23/03/2019REGION

Crisis: desde Cáritas y otras ONG reconocen que se disparó la demanda de ayuda y casi no dan abasto

Referentes de entidades sociales y ONG confiaron a La Nueva. que la cantidad de familias asistidas se duplicó, en algunos distritos, desde mediados de 2018. "Es básicamente por falta de empleo", opinó la mayoría.

Referentes de Cáritas y otras ONG de la región que brindan contención social reconocieron que desde mediados del año pasado hasta hoy aumentó considerablemente la demanda de ayuda, a tal punto que en algunos distritos, como Coronel Suárez y Tres Arroyos, la cantidad de familias asistidas mes a mes se duplicó.

El dato pone en contexto la información difundida esta semana por el INDEC: el desempleo en el país trepó al 9,1% en el último trimestre de 2018, uno de los índices más altos de las últimas décadas.

“Se ha incrementado mucho la entrega de alimentos y es básicamente por la falta de empleo -alertó María Pastor, de Cáritas Coronel Suárez-. Antes hacíamos una ficha de cada familia que asistíamos; ahora, como viene gente nueva constantemente, dejamos de llevar la cuenta. Igual puedo decir que entre los últimos meses del 2018 y comienzos de este año el pedido de ayuda de duplicó”.

La entidad asiste con ropas y alimentos a unas 200 familias por mes.

“Vemos muchas caras nuevas, gente de todas las edades -refirió-. Algunos llegan con timidez, porque es la primera vez que tienen que pedir ayuda. Varios son despedidos de la fábrica (de zapatillas Dass) a los que ya se les terminó el fondo de desempleo y no han conseguido un nuevo trabajo”.

Pastor se mostró preocupada por los menores de edad, y reconoció que en los últimos meses han comenzado a racionar las entregas “para que alcance para todos”.

Marcela Goñi, titular de Cáritas Tres Arroyos, describió una situación similar. Según dijo, hoy contienen a más de 100 familias, el doble que hace un tiempo atrás.

“El incremento de la demanda comenzó a sentirse a mitad de 2018. Hemos tenido momentos de menos, cuando incluso llegamos a 80 familias y nos sentimos medio holgadas, pero después nos empezó a aumentar”, confió.

Familias que vuelven

María Fernández, de Cáritas Coronel Pringles, dijo que están volviendo a solicitar ayuda familias que tiempo atrás habían logrado autosustentarse.

“Las familias que necesitaban asistencia siempre se iban renovando, pero este ultimo año se ha dado el caso de personas que habían dejado de venir, porque estaban en mejor situación, y ahora volvieron”, explicó.

La mujer dijo estar preocupada no sólo porque se han sumado muchas familias, “sino porque además los alimentos han aumentado de precios”, haciendo cada vez más difícil el trabajo de asistencia.

El dato fue corroborado por Mario Machado, hasta el año pasado responsable de dos comedores comunitarios pringlenses. Según dijo, tuvieron que cerrar uno -Acuarelados- y los hogares transitorios que tenían a disposición.

“Al comedor ubicado en el barrio Roca no lo pudimos sustentar -confió-. Las ferias de ropa y venta de bonos bajaron, y el dinero para comprar alimentos no alcanzaba para los dos comedores. Y los hogares transitorios los cerramos porque no podíamos pagar los servicios. Ahora los alquilamos y de allí ingresa el dinero para sustentar un solo comedor”.

Al único comedor que quedó abierto -Rinconcito de Acuarela- concurren no sólo chicos, sino padres.

“En los últimos años se nota mucho la pobreza, y el año pasado tuvimos una situación crítica. Aquí vienen familias completas a alimentarse”, cerró Machado.

Los lunes se comen todo

Evangelista Nervi, responsable del Centro de Atención Integral Amor y Fe, de Guaminí, dijo que en los últimos seis meses “aumentó mucho” la demanda de ayuda en el lugar, que funciona como guardería y comedor para niños de 3 meses de edad en adelante.

“Recibimos niños de todos los sectores socioeconómicos, ya sea porque sus padres no consiguen el recurso humano para cuidarlos o no pueden pagarlo, y notamos que creció la demanda. Creemos que es porque los dos jefes de familia deben salir a trabajar o lo deben hacer durante más horas. A veces los sueldos no alcanzan para pagar un alquiler y pagar una niñera”, opinó.

Nervi señaló que otro aspecto que les está llamando la atención es el comportamiento de los chicos en el comedor de la entidad.

“Algunos días eligen qué comer, pero los lunes se comen todo lo que les damos. Es el día que más comen”, dijo, en obvia alusión a que durante el fin de semana no estarían recibiendo la alimentación que necesitan.

La mujer dijo que para hacer frente a la demanda, además de los fondos que reciben de la Provincia, están haciendo dos ferias de ropa por mes.

“Antes hacíamos una -aclaró-. La feria cumple dos funciones: recaudar fondos y prestar ayuda social, porque vendemos prendas usadas a cinco pesos. Y cada vez viene más gente; no sólo a buscar ropa, sino además frazadas, sábanas, algún mueble y calzado”.

“Como nunca antes”

La directora de Cáritas Saavedra, Virginia Appathie, estimó que la demanda de ayuda creció entre un 15% y 20% desde diciembre.

