12/02/2020CIUDAD

Malvinas, el jamón del sandwich.

Por el Dr. Rubén Brodsky.

Los sistemáticos errores de los británicos, reconocidos años después por ellos cuando comenzaron con su catarsis asociados a la mediocridad de nuestros altos mandos hicieron de nosotros, los oficiales, suboficiales jóvenes y los soldados que deambulamos por doquier esperando las ordenes definitivas las que fueron dando nuestros jefes de trincheras ante la anomia, indiferencia y hasta desconocimiento de los que estaban conduciendo, preocupados en ver como hacían para perpetuarse en el poder el cual se le estaba escapando de las manos, el perfecto jamón del medio.

Dicho de este modo podría sonar peyorativo, sin embargo debieran estar al lado de la tropa para sentir lo que sentíamos, respirar lo que respirábamos y actuar de acuerdo a los hechos como se iban desarrollando.

Por supuesto que no todos éramos valientes, quizás no tan aguerridos como otros, pero sentíamos que debíamos cumplir con nuestras obligaciones.

Se logró una buena conexión entre la Infantería y los que íbamos apoyando desde atrás, como la Compañía Servicios.

A pesar de ellos, los torpes conductores, el jamón del sandwich funcionaba y casi que diría muy bien.

Aprendimos a conocernos, ver las necesidades y en función de ellas ir adelante con nuestros propósitos.

El Día de Picnic quedó solo en eso.

Fue una gran sorpresa.

Pasó porque el jamón del sandwich hizo lo suyo.
Fue un error subestimar al enemigo como lo fue también subestimar a propia tropa.

¿Por qué ocurrió eso?

De la subestimación, no me hago cargo, pero del resto claro que sí. ¿Alguna vez vieron a un león enjaulado? ¿Alguna vez se detuvieron a mirar a los adolescentes pelear por sus propios derechos?

¿Vieron actos de corajes inexplicables de jovencitos que iban detrás de sus propósitos y solo detrás de ellos? Alguna vez los vieron cuando el objetivo estaba cumplido.?

¿Vieron caras duras con barbas que eran ridículas porque la mayoría eran barbilampiños?

¿Vieron como se abalanzaron detrás del enemigo sin importar más nada?

Todavía tengo presente la fiereza en sus ojos cuando avanzaban sobre las posiciones enemigas.

No, seguramente no tuvieron la oportunidad de verlos, por eso se los cuento.
Chicos quienes recién habían salido al mundo adulto se encontraron con el fracaso mayúsculo del hombre, la guerra. Y ellos se tuvieron que hacer cargo. ¿Pensaron en esto alguna vez?

El convidado de piedra, el jamón del sandwich, el adolescente bastardeado en más de una oportunidad por los medios así como por una población adicta, todavía, a los vestigios de lo que quedaba de las fuerzas armadas del pasado con quienes nos quisieron identificar con una  misma causa y no lo lograron. Una enorme injusticia.

Pero se acabó, crecimos con la mochila pesada en nuestros hombros y arrastrándola como pudimos aquí estamos. Y por si caben dudas, también estaremos.

La imagen que grafica el texto es una de mis fotos favoritas.

¿Están viendo miedo?

¿Les parece que están queriendo abandonar su posición?

¿Ven determinación o llanto?

Los dejo con sus pensamientos.

Estos soldados no se ningunean, ni abandonan, ni se excluyen... ni nada.