31/03/2020CIUDAD

Jóvenes solidarios. Ya confeccionaron más de 100 máscaras protectoras para personal de salud.

Diego Ainciondo, Julieta Carcedo, Claudia Martín, Nicolás Ducós, Andrés Barreneche, Andrés Alarcia, Tomás Arroquy, Ignacio Santos y Gastón Dietrich. Son los jóvenes que están llevando a cabo esta elaboración totalmente solidaria, voluntaria, poniendo al servicio de esta cuestión comunitaria de salud su creatividad y predisposición.

La Nueva Radio Suárez entrevistó a uno de ellos, Diego Ainciondo, para conocer cómo surgió esta idea de hacer máscaras protectoras para el personal de salud, que trabaja en las áreas más críticas, como puede ser la terapia intensiva.

“La idea original surge en Europa y en Asia, cuando este virus se expandió tanto que empezaron a colapsar todos los sistemas de salud. El personal médico se empezó a quedar sin elementos de protección. Ahí comenzaron a juntar pequeños grupos, que después terminó siendo una gran comunidad fabricando estas máscaras, como para aportar un pequeño granito de arena a ese sistema tan colapsado que estaba ya”.

En principio habló con Agustín Gallardo, el Presidente de la Cooperadora del Hospital: “empezó a surgir la necesidad ahí. Después, él mismo contactó a Andrés Alarcia, que ya tenía un grupo que habían empezado a imprimir. La idea era como para que no seamos muchas personas, todas separadas, entonces decidimos unirnos entre todos y fabricar todos juntos”.

Además de los que están ocupados en la fabricación, “hay mucha gente que está ocupada en la búsqueda de insumos, y nos está ayudando bastante”.

Agrega que “cada uno realiza la labor en su casa, con su impresora 3D. La producción, la verdad, que es lenta. El encargado es Andrés Alarcia, que es el nexo entre nosotros y el Hospital. Él las retira o manda algún taxi, para tratar de salir lo menos posible de nuestras casas. Las reúne, las junta todas y las manda, en este caso, al Hospital Municipal”.

Se utiliza, para la elaboración del soporte, el plástico biodegradable, común, que se usa en las impresoras 3D. Y el visor protector “son láminas de acetato, tienen que ser de 200 micrones en adelante, de espesor, para que sea una barrera física eficiente. Ese material es con el que se hacen las tapas de los libros fotocopiados. En este momento, de este material tenemos bastante stock, pero es la parte más complicada de conseguir, más que nada porque estamos todos en nuestras casas y no tenemos los locales abiertos, como para buscarlo. Gracias a Dios mucha gente que tiene librerías o actividades afines a ese rubro nos han dado esas placas, así que tenemos como para fabricar bastante”, explica Diego Ainciondo.

En cuanto al filamento que utiliza la impresora, “usamos el stock que teníamos cada uno de nosotros, con eso lo estamos llevando adelante”.

Se han hecho, hasta el momento, muchas. “Tenemos entregadas más de 100 al Hospital Municipal de Coronel Suárez. Hoy, la idea era mandar unas 20 al Hospital de Huanguelén. Y se entregaron algunas al Hogar de Ancianos”.

Cierra la nota diciendo que “hay que tratar, desde uno está, de ayudar. Poco o mucho, yo creo que todo sirve. Esperemos que toda esta movida dentro de unos años digamos ‘¡qué exagerados que fuimos!’, que quede como una anécdota. Y no tengamos mayor gravedad en este tema. Creo que todos podemos aportar un poquito desde nuestras casas” finalizó Diego Ainciondo.