14/04/2017RELIGION

Con el Lavatorio de los Pies se produce un testimonio de vocación al servicio del mundo y de la Iglesia. Parroquia Nuestra Señora del Carmen.

El Párroco Diego Kessler presidió la celebración del Jueves Santo en el templo mayor de la ciudad. Hoy a las 19 horas desde la Parroquia partirá el Vía Crucis hasta el Cristo del Camino.

En la noche del Jueves Santo se ofició en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen la Misa de la Cena del Señor con el lavatorio de los pies y procesión con Santísimo que quedó expuesto en el Monumento, mientras el templo permanece a media luz ante la inminencia de la llegada del Viernes Santo, conmemorando hoy la pasión y adoración de la Santa Cruz.

Cuando el Evangelio de San Juan relata que Jesús decide lavarle los pies a sus discípulos, nos ofrece un testimonio de la vocación al servicio del mundo y de la Iglesia que tenemos nosotros los fieles.

Entre los detalles que hacen diferente a la Misa de la Celebración de la Cena del Señor que se celebró el jueves santo a otras misas durante el año es que en esta se incluye una parte donde se lavan los pies a los apóstoles representado por doce representantes de la comunidad resaltándose la importancia tan grande que tiene el servicio al prójimo.

Pero antes de comenzar la Cena Cristo "... sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y , tomando una toalla , se la ciñó. Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido." hecho de real emotividad que se revivió en la noche del jueves santo ante un colmado templo de nuestra ciudad y que el Párroco Diego presidió.

Al igual que los apóstoles, en especial San Pedro, nos quedamos asombrados cómo Cristo, que tiene todo el poder y que es Dios, se pone al servicio del hombre. Un Dios que lava los pies a su criatura. La realidad es que Dios mismo quiere recordarnos que la grandeza de todo cuanto existe no reside en el poder y en el sojuzgar a otro, sino en la capacidad de servir y al darse dicho servicio se da gloria a Dios. Cristo mismo ya se lo había dicho a los discípulos: "... el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del Hombre ha venido a ser servido si no a servir y a dar su vida como rescate por muchos."

Con esto queda muy clara la misión de la Iglesia en el mundo: servir. "Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros". La Iglesia siguiendo el ejemplo de Cristo está al servicio de la humanidad. Por tanto todos aquellos que formamos la Iglesia estamos llamados a servir a los que nos rodean.

El amor que Dios nos manifiesta debe convertirse en servicio que dé testimonio de su presencia entre nosotros. El cristiano siguiendo él "amaos los unos a los otros como yo os he amado" debe ser como esa levadura que transforma al mundo para que este se renueve y se transforme.

El egoísmo del hombre se vence con la entrega generosa a los demás. En el servicio resida la verdadera realización personal y la felicidad. Solo el que se dio triunfó.

Si vivimos con profundidad esta ceremonia que se produjo el jueves santo nos daremos cuenta de que Cristo se pone al servicio del Padre para salvar al hombre ofreciendo su propia vida como rescate, bien podríamos decir que esta es su misión. Con el "también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros" Cristo confiere en especial a ese grupo de discípulos conocidos como apóstoles su propia misión, especialmente el consagrar el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre para la remisión de los pecados al decir "haced esto en memoria mía". Es en este momento en el que Cristo designa a este grupo como sacerdotes, es decir instituye el sacerdocio. Cada uno de estos hombres a partir de este momento es copartícipe de la misión de Cristo: salvar al hombre por medio de la entrega total al servicio de Dios.

Este es otro de los grandes dones que en el primer Jueves Santo Dios hace a la humanidad. Cristo desde entonces ha escogido y preparado a una serie de hombres para que siguiendo el ejemplo de Cristo se pongan al servicio de Dios para salvar a la humanidad, impartiendo los sacramentos por Dios instituidos (especialmente la Eucaristía) y guíen con la vivencia de su sacerdocio al pueblo de Dios por el camino de la salvación.

Tras el oficio religioso el Santísimo quedó expuesto en el Monumento iniciándose la adoración hasta la llegada del Viernes Santo con ayuno y abstinencia junto al Solemne Vía Crucis, que se iniciará hoy a las 19 horas saliendo desde la Parroquia Nuestra Señora del Carmen hasta concluir con la crucifixión de Nuestro Señor en el amplio predio del Cristo del Camino.