02/07/2018JUDICIAL

Llegan a Bahía los remates virtuales para ponerle un freno a "La Liga".

La Suprema Corte de Justicia anunció que el departamento judicial local forma parte de la segunda etapa del sistema electrónico.

El 12 de junio pasado, a las 11, por disposición del Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 1, se remató un departamento del barrio UPCN, en el marco de la causa “Consorcio Viviendas 27 de Junio I y II c/Pérez Héctor Horacio s/cobro ejecutivo”. La base era de 376.582 pesos.

Un particular ubicado en las primeras filas del salón del Colegio de Martilleros ofertó casi el piso de la tasación aunque, de golpe, otra persona desde el fondo -supuestamente complotada con la primera- redobló la apuesta con un número imposible de equiparar: ¡1.300.000 pesos!

Después de algunos segundos de silencio e incertidumbre, el martillero -”nervioso y apurado” según describen testigos- cerró el acto y le pidió el dinero al vencedor.

El hombre se retiró del edificio y volvió al instante con un cheque no certificado, aunque se le negó ese medio de pago y se produjo una especie de tumulto. Dicen que estaba todo orquestado, con el rol protagónico de un porteño que frecuenta nuestra ciudad y que algunos sindican como barrabrava de River.

En medio de gritos, ganó el reclamo para que se le otorgara el bien al primer postor, al de la base, y así se hizo, pese a que la ley prevé en esos casos la suspensión del remate.

“Fue una burda puesta en escena y se llevaron un departamento de 60 mil dólares en 400 mil pesos. Si el acto estaba cerrado, técnicamente no existía la oferta anterior. Si el ganador no puede pagar, debe suspenderse el remate. Eso es ABC”, asegura un testigo del acto y conocedor de estas lides.

Varios vecinos del consorcio UPCN que estaban presentes y otros particulares quedaron azorados. Y algunos abogados amenazaron con impugnar el acto en la justicia, aunque no se sabe si lo hicieron.

“¡Es una vergüenza!”, exclamaron los más indignados. Para otros, no hubo nada nuevo: “La Liga”.

Entre la ley y la impunidad

“La Liga” es una especie de asociación ilícita conformada para obtener propiedades, sometidas a remate judicial, a través de actos simulados como el del mes pasado o la coacción a posibles competidores. Entre el límite de la ley y la impunidad, funciona desde hace mucho tiempo y, si bien tuvo su pico de intervención hace 5 años o más, con otras formas se mantiene vigente en Bahía.

Es cierto que perdió notoriedad o que en otros distritos actúa con mayor descontrol, pero nadie puede (o quiere) ponerle el cascabel al gato.

¿La subasta electrónica será la solución? Hay quienes creen que sí. De hecho el espíritu de la ley que la creó, allá por 2010, persigue el fin de la transparencia. Otros tienen reparos. O dudan de su efectividad.

“Buscamos que todos los que intervengan en las subastas lo hagan en igualdad de condiciones. Todos aquellos que están vinculados al ámbito jurídico han padecido las influencias de estas ‘ligas’, un ámbito donde existe la posibilidad de colusión, y donde los compradores, por su importancia económica o su presión física, se juntan e impiden que una subasta sea transparente, ‘apretando’, como se dice vulgarmente, a compradores de buena fe”, reconocía, con la promulgación de la ley, el entonces legislador bahiense Ivan Budassi.

Ya se abren las inscripciones

Lo concreto es que el Departamento Judicial Bahía Blanca se suma al sistema de Subastas Judiciales Electrónicas. Forma parte de la segunda etapa, junto con Mar del Plata, San Martín, San Isidro y Mercedes. El mecanismo había sido estrenado en La Plata, durante 2015.

Quiere decir que desaparecerán los remates judiciales convencionales, como los conocíamos hasta ahora. Y que de esa manera buscarán abortar las prácticas cuasidelictivas que los rodeaban.

Se vienen los remates virtuales. Así lo resolvió la Suprema Corte de Justicia bonaerense.

Desde hoy ya está abierta la inscripción para los usuarios a través de subastas.scba.gov.ar.

De todas maneras, los remates vía internet recién se iniciarán en fecha posterior al 1 de octubre, aún cuando el auto que dispone la venta en subasta sea de fecha anterior.

