12/04/2017EDUCACION

¿Sabías que…? Por la Directora Lucrecia Ekert.

Todos recordamos esta pregunta disparadora que supo estar muy de moda en libros, manuales y revistas escolares. Una pregunta concreta que llamaba la atención y que invitaba a una segura lectura de la respuesta.

Es la que utilizó la Directora Lucrecia Ekert, docente de muchos años de ejercicio de esta profesión, motivada por la pregunta de uno de los periodistas que asistía a la conferencia de prensa, en torno a la importancia de “convencer a los padres, para que vayan entendiendo la lucha de los docentes”.

Primero respondió Graciela Gangone que la comunidad, los padres, se acuerdan de los docentes en febrero y cuando hay alguna catástrofe, inundaciones, gripe A: “ahí somos excelentes docentes, abocados, con vocación. Cuando hay problemas sociales los docentes somos los que atendemos a los chicos. No estamos negando esto, pero no sé si nos corresponde. A nosotros nos correspondía educar. Y yo creo que esta parte social que hemos vivido desde el 2000-2001 se ha venido abajo la imagen de todos los docentes. A mí me ha tocado, y yo creo que a más de uno también, que un padre venga y nos diga ‘si a mí no me das zapatillas me llevo al chico de la escuela’”.

“Y no es así. El rol de la escuela es educar. Y quienes están detrás de la educación de los chicos somos los docentes. Y no sólo cuatro horas. Estamos mucho más. Acá estamos hablando de un reclamo salarial que viene desde hace muchos años. Estamos hablando desde hace muchos años del mismo tema. Y muchos medios de comunicación tienen que ver con lo mal visto que estamos por la comunidad. Todos los medios de comunicación no están diciendo la verdad. Nuestro básico es de $4.200”.

Luego de esta intervención, tomó la palabra Lucrecia Ekert, que aquí reproducimos textual. Imperdibles. Para reflexionar.

“Me toca estar en la dirección de una escuela hace ya varios años y pasan los gobiernos y continúan los mismos problemas. Le quiero hablar a los padres. ¿Saben que cuando un docente falta porque está enfermo uno tiene que cubrir como director, vice, secretario, y si no están ellos en su función repartir a los niños en los distintos salones? ¿O estar a la deriva, pensando qué docente tiene hora institucional para poder cuidar y darle clase a esos niños? Ya nos ha tocado en la escuela en la que estoy trabajando, una semana entera, un docente gracias a Dios quiso rendir para la Dirección de Escuela y es una semana de estudio, en la que nosotros nos hicimos cargo como personal directivo. Los docentes acompañaron. Ni les cuento cuando esos días que estábamos a cargo de ese grado otra docente faltó porque estaba enferma, ¿cómo hacer para atender a los dos grupos, a las dos secciones donde no teníamos docentes? Pero además, a los padres, los docentes no quieren hacer suplencias, porque nunca cobran la suplencia y porque además no les interesa cobrar tan poco. No tienen incentivo alguno para cubrir esas suplencias”.

Y agregó: “¿los padres saben que es la Cooperadora quien compra los artículos de limpieza? ¿Saben que desde el gobierno nos dan $200 por mes para comprar lavandina y que nos dan un poco más desde el Consejo Escolar de bidones de algunos artículos de limpieza y que en una escuela grande no alcanza? ¿Saben que podemos dar clase porque Cooperadora compra las tizas en el día a día? ¿Saben que los pizarrones, las sillas que se rompen –ayer una señorita de 3er grado casi se cae porque se desoldó- que nosotros tenemos que salir a buscar un herrero para que haga ese arreglo y mañana pueda tener la señorita una silla para sentarse? ¿Saben que no tenemos aulas funcionando como corresponde, con las sillas reglamentarias? Por ejemplo, en Biblioteca, tenemos sillas que compró Cooperadora y son de plástico, con todo el peligro que ello ocasiona. ¿Saben que Cooperadora hizo porque teníamos un montón de madera, mesas para esa biblioteca, porque nosotros tenemos mesas? Muchas cosas los padres no saben y lo callamos. Y de pronto si mañana no podemos dar clase porque se nos terminó el dinero de Cooperadora y no tenemos ni para tizas ni para limpieza, ¿qué hacemos, papá y mamá? ¿Sabes que gracias a tu aporte de poder comprar o no un libro tu hijo está aprendiendo? ¿Sabes que muchas veces, muchas veces, los docentes hacemos una vaquita con un poco de dinero cada uno y le compramos a Pedrito, Juan, María y Florencia, los libros para poder estudiar y aprender? ¿Sabes que recibimos a los niños con algunos conflictos que ya lo traen familiarmente y nosotros hablamos con papá y mamá, contándole lo que vemos en su hijo y que se necesita un apoyo de un profesional externo? ¿Sabes que nosotros nos damos cuenta que tu hijo necesita ser operado, que vos tal vez no te diste cuenta? ¿Sabes que le damos dulzura y afecto en el día a día, le damos nuestro sentimiento, ponemos todas nuestras emociones para enseñar porque si no es desde el afecto el niño no aprende? Todo eso y mucho más, que queda en mi tintero o en mi no memoria, hacemos por la educación. Otra cosa que quiero aclarar es que siempre, en cualquier gobierno, de todo color, sentimos que las decisiones que se toman sentados en un escritorio, en Buenos Aires o en La Plata, son en base a lo que sucede cerca, en el Conurbano, cerca de donde están gobernando. No miran más allá. Y nosotros existimos. Nuestro distrito trabaja bien y me siento muy dolida por los dichos de muchos que están en el Ministerio y en el gobierno hablando de los docentes. Nosotros no somos así. En Coronel Suárez no somos así. Tenemos debilidades, pero tenemos la fortaleza del afecto. El afecta hacia nuestra vocación y hacia la infancia”.