La vacuna como una luz de esperanza, después de meses de soledad y aislamiento

Los enfermeros que están en el vacunatorio de la calle Israel y el personal que está trabajando allí, en el operativo, pueden dar fe de lo que mucha gente siente cuando se aplican la vacuna. Hay una sensación de liberación, ni más ni menos. 

Al Director de Enfermería fue a quien consultamos al respecto. Luciano Crededío dijo que “es un lugar al que la gente llega con expectativa, con alegría, se emociona. Hay llantos, risas, de todo. Producto de la alegría de poder recibir su vacuna. Sobre todo, la gente mayor. Hay anécdotas particulares increíbles”. 

“Ayer (por el jueves) yo estaba con las chicas ayudando a hacer el triage inicial (protocolo de clasificación), una señora vino, espectacularmente bien, caminando, producida divina, y cuando mi compañera preguntó qué edad tenía le dijo: 98 años. Todos nos quedamos admirados. Con una vitalidad, unas ganas… cosas así se van generando todos los días en el vacunatorio”. 

La gente “toma esto como una esperanza. Había un matrimonio de gente mayor y nos decía: ‘este (por la vacuna) es el pasaporte para ir a ver a nuestros nietos, que viven en Buenos Aires’. Así que estaban contentos, contando los días para la segunda dosis, así después podían volver a viajar a ver a sus nietos, que por un año no los han visto. Así que estaban felices”. 

Cuando la gente cuenta “cómo ha vivido el 2020, no es de esperarse otra cosa que esta gran alegría. Cuando cuentan cómo lo han pasado, el encierro, la soledad, la angustia del no saber hasta cuándo iban a tener que estar de esa manera… esto es un aliciente” finalizó Luciano Crededío.