Viene ahora el tiempo de capacitar a martilleros y otros operadores externos. Ya recibieron instrucciones en el área informática del Poder Judicial local.

La competencia territorial quedará a cargo del Registro Público de Bahía Blanca, con asiento en Güemes 102, cuyo titular, el abogado Diego Esteban Machiavelli, todavía no tiene precisiones.

“Esperamos la capacitación desde La Plata”, dice el titular del organismo dedicado a certificación de copias, registración de firmas y autorización de viajes de menores al exterior, entre otras funciones administrativas y asistenciales.

Hasta el momento, el Registro Público no tenía ningún punto de contacto con los remates judiciales.

También serán capacitados, a través del Instituto de Estudios Judiciales y antes del 1 de octubre, funcionarios letrados de los fueros Civil y Comercial, Familia, Contencioso Administrativo, Laboral y Justicia de Paz.

Cómo funciona el nuevo sistema

Las Subastas Judiciales Electrónicas están abiertas a cualquier persona mayor de edad. Antes de participar en un remate (bienes muebles e inmuebles), los oferentes deben inscribirse con todos los datos personales y un nombre de usuario y contraseña.

Aunque no hace falta estar registrado para visualizar los bienes muebles e inmuebles que se encuentran en subasta, así como sus características, valores de base y datos judiciales, sí se lo requiere para participar con una oferta. En algunos casos también es requisito realizar un depósito de garantía a través de una transferencia bancaria para obtener el código de postor que permite ofertar.

Ese código de postor, que varía de subasta en subasta, así como también el nombre de usuario con que se identifica a cada interesado, garantizan que nadie -excepto la Justicia- conozca la identidad de los oferentes a fin de que no pueden ser presionados para que dejen de pujar por un determinado bien.

Luego de iniciar la puja, la subasta tiene una duración, en principio, de 10 días hábiles. Si dentro de los últimos 3 minutos previos al cierre algún postor presentara una oferta, se extenderá el tiempo de la subasta por 10 minutos y así sucesivamente hasta que por 10 minutos seguidos no se realice ninguna oferta.

Al finalizar el acto, le llegará al participante un e-mail con los códigos de postores y las ofertas realizadas. El ganador tendrá que concurrir al órgano judicial que ordenó la subasta para firmar el acta de adjudicación.

La modalidad virtual podría significar una amenaza para los martilleros, aunque dicen que no afectará su fuente de trabajo, porque la ley prevé que sigan interviniendo en el proceso, tanto a través de tareas de promoción de ventas y supervisión del estado de los bienes que salgan a remate como por el hecho de ocuparse de redactar el informe sobre la subasta que debe remitirse a la autoridad judicial.

“La gente común no se va a anotar”

Los martilleros tienen más dudas que certezas. No creen que el sistema virtual sea más efectivo o transparente. Creen que cambia para no cambiar.

Carlos Esteban, presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos, le pidió a la Suprema Corte que capaciten a los 90 operadores que funcionan en todo el distrito.“Para las cosas grandes puede andar, pero para los bienes muebles, para mi, no es bueno ni práctico. Cómo remato electrónicamente 500 o 700 lotes, por ejemplo pinzas, herramientas o tambores, como en el caso de las quiebras de una cooperativa agrícola”, asegura.

Entre otros interrogantes, Esteban se pregunta quién se va a hacer responsable de los lotes una vez que esté aprobada la subasta, porque no lo hace el martillero sino el juez.

“Yo remato un auto y no lo puedo entregar hasta que lo apruebe el juez y en ese tiempo no sé dónde se va a guardar, porque no tenemos depósito judicial. Hoy, una vez que lo paga, se lo lleva el oferente después del remate”, explica.

Esteban también está convencido de que los actores seguirán siendo los mismos. “La gente común no se va a anotar”, advierte. Y puso otro ejemplo: “En un barrio, si Doña Rosa se entera con 4 o 5 días de antelación que se va a rematar la casa de un vecino, cómo hace para hacer una oferta, si primero se tiene que registrar”, se pregunta.

