20/04/2018RELIGION

Diácono Diego Areán. Sobre la despenalización del aborto.

“Estamos hablando de la vida humana que no se puede defender, que es frágil, absolutamente”.

Debatiéndose en el Congreso Nacional la ley de despenalización del aborto viene muy bien escuchar algunas voces locales, que permitan avanzar en la reflexión y análisis de este tema.

Diego Areán es Diácono en Coronel Suárez y Director del nivel secundario del Colegio Fasta San José.

“Creo que esta es una de esas situaciones en la que uno tiene que recurrir a tratar de dar un salto, y trascender más allá, incluso, del caso. Tratar de mirar esto no solo de una manera integral, sino mirarlo desde lo trascendente. Porque estamos hablando, en el caso puntual del aborto, de la vida. Entonces ahí donde la ética, la filosofía, las religiones –no sólo la cristiana-, se plantean qué valor tiene la vida. Más allá de cada uno de los casos y de lo que yo siento o pienso. Porque las culturas, lo que yo piense y sienta, muchas veces pueden estar limitadas, no estar cercano a lo verdadero, porque puede estar condicionado. Quiero decir que la vida es un valor absoluto. Que rige y que está vinculado a lo verdadero, más allá de lo que yo sienta o piense. Entonces, cuando voy a lo que me pasa frente a eso es cuando yo tengo que dar el salto”, dijo en el principio de una entrevista sobre este tema.

Luego, lanza una serie de preguntas que buscan que el otro se las pregunte también: ¿dónde comienza la vida?, puedo yo determinar, de acuerdo a lo que yo pienso, ¿dónde comienza la vida?, ¿está en mis herramientas, en mi formación, descubrir eso?, ¿tengo la capacidad para determinarlo, de acuerdo a mi cultura, a mi historia, de acuerdo a lo que yo siento, incluso?, ¿puedo valerme de mis sentimientos, de acuerdo a mi formación, sin profundizarla? Por ahí es lo que está sonando muchas veces. En los medios veo mucha opinión liviana y personal. Por eso, es un tema tan delicado que nos tenemos que sentir invitados a hacer una reflexión profunda y descubrir que en algunas cuestiones no podemos improvisar, que en algunas cuestiones tenemos que sentarnos, formarnos, todos los ciudadanos, en el lugar que estemos, más allá de la fe que tengamos. A mí me gustó mucho la postura de nuestros pastores, los obispos de la Iglesia Católica, que nos invitaban no sólo a la proclamación que nosotros creemos con absoluta certeza, de que la vida hay que defenderla y que comienza en el momento de la concepción, sino que también es importante que cultivemos una cultura de escuchar al otro, en el medio de todas las situaciones posibles. Ahí es donde tenemos que lograr ese equilibrio, entre el dolor de los casos dolorosos, donde se plantean a veces situaciones de posibilidad de un aborto, y la verdad que nos lleva a decir, ¿puede el aniquilar una vida, el matar, solucionar el daño que se le ha hecho a una mujer?, ¿puede? Cuando en realidad si hasta uno se pone a estudiar, a analizar, los daños psicológicos que causa un aborto en la mujer, son profundos, aun cuando esto sea, incluso, accesorio. El daño más profundo es el daño de la muerte de la criatura que no se le ha permitido que nazca. Es un debate ético incluso, que está más allá de lo religioso”.

Calificó nuestro Diácono como “rico” el debate que está teniendo lugar en el Congreso.

“Es un debate rico, hay muchas voces; que muchas de las voces lo hacen de una manera seria. Son los diputados los que van a definir esta situación, hay informes que se les están elevando a los diputados para que tomen la decisión final, que están muy buenos, muy interesantes”.

Reiteró que la Iglesia Católica bajo ningún concepto acepta la despenalización, “en definitiva, es un no al aborto. Proponemos otras alternativas para que no se llegue a esas situaciones. Sabemos que van a existir, pero frente a una situación extrema es cuando aparecen las preguntas insoslayables. ¿Puedo yo, matando a alguien, resolver una problemática? Anulando la vida de alguien, que no puede defenderse de ninguna manera, ¿puedo resolver la problemática?

¿Dónde comienza la vida? Responde Diego Areán que “nosotros creemos, absolutamente, con basamento científico, que la vida comienza en el momento de la concepción. No hay momento, en la semana 14, en la semana 10, como dicen en algunos países, cuando tiene forma humana… Estamos cortando un proceso. Yo creo que lo más importante como ciudadano, como Diácono, animador de una porción del pueblo, como papá, como esposo, me parece que, si bien nuestra decisión no va a ser la que será tenida en cuenta, porque no seremos nosotros quienes vamos a votar, creo que es una muy buena oportunidad para que hagamos una reflexión seria, porque el tema lo merece. Que miremos qué dicen los que son profesionales, los médicos, los científicos. No sólo la postura religiosa, que tiene tradición milenaria. Hay una postura muy clara de todas las iglesias, al respecto. Y que tengamos una mirada crítica. Hay una ideologización del tema, muy grande. Hay una postura y reflexión acerca de este tema, muy liviana. De pronto vemos que han ido a opinar al Congreso personalidades que son más mediáticas que profesionales de este tema. Y que, de alguna manera, si uno empieza a escarbar un poco descubre desde dónde están hablando. Por eso, como no está en nuestras manos de manera directa la posibilidad de votar una ley, en todo caso el día que voten nuestros representantes lo tenemos que tener en cuenta, sí está en nuestras manos, desde el lugar en que estemos, no sólo informarnos en fuente seguras, sino conformar una opinión seria y profunda al respecto. Estamos hablando de la vida humana que no se puede defender, que es frágil, absolutamente. Tenemos el deber que esto se transmita a las generaciones que vienen. No es un tema liviano, no se resuelve con frases, con slogans, que suene snob y que sintamos que somos un país de primer mundo. Hay cuestiones con las que no se debería jugar. La vida la demos defender” concluye Diego Areán.