15/06/2019EDUCACION

El taller de carpintería de la Escuela de Educación Secundaria Técnica N° 1 lleva el nombre del Profesor Ángel Hall.

Un maestro de buena madera, que trabajó por más de 60 años en el establecimiento. Para fundamentar este merecido homenaje fue la Directora, Silvina Schulmeister, quien lo calificó al recordado docente como “un icono inolvidable de esta escuela”. Emocionadas palabras de agradecimiento de Marcela, una de las hijas de Angel: “mi padre amaba profundamente su trabajo y nunca tuvo otra ambición que ser lo que fue, maestro”.

Un merecido homenaje, de carácter permanente, se produjo en la mañana del viernes en la Escuela Técnica al designar con el nombre del recordado y querido Ángel Hall al área de carpintería del establecimiento educativo.

La propuesta partió de un grupo de alumnos y encontró eco en varios docentes, como es el caso de Guillermo Teuber.

Denominar al taller de carpintería, a partir de ahora, “Maestro Ángel Hall”, y como no podía ser de otra manera se encontraban presentes en la ceremonia su esposa, Laura Ramos, su hija Marcela y su nieto.

Fue la Directora de la Escuela Técnica, Silvina Schulmeister, quien se refirió a esta nominación.

“Queremos homenajear en este 76° aniversario a un hombre que dedicó su vida a la Escuela Técnica, Enrique Ángel Hall”.

“Fue maestro de taller, de la sección carpintería, por más de 60 años. Es un ícono inolvidable de esta escuela, en la que difundió un oficio tan noble como el de carpintero. Querido por todos, por su compañerismo, su forma simple de ser y por compartir momentos que son imborrables.

Se formó en la escuela. Formó parte de las primeras promociones de la Escuela Técnica y fue maestro de profesores. En varias oportunidades distinguido también como docente ejemplar. Su amor por la Escuela Técnica lo difundió, permanentemente, en todos los ámbitos en los que participó. Por todo ello queremos que el taller de carpintería, espacio al que cuidó tantos años y en el que formó a tantos jóvenes, desarrollando sus habilidades para el trabajo, lleve, a partir de hoy, su nombre, como reconocimiento a su impecable trayectoria”.

Fueron muy emocionantes las palabras de Marcela Hall, la hija de Ángel, que habló en nombre propio, de su hermana María que está en Alemania y de toda la familia.

“Cuando recibimos la noticia tuvimos una alegría enorme. Mi hermana no quiso estar ausente y envió unas palabras que representan lo que la familia siente”, aclaró.

“Cuando mi hermana Marcela me contó desde Argentina que el taller de carpintería de la Escuela Técnica recibía el nombre de mi papá me sorprendí. Honestamente no lo esperaba y por eso mismo es una sorpresa preciosa, que me emociona”.

Continuó explicando que “porque sé que aquel maestro de buena madera, como en alguna ocasión alguien lo nombró, se sentiría honrado y enormemente agradecido. Ingresó a la escuela con 13 años, y 4 años más tarde ya estaba a cargo del taller de carpintería, al que dedicó casi toda su vida, y que era su orgullo. La Escuela Técnica fue su segundo hogar. Sus colegas y compañeros sus amigos, y sus alumnos su alegría.

En lo personal, y como su hija, puedo contarles que mi padre era un gran conversador, una persona positiva, con un gran sentido del humor.

También era tremendamente curioso y creativo. No había tema que no despertara su interés. Él era un hombre muy vital, que se nutría de las experiencias y saberes de otras personas, y volcaba luego con generosidad y entusiasmo en su entorno. Cuando pienso en aquel maestro que fue mi padre se me ocurre una sola palabra: integridad”.

Finalmente consignó sin perder nunca la emoción que “él era honesto en todo el sentido de la palabra, y aún equivocado a veces actuaba con nobleza y valentía. Más de 60 años en una escuela a la que dedicó con entusiasmo toda su vida. Más de 6 mil alumnos, de los que siempre se enorgulleció y que hoy encontramos a cada paso. No hay nada más reconfortante que escuchar: ‘tú papá me dio clase’. No saben la alegría enorme que es que lo recuerden con cariño, con anécdotas. Todos deben tener una sillita, una repisa hecha en el taller. Y les digo: mi padre amaba profundamente su trabajo y nunca tuvo otra ambición que ser lo que fue, maestro”.

Un merecido homenaje para un hombre que dedicó toda su vida a la Escuela Técnica N° 1 de Coronel Suárez, desde el área de carpintería.