27/11/2018RELIGION

En el Día de Cristo Rey, Rey de nuestro corazón.

Encuentro en nuestra ciudad de quienes poseen su vida consagrada. Religiosos, religiosas y laicos consagrados, de las distintas partes de la Arquidiócesis de Bahía Blanca, misionaron en Villa Belgrano para hacer presencia en las familias. Compartieron la eucaristía e intercambiaron experiencias.

Desde el Hogar La Providencia la Hermana Liliana nos comentó que se reúnen unas cuatro veces al año y, esta vez, propusieron un encuentro en Coronel Suárez.

Reafirmó que “queremos encontrarnos con la gente, aquí en Suárez hubo presencia de varias congregaciones y ahora estamos nosotras solas.

Los que son más grandes extrañan esta presencia y los más jóvenes por ahí no la conocen, no la han vivido. Es una posibilidad entonces para encontrarse con la vida consagrada, poder hacer preguntas, compartir”.

El sábado por la mañana, luego de la misa, estuvieron misionando en el Barrio Villa Belgrano, “para hacer presencia como Iglesia en las familias”, explicó la Hermana Liliana.

Y luego, al mediodía, en la Capilla Sagrado Corazón de Jesús de Villa Belgrano, fue la consagración de las familias a Cristo Rey, en una ceremonia de la cual participaron varias familias que viven en Villa Belgrano para el cierre de esta misión, donde hubo una pequeña celebración de quince minutos para consagrar a cada familia al corazón de Cristo Rey.

Desde el Hogar La Providencia y Capilla de Villa Belgrano señalaron que “fue un día muy especial en nuestra pequeña comunidad, ya que nos visitaron quienes viven una vida distinta, escuchándolos, viéndolos, se me ocurre esto, una vida distinta”.

“Son hombres y mujeres comunes y ‘normales’, como los escuché decir entre risas con un dejo de ironía y tienen razón, pero aún así son distintos y los necesitamos así, necesitamos su presencia, esa ropa que los distingue, esa cadencia, esos modos, hoy más que nunca... Mi teléfono está lleno de lindos mensajes, de agradecimientos, de cuándo vuelven, dígales la próxima que pasen por mi casa".

“Hoy son criticados, vapuleados, solo se resaltan sus defectos en los medios, por suerte la vida no es lo que vemos allí, los necesitamos, así: distintos. Cercanos, pero un poquito lejos también, porque nos gusta creer que, con todas sus falencias humanas, están más cerca de Dios, porque él los ha llamado de manera especial y pueden hablarle al oído, contarle de nosotros, ser nuestro puente, porque ‘gente común y normal’ hay mucha. Y como ustedes pocos. ¡Rezamos porque haya muchos más! No se vuelvan ‘normales’, sino, ¿quién le hablará en la oreja a Dios?”.

“¡Feliz día de Cristo Rey! ¡Rey de nuestro corazón!”.