10/08/2018RELIGION

Diácono Diego Areán.

“Todos los cristianos debemos revisar posiciones en cuanto a las formas en la cual defendemos aquello que para nosotros es lo más vital, en este caso la vida”. Finalmente, el Senado de la Nación no dio lugar al aborto, por ley, en la Argentina. Evidentemente, al mirar ahora, se comprueba que lo que ha quedado como resultado es una enorme grieta, irreconciliable, entre quienes quieren una ley de aborto y quienes consideran que una legislación de este tipo implicaría propiciar la muerte desde el Estado.

Para ayudar a la reflexión sobre el particular entrevistamos al Diácono Diego Areán, que siempre propicia el diálogo, el análisis y la escucha del otro.

“Creo que es un momento donde se blanquean muchas cosas, y eso no está malo. Todos nos hemos tenido que poner a repensar qué posturas son vitales, como en este caso el tema de la vida, no solamente en función desde en qué momento consideramos que hay vida o desde qué momento no, sino a través de las problemáticas sociales que se hacen más visibles y que parecería que en algún momento estuvieron como más ocultas. Y también empezar a tener una mirada más crítica a la información que recibimos. Porque se ve, desde distintos ámbitos, mucha manipulación de la información. Y uno, me parece, se va poniendo más exquisito a la hora de tratar de ver de qué datos hablamos, en distintos ámbitos. Como sociedad tenemos la oportunidad de tener una mirada más adulta, más madura, y la oportunidad de dejar de lado el fanatismo que no nos lleva a nada, sólo a una división mayor”, dijo en la primera parte de la entrevista.

Analizó que “pareciera que está escrito en nuestro ADN argentino esta necesidad de estar de un lado o del otro y no poder encontrar un punto medio o un lugar que sea distinto. Los que estamos en lugares de conducción nos hemos encontrado frente a esta situación, de preguntarnos a ver qué podemos aportar nosotros”.

Esta es una oportunidad, “para que algunas cuestiones las tomemos por fin en serio, y también desde la experiencia eclesial. Esta es una oportunidad para replantearnos muchas cosas”.

Manifestó su alegría, “por lo que ha pasado con la no aprobación de esta ley. En lo personal me alegra; hay un tema que es vital, la vida comienza desde el momento de la concepción. Nunca, por más situación terrible que se viva, matar o eliminar una vida va a tener que ver con una forma de resolverlo. Por otro lado, tenemos como una marca a fuego con nuestra experiencia de fe, que la vida no se toca. Una vez que ha empezado el proceso vital del desarrollo no podemos intervenir, no nos compete a nosotros, es algo sagrado. Por eso la iglesia católica, y otras iglesias también, se ha manifestado muchas veces con relación al aborto y con otras situaciones. Pero también tenemos que saber que el mundo moderno tiene otros parámetros que marcan desde dónde tenemos que vivir, entonces, será un tiempo de empezar a dialogar, para que en nuestra sociedad podamos convivir todos. A la vez, para que podamos empezar desde lo eclesial, en grandes desafíos. ¿Cómo dialogamos con el que piensa distinto en cuestiones vitales? ¿Cómo hacemos? Y buscar un estilo que tiene que ver con el estilo de vida de Jesús. Hay ámbitos eclesiales que a veces pierden de vista esto, me parece a mí. Si no buscamos el estilo de vida de Jesús, y buscamos lo confrontativo, la guerra, estamos perdiendo el centro”.

Sobre el rol de los medios de información, consideró Diego Areán que “fue claro que la balanza estaba inclinada hacia un lado. Primero, desde los movimientos que apoyaban la legalización del aborto creo que ha habido mucha utilización de la información y que la iban cambiando en cuanto a los recursos, a los datos que usaba; de acuerdo cómo esos datos eran puestos en tela de juicio se iban cambiando para defender esta postura de la legalización. Fueron las voces que en su momento hicieron más ruidos. Y después, cuando en Diputados se trató el tema, los periodistas, de todos los noticieros, estaban con corbatas verdes, pañuelos verdes. Y la iglesia, o lo cristiano, no solo la iglesia católica, se presentaba con un velo de sospecha absoluta, de degradamiento. Está esta idea detrás que el pensamiento cristiano o religioso es visto como una opinión retrograda, opresora, de otra época. Nos falta mucho diálogo. Pero los medios en esto, en muchos casos, sobre todo los de nivel nacional, juegan un papel muy importante. Me parece que se perdió parcialidad en gran parte”.

Consultado en torno a por qué la iglesia debe revisar posiciones, aclaró que “no en lo doctrinal”.

Finalmente agregó que “todos los cristianos debemos revisar posiciones en cuanto a las formas en primer lugar, en la cual defendemos aquello que para nosotros es lo más vital, en este caso la vida. Una forma de querer convivir que tiene que ver con la propuesta de Jesús, que nos ayuda a descubrir que el otro es lo más importante, que tenemos que ser hermanos. Que el otro, porque piense distinto, es mi enemigo. Hay que sacar al otro como mi enemigo. Es una oportunidad para que todo lo eclesial se replantee desde dónde estamos transmitiendo la buena noticia de Jesús. Porque evidentemente hay una parte de la sociedad a la que nosotros parecería que le estamos transmitiendo otra cosa, y no nos cree” señaló el religioso.

“No estamos siendo un espacio creíble en muchas cosas. Entonces, creo que es una etapa de grandes desde lo pastoral, para poder replantearnos qué está diciendo alguien que con tanto odio habla de la iglesia, de la fe, y especialmente de la iglesia católica. ¿Qué hay detrás? No quedarme en ese reclamo, sino ver qué hay detrás”.

Analizó el Diácono Diego Areán que “hay mucha desinformación en muchos temas. Entre ellos, la movida que va a empezar ahora de la separación de la iglesia con el Estado. Que, por otro lado, creo que, en algunas cuestiones, a lo eclesial, le daría nuevos aires, porque no está bueno para el mundo de hoy que la iglesia esté unida explícitamente a una postura política, sino que tiene que intervenir y transformar la política en todo caso. Esta es una opinión que tiene que ver no solo con lo que pienso, sino con lo que habla la Doctrina Social de la Iglesia. La iglesia va a intervenir porque quiere transformar la sociedad. Lo que, en muchas partes de la sociedad, no está viendo es que lo hagamos de la mejor manera. Entonces, nos tendremos que plantear qué es lo que pasa”.

Consideró que podría ser bueno, “esto que anda circulando, de una votación, a ver qué piensa el pueblo, porque hay muchos organismos extra eclesiales que también están a favor de las dos vidas, y tal vez sea mucho más representativo que la iglesia está diciendo. La convocatoria de la semana pasada, en la 9 de Julio, que fue de las iglesias evangélicas, llenó la avenida con más de 500 mil personas. Hay muchas organizaciones que estamos moviendo esto. Y me parece que se mezclan muchas luchas. En el tema de la vida, es un tema tan sagrado que sería una picardía meter otras cuestiones que embarran la cancha. Sabemos que hay organismos internacionales que están favoreciendo en todos los países del tercer mundo, como lo dijo el Padre Pepe Di Paola, el control de la natalidad, la eliminación de las familias numerosas.

Entonces, todas estas leyes van a ser animadas por estos organismos. Una contratapa como la del New York Times, que cuesta un millón de dólares para que salga en todo el país, a mí me hace pensar que hay recursos extraordinarios detrás. Entonces, no hay que ser ilusos. Lamento que, en esta cuestión del aborto, se mezclen otras cuestiones cuando estamos hablando de algo tan sagrado”.