Ayer fue un viernes de Peña en la Radio, con un grupo musical con 56 años de historia: Los Merry Boys
Félix Omar Guarnieri, o “Colirio”, como todo el mundo lo conoce, y Alfredo Otero, dos de los integrantes de Los Merry Boys, el grupo musical de Coronel Suárez que se fundó en el año 1966 estuvieron en La Nueva Radio Suárez.
Colirio fue el fundador, junto con Tato Salman y otros muchachos de entonces. Alfredo se va a sumar en el año 1974. Colirio toca el acordeón y los teclados. Alfredo Otero es el histórico baterista. “Es la persona que más me ha acompañado en toda esta trayectoria Merry Boys, en estos 56 años que cumplimos el 25 de mayo. Otero es la persona que más ha estado en el grupo”, dice su fundador.
Alfredo no toma nada, ni una gota de alcohol. En los comienzos, los muchachos integrantes del grupo vivían sólo de hacer música, de animar bailes los sábados y domingos. Alfredo era deportista: jugaba al fútbol en Blanco y Negro. “¿Por qué tengo que tomar algo?” pregunta, con un asombro lógico. Y explica: “Paralelamente al conjunto fui deportista, jugué muchos años al fútbol en Blanco y Negro. Tocaba los sábados, venía a las 8 de la mañana. Me cuidaba toda la noche. Llegaba a mi casa, dormía hasta la 1 de la tarde, jugaba al fútbol y después a la noche tocábamos otra vez. Hasta los 35 años esa fue la vida que hice: deportiva y tocando con los Merry”. Relata Alfredo Otero que había tenido antes de los Merry otro conjunto, Vía Satélite, formado con chicos del colegio, siempre con la batería.
¿Cómo surgieron los Merry? Colirio cuenta que “empezás con que a vos te gusta la música, y todos los que te rodean se suman. Esa magia de los contagios me lleva a pensar en el acordeón. Será porque está consustanciado lo que ya empezaba a ser mi vida, que ya era alegre. Yo fui siempre alegre, chistoso. En los años en que no se cargaba a los abuelos yo lo hacía, lo que hacía yo con el abuelo no lo hacía nadie. Era el sentido humorístico que ya estaba en mí”. Dice que, instintivamente, comenzó a pensar en un acordeón. “Me gustó y enseguida lo empecé a agarrar”.
Pasó, relata, por diferentes maestros: Nora Palazín, con el piano, que recuerda, lo quería “meter en la profundidad de la música, muy teórica, ¡y yo quería joder!”. Entonces, “a esa profesora la descarté, inmediatamente. Me fui a otro que también era muy teórico, que había tocado con Canaro: Amancio Romero”, recuerda Colirio. Pero quien le mostró el verdadero camino, dice, fue el maestro Pedro Gangone. Quien en determinado momento le dijo que ya no necesitaba más tener un maestro, que tocaba muy bien.
Alfredo cuenta que empezó a tocar la batería con inspiración en su padre, que tenía la orquesta Casino. Aprendió a tocarla sentado en la falda de su padre, en tiempos en que no alcanzaba a los pedales del instrumento. La gente estallaba en aplausos cuando veía a un niño manejar con maestría los palillos.
Colirio llegó a tocar en la propaladora Los Cuatro Vientos, de Guillermo Estrada, en un gran festival que se hizo en calle Brandsen, donde ahora esta Romasi, donde la mítica propaladora tenía su sede. Fue en un festival que se hizo para fin de año, ocasión en la que le pidieron al maestro Pedro Gangone que presentara a algunos de sus alumnos. Fue un 25 de diciembre, recuerda Colirio, “ahí estuve yo, tocando con mi acordeoncito”.
Los Merry son responsables que en infinita cantidad de oportunidades mucha gente se haya divertido, girando por la pista, bailando hasta el cansancio. Y siguen actuando, congregando gente bajo su nombre.
Sobre los comienzos de los Merry, recuerda Colirio que con Tato Salman tocaban siempre en la escuela, siendo chiquitos. Salón de actos, dice, “donde también cantaba Sergio Denis. Punto y aparte para un recuerdo amoroso del querido negro que con música mexicana y un gran carisma conquistaba a todos”.
Volvamos a los Merry, de tocar y cantar en los actos del colegio, los empezaron a convocar para tocar en acontecimientos familiares, cuando alguien cumplía años, por ejemplo. “¡Ya nos pagaban cuando íbamos a tocar! Esos fueron los comienzos. Después, empezamos a agrupar gente. Tato Salman, el Negro Ruiz, la batería que hacía falta, Juan Carlos Miguera, quien se hacía él la batería redondeando la madera, curtiendo los parches. Él era artesano y se hacía su batería”. Esos fueron los principios de los Merry.
