13/07/2017SALUD

Sobre la nueva celiaquía y el impacto del diagnóstico.

Organizado por la Asociación de Profesionales y Técnicos de la Salud, junto a la Universidad Provincial del Sudoeste. Se llevaron a cabo dos charlas a cargo del reconocido Jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital de Niños Sor María Ludovica, Dr. Eduardo Cueto Rúa.

La primera de las charlas, durante la mañana del miércoles, se llevó a cabo en la sala de reuniones del Hospital Municipal, donde se le entregó el decreto que declaraba de Interés Municipal la presencia del distinguido profesional. Esta fue una charla para profesionales y técnicos de la salud.

Por la tarde, en las instalaciones del Concejo Deliberante de Coronel Suárez, tuvo lugar una disertación abierta a todo público.

En una entrevista con los medios de comunicación de la salud el Dr. Eduardo Cueto Rúa dijo que “puede haber personas que tienen la piel seca, el pelo seco, las uñas que se le quiebran. Qué hacen: se ponen cremas, se aplican acondicionador, un esmalte para reforzar las uñas. Esos tres que mencioné son tres signos carenciales. A los tres los tapan con diferentes productos. Hacen la dieta de celiaquía, les mojara el pelo, la piel y las uñas. ¿Qué hace una mujer normal que tiene piel seca? ¿Va al médico? Si lo hace va al dermatólogo. Y el dermatólogo ¿sabe lo que es la enfermedad celíaca? Entonces nosotros lo que hacemos es esto: en los medios de información pública ponemos estos datos en el conocimiento popular. La mujer que ve o escucha esta nota va a decir a su médico ¿no seré celíaca, porque tengo la piel seca? Entonces el médico va a buscar el diagnóstico. Este diagnostico no lo hizo el especialista en piel, lo hizo la televisión, la radio. Si uno tiene la intolerancia al pan nuestro de cada día, un habito cultural tan potente como es el consumo de harina, la información no puede estar en la medicina, tiene que estar en los medios de información pública”.

Requerido en torno a la dificultad de cambiar un hábito cultural tan arraigado, como es el consumo de harinas, dijo el Dr. Cueto Rúa que “en 14 días se acostumbra a comer otra cosa. Le doy 14 días tortuga, el día 15 pide tortuga. Todo el mundo se acostumbra a comer alimentos nuevos en 14 días. Le pasa a resultar normal. La conmoción del diagnóstico le dura una semana que no tiene nada y la otra semana se acostumbra. En los chicos es absolutamente natural, algunos adultos son un poquito más mañeros. El error está cuando el adulto habla en nombre de todos. Si hay una persona adulta que no asume la celiaquía no puede decir que un chico que hace la dieta desde los 15 meses ¿no la va a asumir?”.

Cuando hay una intolerancia al gluten del trigo, avena, cebada y centeno y no se atiende, explicó el profesional que “hay una guerra a muerte. La persona mata al gluten, o el gluten a la persona. No da empate, hay que sacarlo. Es una proteína indigesta, hay que sacarla de la vida de las personas. El pan es una imposición de 7 mil años. Nosotros tenemos quitinasa para digerir la cubierta de los insectos, pero no tenemos glutenasa par digerir el gluten del pan. Quiere decir que para el cuerpo humano es más normal comer cucarachas que trigo. Cucarachas hemos comido un millón de años y trigo hemos comido hace 7 mil nada más”.

El profesional concluyó que “lo que se produce en el interior del organismo que tiene intolerancia al gluten es una batalla en el epitelio intestinal que termina con el interior del intestino. El intestino delgado está lleno de pelitos, que si se estiran uno al lado del otro llenan un terreno de 25 de frente por 40 de fondo. Tenemos una cancha de tenis. Pero si se los atrofia la cancha de tenis se convierte en una lona Pampero.

Y todo lo que come se hace caca. Uno no puede crecer, desarrollarse, si el combustible lo pierde. Hay que absorberlo y dirigirlo al resto del cuerpo para crecer, vivir, trabajar”.