26/05/2020SALUD

El INTA dio un paso fundamental para el control del dengue.

Desarrolló un biolarvicida que, a diferencia de otros en el mercado, utiliza insumos más económicos y de fácil acceso.

Con el avance del dengue en la Argentina surgen precauciones y recaudos para la salud e integridad de la población, pero también la necesidad de contar con múltiples respuestas que puedan aportar al combate del mosquito vector. Frente a este panorama, el INTA desarrolló un biolarvicida que actúa contra el temido Aedes aegypti.

Se trata de una formulación líquida, elaborada a base de Bacillus thuringiensis israelensis (Bti) para el control del mosquito transmisor de la infección viral. Fue desarrollado por el Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA Castelar. Si bien se aclaró que en el mercado hay productos similares en el mercado doméstico, desde la institución se confirmó que se utilizó un protocolo de producción con insumos más económicos y de fácil acceso.

“Se trata de un preparado estable y efectivo bajo condiciones similares a las de campo que podrá sustituir a productos importados”, destacó Diego Sauka, el responsable del laboratorio Insumos Bacterianos e investigador INTA–CONICET.

Esta tecnología, se aclara, es un método de control eficaz para combatir las larvas del mosquito transmisor y está disponible para ser licenciada a empresas interesadas en producirlo y comercializarlo.

Asimismo, los especialistas entienden que el control químico del vector debe hacerse con productos autorizados por la ANMAT, tanto en el combate de la fase acuática como aérea y, a su vez, utilizar biolarvicidas para el control de larvas en la fase acuática.

Este biolarvicida es el resultado de años de investigaciones con esta bacteria de origen natural y de la cual surgieron otros prototipos de bioinsumos destinados al control de plagas, como insectos lepidópteros, coleópteros y dípteros.

Una de las principales características de este biolarvicida es que la larva del mosquito muere, pero es inocuo para el ambiente donde se aplica. Además, debido a que es seguro, tanto para las personas como para los animales, se puede incorporar en agua potable si se respetan las indicaciones del marbete –etiqueta–, en cuanto a las dosis recomendadas.

No presenta inconvenientes al usarlo de manera permanente ya que la radiación solar lo elimina del medio. Se considera que una vez aplicado, si está expuesto al sol, debe ser repuesto después de 10 o 15 días, aunque demostró una vigencia de hasta 30 días cuando los ambientes acuáticos son sombreados o semisombreados.

Los investigadores del IMYZA recordaron que estos productos son reconocidos por la Organización Mundial de la Salud, al establecer que el éxito de los bioinsecticidas se basa en dos pilares fundamentales: su eficacia y la seguridad ambiental. La OMS concluye que los productos a base de Bti son seguros para ser utilizados en el control de larvas de mosquitos en ambientes acuáticos, incluyendo reservorios de agua potable.

Fuente: La Nueva.