02/04/2019HISTORIA

Padre Vicente Martínez.

“Malvinas fue una batalla de una guerra que continúa, porque la victoria final todavía no se ha dado”.

Estuvo en la Guerra de Malvinas. Llegaba a la rastra hasta los pozos de zorro donde estaban los soldados para llevar aliento, consuelo, para acompañarlos y ayudarlos a rezar juntos.

Celebró misa en las islas en varias ocasiones, en alguna de ellas con los aviones ingleses haciendo vuelo rasante y descargando bombas.

En varias oportunidades ha venido a Coronel Suárez a brindar conferencias públicas, o en los colegios. Y siempre se terminaba refiriendo a los milagros que, de la mano de la Virgen, sucedían en el medio de la guerra. Actualmente está en General Roca, motorizando a un grupo de veteranos de guerra y también cumpliendo tareas religiosas en aquella ciudad.

Lo entrevistamos para volver a escuchar su voz y para renovar el sentido profundo de lo que siempre ha manifestado.

En la entrevista nos dejó una primicia: la imagen de la Virgen de Luján, la misma que estuvo en Malvinas y presidía cada celebración religiosa, que quedó en manos de los ingleses cuando se perdió la guerra, ha sido recuperada y a fin de este año, cuando se concluyan con éxito todas las gestiones protocolares de devolución, volverá a estar en territorio argentino.

Estos son algunos de los conceptos vertidos por el Padre Vicente Martínez, en la entrevista con La Nueva Radio Suárez.

“Fui el primero de los sacerdotes, capellanes, que acompañó a las tropas allá en Malvinas. Tengo el gusto de haber acompañado a ex Combatientes de Coronel Suárez y su zona. Fue un gusto siempre esto. Aparte, manifesté siempre en las conferencias que di por allí que Coronel Suárez está muy en el corazón mío, porque no sé si todo el país ha tenido la oportunidad de entrar en la documentación que yo he tenido en mi mano. Y se, que Coronel Suárez, en aquel tiempo, durante la guerra, para ayudarnos a los que estábamos en combate, hizo una feria de ganado, lo remataron y con el producto pagaron el precio de un Exocet, esa arma tan llamativa, tan poderosa, que ni siquiera Gran Bretaña la tenía. La colaboración de Coronel Suárez en esta gesta de Malvinas fue fundamental. Y aparte, las conductas de quienes participaron de allí. Por eso los recuerdo a todos con mucho cariño”.

Consultado en torno a si considera que –trabajosamente- estamos incorporando Malvinas y la guerra, con todas sus implicancias, coincidió con esto y dijo que “en Malvinas nuestro líder militar, el Teniente Coronel Mohamed Alí Seineldin, solía decir que ‘para la justicia Dios, para la verdad el tiempo’. Y el tiempo ha ido decantando todas las mentiras, las acusaciones, los intereses políticos, que ocultaron la valentía, el honor, el patriotismo, de aquellos muchachos –no chicos- de la guerra. Que se batieron de una manera que han sido la admiración del propio enemigo. La frase de si quieres conocer a tu gente pregúntaselo a tu enemigo nos trae dichos de Sandy Woodward y otros británicos, que decían que se enfrentaron con adolescentes uniformados. Adolescentes con uniformes de soldados. Hay videos que uno puede chequear en Youtube donde él dice que, si Argentina llegaba a soplar sobre ellos, en un contraataque, hubieran perdido todo, por el coraje, la valentía, la capacidad de ubicación que demostraron los soldados argentinos. Esta capacidad ha permitido que, en el número de 14 mil soldados, siempre presentes en las islas, tuviéramos 326 muertes en combate. Frente a estas potencias que nos hicieron la guerra –Inglaterra, con su aliado, Estados Unidos, con Francia que nos cortó el suministro de Exocet, y con Chile que prestó su territorio- sin todo este apoyo no hubieran podido ganar. Todo esto pone de manifestó el coraje, el valor, el patriotismo y heroísmo de estos soldados que pasan a la historia no como los chicos de la guerra, con nombre y apellido”.

Destacó también cuántos soldados y oficiales ingleses “vienen a la Argentina a encontrarse con aquellos que fueron sus enemigos. Vienen a compartir, a pedir disculpas, a restituir objetos sustraídos por ellos, llevados hasta allá. Últimamente ha sido famoso el casco de Altieri, pero también devolvieron la trompeta al trompa del Regimiento 25. Y así otros tantos objetos que ellos vienen a restituir porque les queman en sus manos. Y entre las cosas, casi primicia para ustedes, hasta la imagen de la Virgen de Luján, que con el Dr. Brodsky la hemos ido llevando de trinchera en trinchera. Esa imagen fue a parar a Inglaterra y antes de fin de año va a regresar al país”.

Cuenta cómo se encontró esta imagen, entre lo que sabe y lo que calcula.

“En las islas está prohibido lucir cualquier prenda, cualquier cosa de color celeste y blanco. En un reciente viaje ocho ex combatientes estuvieron 2 días presos por desplegar la bandera y cantar el himno. La Virgen de Luján tiene en su manto la bandera argentina, por lo que, supongo, la sacaron del templo y la llevaron a Inglaterra. Y fue a parar a la iglesia catedral de las fuerzas armadas británicas, en Londres. Un ex combatiente fue allá y leyó un cartelito, que un médico británico había escrito ahí. ‘Esta imagen es Nuestra Señora de Lujan, de los argentinos. Cuando el país lo quiera, puede venir a buscarla’. De ahí, otros laicos de Quilmes, se pusieron en contacto y a través de autoridades religiosas entraron en comunicación y se acordó esto. Hace poco tuvieron un encuentro en Roma autoridades religiosas de ambos países. Y allí han resuelto el modo en que va a venir esta imagen para Argentina, antes de fin de año”.

Será el regreso a casa de la Señora que protegió mucho a los soldados argentinos.

“Por ejemplo, los que quedaban enterrados por la turba de Malvinas, luego de un ataque y, sin embargo, los encontramos sanos y salvo.

Después la aparición de aviones bombardeando durante las misas y que las explosiones a nosotros no nos tocaron, no tuvimos ni siquiera heridos. Es decir, la patrona de la Argentina nos ha protegido enormemente. Y ella también está ahora, en una imagen colocada en el Cementerio de Darwin, es la que le va dando consuelo a las mamás que ahora regresan, ahora sí a rezar en la tumba de cada uno de sus hijos”.

En el final una reflexión del Padre Vicente Martínez: “Malvinas fue una batalla de una guerra que continúa, porque la victoria final todavía no se ha dado. Tenemos que seguir bregando, luchando, no solamente por las islas, sino también por esa independencia y soberanía que el país tiene que tener de toda potencia extranjera, y en esto tenemos que poner la mirada en la venta de tierras indiscriminada a personas extranjeras, cuyos intereses no conocemos bien. Hay que reglamentar eso. También, el asunto de la pesca ilegal, que le está produciendo a la Argentina más de 170 mil millones de dólares de pérdidas anuales, porque hay 300 barcos extranjeros que están depredando toda la parte ictícola de nuestra Atlántico Sur. Y nadie levanta la voz o pone un coto a esos negociados que están haciendo”.