Charlas y talleres para hablar del suicidio y cómo prevenirlo

Invitado especialmente por el grupo Vida que trata en Coronel Suárez problemáticas ligadas al suicidio brindó una serie de charlas el especialista en Prevención del Suicidio Marcos Vanzini, quien trabaja en la ONG Escenarios Saludables. 

Con un pasado dentro de la Iglesia y con un fuerte compromiso social, el lic. en Teología insistió en la necesidad de hablar del suicidio, conocer las alertas que dan las personas que toman esta fatídica resolución y comprometer a la sociedad a acompañar a quienes sufren y no ven otra salida más que terminar con su vida. 

María Antonia Urruti, integrante del grupo Vida comentó que “el suicidio es un tema muy serio y afecta no solo al que decide tomar esa decisión sino a todo su entorno. Por eso tenemos que trabajar para acompañar y sostener a aquellos que sienten que la vida es insoportable”. 

Marcos Vanzini en tanto sostuvo que “nos gusta pensar que el suicidio es muy improbable. O que en todo caso es algo que le pasa a otros, siempre a otros, a personas con desórdenes mentales graves o con vidas realmente atormentadas. Pensar así nos brinda una falsa sensación de seguridad: “si el suicidio está lejos, mis seres queridos y yo estaremos a salvo". Además, "si alguno de los míos pensara en el suicidio yo lo notaría”. Lamentablemente, las cosas no son así”.

El Ministerio de Salud de la Nación dice que más de 3200 argentinos mueren cada año a causa de suicidio. La OMS advierte que este número podría estar subestimado ya que muchos suicidios no se informan como tales debido al estigma social que pesa sobre la conducta suicida, y que por cada suicidio consumado hay por lo menos 20 intentos de suicidio y cientos de personas que sufren pensamientos suicidas.

La prevención del suicidio según Vanzini tiene tres patas fuertes, una es “la acción del Estado, otra es el trabajo de los medios de comunicación y la tercera es la conciencia comunitaria”.

El licenciado remarcó que “es importante saber que el suicidio se puede prevenir. El desafío es aprender a estar atentos, la mayor parte de las personas van dando señales que hablan de su deterioro o su dolor. Detrás de cada suicidio hay una persona que sufre de tal manera que no encuentra otra salida”. 

A su vez mencionó que “aunque no sepamos cómo ayudar, debemos estar cerca. No siempre sabemos qué decir pero si podemos poner el hombro, abrazar, esto nos hace sentir menos solos. Lo importante es aliviar el dolor a la persona que sufre, que no siempre tiene plena conciencia del dolor que se le fue acumulando, hasta que explota”. 

Los factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual. Entre ellos se encuentran las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, los intentos de suicidio anteriores, etc.

Trabajar sobre los factores de riesgo para reducir los medios de suicidio y potenciar los factores de protección para fomentar la resiliencia, pueden reducir de manera eficaz las tasas de suicidio.

“Lo importante es romper el aislamiento de la persona en riesgo suicida, nosotros en las charlas hablamos de ollas a presión, nosotros debemos generar alivio y no mayor presión a la persona que sufre”, dijo. 

Por último dijo que “muchas veces le dicen al suicida que piense en su familia, y el suicida ya pensó en su familia porque no toma esa decisión por desprecio a la vida sino para terminar con su dolor. Es muy importante armar una red de sostén para que no siga cayendo”.