de novios con la misma persona. Salí a trabajar, nunca fui discriminada, llegué a jefa de crédito en un banco, después ayudé a mi marido en su tarea –tenemos una carpintería-, hice primero empleada de comercio y después hice marketing, que es lo que más me gusta hacer. Y siempre fui una peleadora de la vida y de los derechos de la mujer. Y a la edad que tengo, pienso dedicarme a la promoción del parto humanizado”.
¿Cuánto ha aprendido? Muchísimo.
Y aclara, “nadie puede pensar que puede perder un hijo. Y yo, en la película “Cada 30 horas”, digo que debe ser tanta mi soberbia que siempre dije que estaba preparada para cualquier cosa, menos para perder un hijo, y la vida me demostró que tuve que seguir viviendo a pesar de haber perdido una hija. Evidentemente, era más fuerte que yo el deseo que mis nietos, todos, incluidos los hijos de Wanda, vieran otra sociedad. Una sociedad más sana, con hombres y mujeres que apliquen la justicia como corresponde. Sentí que mi hija me había dejado un legado. De proteger a sus hijos. Ellos se quedaron con su papá biológico y una mamá del corazón divina, ya tienen un hermanito de 2 años, están viviendo en la casa donde yo crié a mis hijos, que alquilaba y después de la muerte de Wanda está a nombre de los hijos de Wanda”.
Hay una tía que no está una mamá que no está, una hija que no está, y una hermana que no está. Es todo el daño colateral del femicidio que no se alcanza a visualizar cuando se conocen los casos a través de los medios masivos de comunicación.
Se trata de tomar cabal dimensión de lo que estos hechos producen. Beatriz Regal demuestra cada día a sí misma, a su familia y a quien quiera verlo, cómo se sigue en la vida, a pesar de este daño colateral. Tratando de hacer su contribución para una sociedad más justa e igualitaria.
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