La oportunidad de la primera presentación fue “en unas tertulias que hacían en Blanco y Negro. Abendaños, que estaba de conserje en Blanco y Negro, hacía las tertulias. Llegó la oportunidad de una muy grande, en el salón de abajo. Fue el 25 de mayo de 1966. Ahí nos presentamos por primera vez, ya como Los Merry Boys”. Habían dejado atrás otras etapas, recuerda Colirio, “con otros nombres, que tal vez están en el recuerdo de algún oyente: Los Juveniles, los Juveniles del Ritmo, los Subtropicales”.
Alfredo empezó con ellos en 1974, después de la colimba. Dice que en estos días ha sacado la cuenta: estuvieron en 52 lugares, pueblos y ciudades, y por supuesto, volviendo varias veces a cada una de ellas. En la zona, La Pampa y Tandil. Grabaron discos. Y estuvieron un año en La Plata. De ahí, están las anécdotas más imperdibles de este grupo musical suarense, con 56 años de historia.
Fue cuando grabaron ‘Oh Mary Lou’. Se quedaron allá porque el productor del disco, un italiano que había venido a Argentina, Georgio Di Lorenzo, les propuso hacer gira en los diferentes salones bailables de La Plata. Con muchísimo éxito: eran el número principal. Se había hecho una promoción muy grande, en Quilmes Imperial. Estaba Betty Elizalde, la reconocida locutora argentina, con la música de los Merry como fondo musical de esa publicidad.
Tocaron también en Buenos Aires, en el denominado Club Banco Nación. Estuvieron en la radio Excélsior, que producía todos esos espectáculos.
¿Cómo fue la promoción? Se le ocurrió al productor italiano decir que venían de una gira de 6 años por Centroamérica. “Picó bien”, recuerda Otero. “Llegan de una gira triunfal por Centro América los Merry Boys”.
En tiempos que no había internet, era más fácil mentir. Pero… algo pasó: en un reportaje en Radio Excélsior se fueron cuando les empezaron a preguntar sobre los países que habían estado. Reportaje que terminó cuando Colirio respondió: “El problema de México es que hay muchos mexicanos”. Y cuando Colirio le repreguntó a Otero: “¿Estuvimos en Cuba?”.
Relata Colirio que estaban tocando en el Club Brandsen en La Plata, “lleno, masa de público, y un grupo de vagos saltaban en el medio de la pista, haciéndonos señas con la mano, como indicando acá estamos nosotros”. Cuando terminamos el show, bajamos del escenario y los vagos se vinieron alrededor nuestro. ¡Eran de Darregueira! Nosotros habíamos estado la semana anterior en Darregueira”.
Estas experiencias las vivieron en el 75 al 76, final del gobierno de Estela Martínez de Perón y la llegada de los militares. Ver a un grupo de jóvenes, que bajaban equipos de un vehículo, era, bajo la concepción de la época, motivo de vigilancia. Así que muchas veces tuvieron un Falcon verde afuera de la casita que alquilaban. “Todavía no conocíamos la ferocidad de lo que significaba un Falcon verde. Nos inquietamos al 4to día que el auto, con cuatro personas en su interior, seguían ahí. Nunca nos pasó nada. El pánico era así: yo pensaba, habíamos llevado colchones, no camas, entonces, yo tenía la esperanza que, si iban a empezar a ametrallarnos, las balas van a pasar por arriba y no nos iban a liquidar. Pensaba eso y así me podía dormir”.
A pesar de esto, los mejores recuerdos de esa época. En La Plata fueron número central junto con Manuela Bravo, con Beto Orlando. Se usaba la cartelería promocionando el espectáculo de los Merry, “fue una época muy linda. En el año 1975 los Merry jugamos en Primera” resume Alfredo con toda justicia.
Se volvieron cuando uno de los integrantes del grupo se enfermó. Pero, además, dicen, les faltó un productor de mayor experiencia. “Nos faltó estar con un productor de primera”.
En Suárez y toda la zona, los Merry reúnen 56 años de historia. Y siguen haciendo bailar a gente de todas las edades.
¡Si para el espectáculo que estaba previsto para este sábado, ahora suspendido porque se prevé mal tiempo, Kapanga era el grupo soporte de los Merry! ¿O acaso no estaba previsto que Los Merry Boys cerraran el día de Coronel Suárez?
Los Merry, 56 años y siguen haciendo música, divirtiendo a la gente, haciendo bailar hasta el cansancio en cada presentación.