12/08/2020SALUD

“La cuarentena sirve para encontrarnos”.

Lo dijo la Lic. en Psicología Melisa Welsh.

Integra el equipo de profesionales del Servicio de Violencia Doméstica, y desarrolla una gran actividad docente y profesional.

En el principio de la entrevista la consultamos en torno a cuánto se han incrementado las consultas por la violencia en los entornos familiares. 

“La violencia fue en escalada. Al estar todos más juntos, más irritables, con mayor ansiedad. La ansiedad es un mecanismo mucho más básico que el resto, y se caracteriza por cierta nerviosidad y tensión relativa, sucede que va en escalada, la violencia en cada familia. Sobre todo, en el primer momento de la cuarentena hubo muchísimas consultas. Nosotros trabajamos como siempre, como lo hicimos desde un inicio. Dando respuestas inmediatas a través de la guardia”. 

A las mujeres que puedan estar viviendo esta situación, indica la profesional consultada, que “no dejen de acercarse al servicio. Si pueden denunciar muchísimo mejor. Pedimos que se acerquen a asesorarse, a consultar por cualquier cosa, aunque sea mínima”.

Más adelante, y consultada la Lic. Melisa Welsh en torno a cuáles son los daños de este encierro primero y del distanciamiento que estamos teniendo ahora, responde que “la cuarentena implicó una respuesta ansiosa. No tanto hipocondríaca en un primer momento. Donde empezamos a tener un cuidado extremo en relación a lavar los objetos, limpiar las casas. La ansiedad busca tener un cierto control permanente sobre la causa, que se proyecta en la realidad. Y eso hace que sea un mecanismo muy primario, que siempre termina fracasando. Esto fue en una primera etapa”.

En una segunda etapa, indica, “lo que se observó, en general, fue que se empezó a producir angustia. Y la angustia opera sobre la realidad. Va hacia un motivo mucho más íntimo, más interno. En donde empieza a haber siempre movimientos y preguntas sobre sí mismo, con lo cual siempre es una construcción”.

Dentro de todo, expresa, “la cuarentena permitió para muchas personas una construcción de sí mismos. Lo que produjo fue también una intención de estar permanentemente hiperconectados, que esto sí también estresa mucho. Hay un intenso trabajo donde se está tan conectado que se está muchas horas al día trabajando”.

Agrega la Lic. Melisa Welsh que “no tenemos una cuarentena, porque no es igual a todos. Tenemos ‘las cuarentenas’, en plural. Para distintas personas no es lo mismo”.

Por otra parte, “la cuarentena nos interpela respecto a ser productivos, en muchos casos no sabemos qué hacer con el ocio. Ahí es donde aparece también la ansiedad. Vivimos permanentemente haciendo y frente a la posibilidad de no hacer aparecen las grandes ansiedades”.

Agrega que “la cuarentena sirve para reencontrarnos, no sólo con nosotros mismos, sino también con las personas más cercanas, como nuestros hijos. En otro momento estábamos con los tiempos mucho más acaparados. Reencontrarnos desde un lugar totalmente diferente, con posibilidad de escuchar. Es un buen momento para esta cuestión de reestructurarse, armarse, desde otro lugar, con quien tenemos cerca y para empezar a ampliar nuestros lazos sociales, nuevamente”.