19/10/2019RELIGION

Encuentro de colegios católicos. “Bautizados y enviados”.

Más de 1.000 estudiantes de colegios católicos y Parroquiales de la ciudad de Coronel Suárez, los Pueblos Alemanes y la región se reunieron en la jornada del viernes.

Lo que se inició como un encuentro de escuelas católicas del distrito se extendió ahora más allá de las fronteras de Coronel Suárez.

Consultado Diego Areán, que es Director del nivel secundario del Colegio FASTA San José, así se refirió a este encuentro.

“Es la cuarta marcha que hacemos. En los comienzos nació como una idea del grupo de Pastoral del Colegio Estrada, que invitó a las escuelas parroquiales de San José y Santa María, y al Colegio FASTA. Después fue creciendo, sumando colegios que pertenecen al Arzobispado”, dijo en el principio de la entrevista.

Han estado participando en encuentros anteriores alumnos del Colegio La Asunción de Bahía Blanca y el Colegio Fortín Pavón de Saldungaray.

El viernes participaron ocho colegios religiosos, “algunos que pertenecen al Arzobispado, otros que pertenecen a congregaciones. Nos hemos propuesto ya hace algunos años generar estos espacios para manifestar la fe, para celebrarla, para reencontrarnos, para que los chicos tengan una experiencia alegre de la fe, con distintas temáticas”.

En la propuesta que culminó el viernes, y en el marco de la iniciativa del Papa Francisco, que octubre sea un mes “en el que se medite de manera extraordinaria, se reflexione y se hagan obras en función de lo que es la misión, de anunciar el Evangelio, nos sumamos como actividad. Nuestro Arzobispo nos pidió que hagamos mucho ruido, que ‘hagamos lío’, como dice Francisco”.

Y la presencia de los jóvenes se sintió mucho por las calles de la ciudad.

Primero se reunieron en el salón de usos múltiples del Colegio FASTA, donde compartieron un almuerzo a la canasta. Luego caminaron hacia el Anfiteatro Inda Ledesma, y en el trayecto realizaron una tarea misional, dejando mensajes en las viviendas, en los comercios, a la gente con la que se cruzaron, entregando lo que los chicos en cada colegio habían preparado.

Este momento fue emotivo, y muy colorido, mostrando en letras gigantes el lema del encuentro: “Bautizados y enviados”.

“El bautismo nos impulsa a compartir la fe con los otros. Eso es lo que trabajamos con los chicos y el viernes fue el cierre de eso. Con un rosario misionero, que tiene una característica particular, porque identifica la misión y las ganas que tiene la iglesia de anunciar el Evangelio en todo el mundo, en cada continente”, dijo Areán.

Luego, a las 15 horas, todos los participantes a este encuentro marcharon hacia la Parroquia, para la misa de cierre, presidida por el Padre Jorge Wagner, Obispo electo para la Arquidiócesis de Bahía Blanca como Obispo Auxiliar, y quien será ordenado el próximo 16 de noviembre en la Iglesia de Pueblo San José.

Cerca de 1.000 jóvenes estuvieron presentes, acompañados por docentes, directivos, autoridades educativas, como el Inspector Jefe Regional Profesor Fabián Palma, y el recientemente designado por el Papa Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Bahía Blanca Jorge Wagner.

Hubo todo un trabajo previo, “que se hizo a lo largo de tres semanas. Es un espacio que enriquece muchísimo a los colegios, para que dialoguen entre ellos, para que tengan un proyecto común, para que podamos compartir la fe. Se trabajó mucho el tema del bautismo, que nos incorpora a la vida cristiana y, por lo tanto, a tratar de siempre poder contagiar eso que hemos recibido, que es la fe. Eso trabajamos con los chicos en el tiempo previo”. Y lo del viernes fue “el corolario de todo lo trabajado en las aulas”.

Emocionaba ver a tantos jóvenes movilizados a través de la iglesia. Al respecto, Areán dijo que “la actitud de ellos, la forma de ser, tanto de los jóvenes como de los niños, son como siempre nos pasa a los adultos, aquellos que nos ayudan a recuperar la frescura de la propuesta del Evangelio. La alegría, el servicio, la simpleza, la valentía, el animarse a hacer cosas que uno de grande no se animaría. Los jóvenes se animan a muchas cosas que uno de adulto no se animaría. Ellos siempre buscan incorporar la fe a la vida cotidiana con sencillez, con alegría, con mucha decisión. Eso a los adultos nos reconforta mucho y nos muestra que por ahí va la fuerza y la energía. El año pasado el Papa Francisco convocó a un sínodo de los jóvenes y en todos los documentos que animó él orientaban hacia eso, a que dejemos a los jóvenes ser protagonistas”.