16/11/2017SALUD

En la Semana del Prematuro. Historias de vida.

Natalin Ravera y Amador.

En esta ocasión no hablamos con Natalin de su tarea como Profesora de Biología, sino que la encontramos en pleno rol de mamá, teniendo amorosamente en brazos a su segundo hijo, Amador, quien hace un poco tiempo atrás estuvo en el Servicio de Neonatología Regional.

Cuenta que estuvo en la Neo en las dos ocasiones de tener a sus hijos.

“Lo tuve a Lorenzo, que ya tiene cinco años y que también estuvo en la Neo acá y en Bahía. Y ahora lo tuve a Amador. Si bien venía sabiendo –con su primer hijo- que podía nacer antes, porque no crecía, no sabíamos la causa. Ahora, en este segundo embarazo, con Amador, me hice los estudios correspondientes y ya sabíamos que iba a nacer antes de tiempo”.

Natalin reconoce que “estaba muy asustada, porque no sabía cuán antes de tiempo iba a nacer. Para poder estar acá tiene que tener 28 semanas”.

Cuenta que se hizo un estudio genético, “que me demostró que heredé un problema metabólico, que lo heredamos las mujeres de mi familia, que hace que en el segundo trimestre, en el embarazo, que las hormonas dejen de funcionar, las hormonas del embarazo. El cuerpo da por finalizado el embarazo, como si estuviese a término. Por eso se hace un control minucioso todos los días: que haya líquido, que el bebé crezca, tratando de estirar el embarazo lo más posible. Estuve 200 días en cama, eso son 34 semanas de embarazo, con dos kilos el bebé, muy buen peso”.

Destaca esta historia de vida la importancia de tener controles adecuados y seguimiento durante todo el embarazo, para la salud de la mamá y el bebé.

Sobre la experiencia en la Neo dice Natalin que resultó “excelente. Las enfermeras, digo yo, son las segundas mamás de mis hijos. Te explican, te enseñan, te despejan todas las dudas, te familiarizan con un montón de términos que tal vez uno no conoce, pero que lo explican tan bien que uno todo lo entiende. Dan tranquilidad, e incluso cuando uno se tiene que preocupar te enseñan a cómo preocuparte. Para ocuparse y hacer lo que a uno le corresponde. No tengo más que palabras de agradecimiento”.

Hoy Amador tiene 3 meses de nacido y mientras descansa en los brazos de su madre ésta no puede ocultar la felicidad de su presente, destacando que encima el niño “es muy bueno, buenazo. Disfrutando cada movimiento, cada cosa, cada signo de crecimiento”.