24/10/2020RELIGION

Convivencia homosexual: "La Iglesia no cambia su opinión, pero sí su acercamiento"

El arzobispo remarcó que "la Iglesia no ha cambiado en cuanto a la concepción del matrimonio en el sentido preciso de unión estable entre varón y mujer, que se unen en reciprocidad, se enriquecen en esa diferencia y están llamados también a la procreación".

El arzobispo de Bahía Blanca Carlos Azpiroz Costa dialogó este viernes con La Nueva. sobre el pedido que hizo el papa Francisco para que la convivencia civil de personas homosexuales sea protegida por la ley.

Reconoció que si bien no vio el documental del Papa, sí leyó las declaraciones en distintas publicaciones periodísticas.

"El Papa habla del derecho a estar en familia. Todo hijo de Dios se cría en un ambiente familiar y tiene derecho a pertenecer a una familia porque ninguno por el hecho de tener determinada tendencia puede ser expulsado de la familia", comenzó diciendo el arzobispo.

Y agregó: "El Papa también dice que la pertenencia a esa familia forma parte de su dignidad como persona y eso no depende de la conducta; somos familiares por naturaleza".

El arzobispo aclaró que "una cosa es eso y otra es el matrimonio: la Iglesia no ha cambiado en cuanto a la concepción del matrimonio en el sentido preciso de unión estable entre varón y mujer, que se unen en reciprocidad, se enriquecen en esa diferencia y están llamados también a la procreación".

Consideró que el Papa puede haber hecho referencia, "aunque no lo haya expresado así, al pacto de convivencia solidaria de manera de garantizar a quienes lo establecen (que no necesariamente implica relaciones sexuales) derechos y deberes respecto a la enfermedad y también a los aspectos patrimoniales, es decir, pensiones, jubilaciones, derechos sucesorios".

En este marco, si bien reconoció que hoy se ve una Iglesia más cercana también mencionó que a lo largo de la historia el catolicismo se ha manifestado sobre este tema con documentos, cartas y declaraciones —por ejemplo, en 1975, 1986 y 2003—, donde se hizo hincapié en la importancia de comprender a las personas homosexuales, rechazar todas las expresiones y acciones violentas contra la homosexualidad y empezar a discutir cuestiones relacionadas al reconocimiento legal de las uniones entre personas del mismo sexo.

"En la medida en que la Iglesia va comprendiendo más la misma dinámica de la persona, no es que cambia de opinión sobre un tema pero sí su disposición o acercamiento pastoral. No es que antes estuviera lejos, en 1975 ya se hablaba de la importancia de acercarse y no rechazar a la persona homosexual", señaló el arzobispo.

Y añadió: "Como en muchos otros casos, uno comienza a aprender cada vez más. Uno mismo cuando crece comprende mucho más a su hijo, aunque no justifique o acepte sus actos. No deja de considerarlo su hijo más allá de que haga esto o haga aquello. Eso es importante: uno no deja de ser hijo".

A su vez, dio un mensaje a la comunidad bahiense: "Como pastor de la Iglesia de la arquidiócesis de Bahía Blanca, exhortar a las personas a que se acerquen sin distinguir la condición. Toda persona está llamada a acercarse para encontrar consuelo, una oreja que escuche y una oreja que escuche es un corazón que acepte también la formación cristiana. Justamente el Papa cuando se refirió a eso relató, según dicen, una carta de personas homosexuales que le habían dicho que sus hijos necesitaban y querían tener una enseñanza catequística, y por supuesto".

"Más allá de que a veces uno encuentre personas que nos tratan bien o mal [dentro de la Iglesia], y no justifico los malos tratos, hay que intentarlo. Así como a veces uno dice 'No voy a este negocio porque no me gustó; voy a otro'; quien busca al Señor, golpea. El evangelio dice 'Busquen y encontrarán, golpeen y se les abrirá, pidan y se les dará'. La vida de Dios en uno es mucho más grande que la cara que te pueda poner tal o cual, aunque no estoy justificando esa cara", aclaró.

El arzobispo remarcó que "no quiero centralizar la experiencia de Iglesia en lo que yo he percibido o en lo que yo he sentido, pero como miembro de la Iglesia uno ve a través de los documentos que es notable la apertura. Cuando digo apertura no es 'Ah, lo que dije antes no me importa'; uno sigue manteniendo los principios pero el acercamiento y el modo de comprender a quien padece tal o cual cosa es notable".

"Uno lee en el evangelio el tema de la esclavitud, de la pena de muerte y uno ve cómo la Iglesia ha ido penetrando en el misterio de la dignidad de la persona [...] Sea por la experiencia personal en el corazón de la Iglesia, sea porque uno lo nota desde que es cura, es notable que la altura, la anchura, la longitud y la profundidad del misterio de Dios se va desplegando a los ojos de uno, basta que uno tenga la docilidad para dejarse enseñar", cerró.

Fuente: La Nueva.