El titular del Colegio, a su vez, cree que el sistema “no es tan rápido, porque estás ofertando como 10 días” y pierde la adrenalina del presencial, donde, incluso, se puede obtener mayor precio al bien, a partir de la habilidad del martillero.

Todo “bajo control” en nuestra ciudad

Esteban relativiza el funcionamiento de “La Liga” en nuestra ciudad.

“Dentro del Colegio no los he visto. Si digo que no me llegan comentarios, estaría mintiendo, pero en Bahía los tenemos muy controlados, es donde mejor se está a nivel provincial. Mientras vengan a ofertar y a comprar y no molesten, no hay problemas. Diría que hoy son mínimos los hechos de presión”.

Cuando se le pregunta quiénes integran estos grupos, responde: “se trata de abogados, inversores. Hay gente que viene de Buenos Aires, son como distintas células. No me consta que haya martilleros, sino sería el primero en denunciarlo”.

Explica, en el mismo sentido, que desde hace varios años se decidió hacer todos los remates en la sede del Colegio (Brandsen 148) por una razón de seguridad. Existen cámaras, vigilancia policial y los oferentes tienen que presentarse con DNI y quedan registrados.

Uno de los casos más resonantes tomó estado público en 2014, cuando el abogado Héctor Pacheco denunció que “La Liga” intervino para quedarse con un campo de sus representados en Mayor Buratovich.

“Dos días antes empezaron a llamar para presionar, a decir que tenían controlado el remate, que se lo iban a quedar (por el campo) y que estaba todo arreglado. Llegamos media hora antes al remate y nos abordaron en la calle. Uno me dijo que si le dábamos 100 mil pesos controlaban el remate”, dijo entonces Pacheco.

“La Liga” terminó adjudicándose las tierras en medio de una maniobra irregular, intervino el juzgado, se hizo un nuevo remate y, finalmente, los propietarios de origen, que querían recuperar el bien, lo perdieron.

Por ese caso, un martillero que es del distrito pero no de Bahía recibió una suspensión por 6 meses y otro espera una resolución de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Mar del Plata (articula en la ciudad) y fue cesanteado por 4 años de las listas de oficio.

Con un arma en la cintura

Otro operador de trayectoria en la ciudad reconoce que la situación hoy está “bastante controlada”, teniendo en cuenta que hace varios años no solo había una “liga” sino dos, que incluso se peleaban entre sí para controlar el territorio.

“Tenían contactos con otra mafia, la judicial, porque venían de Buenos Aires con datos certeros de las causas de los remates”, señala.

El “veterano”, que prefiere no identificarse, había planteado formalmente hace años que los remates tuvieran lugar en la planta baja del Palacio de Tribunales, donde funciona una sucursal del banco Provincia, para resguardar la seguridad desde distintos ángulos. Nunca respondieron a su reclamo.

Un hombre que frecuenta los remates confirma, por un lado, que un camarista civil planteó la posibilidad de hacer los remates en el ámbito judicial, pero desde La Plata desestimaron su propuesta y, por otro, que “La Liga” sigue vigente.

“No dejaron de actuar. Y siempre son los mismos. Hay un grupo de Bahía y otros, más pesados, que llegan de la Capital. El comentario es que son de la barra de River”, ratifica la versión.

El testigo, también bajo reserva, advierte que la coacción sucede tanto afuera como adentro del recinto.

“Nadie me lo contó. Yo lo he visto. Si sos desconocido, te paran en la entrada y te preguntan si venís a ofertar. Si la respuesta es positiva, te dicen que no lo hagas, porque ellos van a comprar o sino te dicen ‘dejanos ofertar y después revoleamos el boleto afuera’. No puedo asegurar que algunos martilleros estén entongados, pero tampoco lo descarto”, señala.

En la misma línea cuenta una anécdota que observó hace 2 años: “Vi que uno de estos tipos se abrió el saco y le mostró a alguien que tenía un revólver en la cintura. No sé si estaba cargado o era apto para disparar, pero que lo tenía, lo tenía”.

Por último, el testigo, que además es abogado, califica como positiva la medida de la subasta electrónica. “Cada uno va a ofertar desde su casa, no hay forma de apretar a nadie”, cierra.

Fuente: La Nueva.