“Este año, como nunca antes, nos sorprendió que en enero ya nos consultaban si íbamos a dar ayuda para el inicio de clases -contó-. En Navidad también lo notamos: todos los años armamos canastas y, en general, las entregamos a 80 familias; a fines de 2018 los pedidos superaron los 100”.

“Ya el año pasado nos había llamado la atención que se acercaran familias que nunca habían pedido ayuda, que tienen trabajo formal pero que no les alcanza”, añadió.

Appathie dijo que la situación está complicada “tanto para el que pide ayuda como para el que está dispuesto a brindarla”.

“Tenemos nuestra despensa de alimentos totalmente vacía -remarcó-, y eso que para la compra de comida utilizamos hasta los recursos que antes se destinaban, por ejemplo, a mejoramiento habitacional”.

Mario Berjecio, de Cáritas Tornquist, confió que han tenido que agudizar el ingenio para responder a la demanda; aún así -reconoció- hay familias en lista de espera.

"Desde el 2016 la demanda va en aumento. Nuestro rol es tratar de asistir a aquellas familias que tiene hijos chicos, pero a veces se complica llegar a todos. La bolsa de mercadería que entregamos tiene 16 los productos, pero a veces la achicamos un poco para llegar a otra familia necesitada; igualmente tenemos gente en lista de espera, ya que los recursos con lo que contamos no nos permiten asistir a todos", señaló.

Un panorama idéntico plantearon Delia Marcaida y Graciela Schmidt, de Cáritas Carhué.

“No podemos cubrir las necesidades al 100% en lo que a alimentos se refiere. En alimentos básicos para niños cubrimos el 60% de lo razonablemente ideal, todo con el aporte de la comunidad”, enfatizaron.

Ambas directivas aseguraron que el incremento de la demanda de ayuda es “preocupante”.

“Tomando de enero a la fecha se ha incrementado en un 30%. Pero, si tomamos desde el 2016 hasta hoy, la demanda subió un 150%”, revelaron.

Falta de viviendas y usurpaciones

El director de Cáritas Coronel Dorrego, Javier Lavagno, refirió a La Nueva. que en ese distrito la demanda de ayuda social se mantiene estable, aunque admitió que el problema de la falta de viviendas “es muy serio”.

“Hay familias que han tenido que usurpar casas u otros espacios que no tienen ni sanitarios. Esto es porque no les alcanza para la comida, ropa, pagar los servicios y otros gastos -admitió-. Esto hizo crecer la demanda de chapas y los pedidos para arreglo de puertas. Estas personas viven en condiciones muy precarias”.

Mencionó que el principal problema es laboral, más allá de que hay muchas personas que “tienen una mala organización de sus vidas porque vienen de generaciones donde no existe la cultura del trabajo”.

La directora del Centro Educativo Complementario de Puan, Graciela Delgado, expresó que desde la semana pasada a esta duplicaron la cantidad de chicos anotados.

"Van rotando, porque un día vienen y otro día no. La comida siempre atrae”, reconoció.

Señaló que en el lugar se recibe hasta “chicos de otras provincias o lugares cercanos a Puan que llegan con sus padres, en busca de trabajo”.

"Hay chicos que toman mucha leche. Nos llama la atención. Algunos, hasta tres tazas”, finalizó.

Desde Cáritas Monte Hermoso señalaron que la demanda, por ahora, se mantiene estable.

“La gente hizo la temporada y por ahora está más o menos bien. En junio se va a empezar a notar la falta y vendrán a pedir asistencia, sobre todo para calefacción”, señalaron Emilia Kriescher y María Peláez.

“Hay chicos que esperan ansiosos el lunes para comer bien”

En Pigüé, en una clara respuesta a la crisis y el aumento de la demanda de ayuda social, este verano se creó el comedor para chicos Pi Hue.

“La idea surgió el año pasado -contó Maricel Frayssinet, quien junto a su esposo comenzaron con esta iniciativa a la que se fue sumando mucha gente-. Para el Día del Niño recorrimos varios hogares llevándoles el desayuno que todos los años preparamos desde Cáritas y pudimos apreciar la necesidad”.

“Además, quienes tenemos alguna vinculación con las escuelas sabíamos que hay chicos que esperan ansiosos el lunes no para estudiar, sino para comer bien”, añadió.

El comedor arrancó el 26 de enero. Actualmente recibe a 37 chicos en el barrio Juan Murguía y a otros 10 en El Ángel todos los fines de semana.

“Pueden asistir chicos de todas las edades, pero en general se acercan los de edad escolar, de no más que 12 o 13 años, porque a los mayores por ahí les da un poco de vergüenza”, acotó.

La iniciativa, poco a poco, va prendiendo. Ya se han conformado 21 grupos distintos, de entre 8 y 10 personas cada uno, que se van rotando para elaborar y servir la comida. Muchos de ellos son adolescentes.

Las donaciones también están llegando a buen ritmo.

"La respuesta de la comunidad es magnífica. Hay gente que no puede venir pero colabora con algo, y hasta instituciones y comercios que nos dicen que lo que necesitemos lo vayamos a buscar”, refirió Frayssinet.

La convocatoria es cada vez más amplia.

“La comida se sirve al mediodía, pero hay chicos que ya están a las 10.30 esperándonos, así que les organizamos juegos y entretenimientos”, concluyó.

Fuente: La Nueva.