21/11/2018CIUDAD

Como se pide. Por Horacio Stein.

¿Podría ser candidato?

Puse en Facebook un estado que decía, ¿Podría ser candidato sin plata, sin estructura y viviendo de mi laburo?, la respuesta fue favorable, “pero” se empezaron a instalar algunos comentarios en la calle y la otra mirada apareció.

¿Qué valoran los ciudadanos?, sorpresa, empiezan las preguntas y las dudas, hasta bordeando la discriminación; ¿será capaz?, ¿tiene estudio?, ¿no pertenece al status social? ¿Es un trabajador? ¿Es un chiste? ¿Es cierto que queres ser Intendente? Y así muchas preguntas, más allá de todo, es claro que los ciudadanos no votan a quien quieren sino a quienes pueden y hasta veces para beneficios personales, dentro de un sistema rígido que no permite, por ejemplo, la presencia de candidatos independientes.

A pesar de todo, los partidos conservan aún el monopolio electoral. Se trata de la lucha por la posesión de la lapicera para confeccionar la lista, con la salvedad de quien la encabeza.

Quien tenga el privilegio o la carga de encabezar debe contar con el capital de la popularidad, una buena billetera y de ser posible tener algún título. No lo digo como una cuestión de resentimiento, sino tratando de interpretar el pensamiento colectivo.

¿Qué hace que un ciudadano tome acciones concretas a favor de su ciudad y la gente que vive en ella? El cansancio generalizado por esperar que los cambios sucedan, a veces esperando soluciones mágicas o candidatos marketineros y después aparece la desilusión, el desencanto y después se generaliza “son todos iguales”.

El sentido de la pregunta es generar un debate y pensar si un ciudadano común, que todos los días va a su trabajo, que cobra un salario, que no hace campaña política, que no tiene dinero para publicidad, que no promete nada, “puede ser Candidato”.

Yo pienso que la respuesta es simple: no nos conocemos. Vivimos en una sociedad tan segregada que no sólo no tenemos contacto con quienes pertenecen a otro estrato social, tampoco tenemos mucho contacto con quienes piensan diferente dentro de nuestro mismo nivel socioeconómico: los de derecha viven y estudian con los de derecha, los de izquierda con los de izquierda, los católicos con los católicos, los evangélicos con los evangélicos, etc.

¿Qué hacemos entonces? ¿Hay opciones? Yo creo que sí, lo más importante es perder el miedo a discrepar, vivimos tan atemorizados que huimos de quienes piensan distinto y por eso comienzan a formarse mitos en torno a quienes no conocemos. Necesitamos promover el planteamiento de ideas y no exclusivamente de una foto o una persona. Es increíble como un comentario calmado y empático es capaz de abrir un debate en una red social.

Por último, pregunté ¿si podría ser Candidato? No que voy a ser Candidato… y si dejamos esa fobia social, depende quien eres, puedes ser tal cosa… Lo estoy pensando a pesar de los comentarios.

Horacio Stein - DNI 12.866.510.