15/02/2018RELIGION

Comenzó la Cuaresma, con el Miércoles de Ceniza.

“Este es un día muy importante, porque damos comienzo a la Cuaresma. Se hace una convocatoria a un ayuno solemne y día penitencial particular”, dijo el padre Diego Kessler Párroco de nuestra ciudad.

El sacerdote sobre las características de la jornada señalo que “Hay tres cosas importantes que leemos en la escritura, que es el ayuno, oración y la limosna. Tres aspectos que van preparando nuestro espíritu para poder vivir bien la pascua, la Resurrección del Señor”.

El miércoles las misas incluyeron la imposición de las cenizas: “hay dos frases que se dicen para quien recibe las cenizas: recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás, lo que significa la fugacidad de la vida, como para no aferrarse de manera irracional a ella. Otra de las frases es: conviértete y cree en el Evangelio, que es lo que nos va disponiendo a la conversión”. Indicó el párroco que “este es un signo muy antiguo Ya desde el siglo XI, se imponía las cenizas a los que iniciaban un camino de conversión. Poner cenizas sobre la cabeza, significa decir “estoy arrepentido y quiero cambiar de vida”.

El Miércoles de Ceniza, “es el inicio de los 40 días que van a marcar la Cuaresma, que desemboca en el Domingo de Ramos, para vivir intensamente la semana santa y de un modo más intenso lo que es el triduo pascual: jueves, viernes y sábado, acompañando lo que es la última cena, la oración del huerto, el camino de la cruz, y el día sábado es el silencio del sepulcro, y la noche, explota la alegría cuando se celebra la Pascua del Señor, en la vigilia pascual. Después transitamos 50 días de pascua, hasta Pentecostés”. Agregó el padre Diego, que “estos 40 días, son el tiempo más fuerte del cristiano; si Jesucristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe”.

Más adelante, en la entrevista, el padre Diego, dijo que “una forma de recorrer este camino de Cuaresma, es disponiéndose de un modo más intenso a la oración. En cuanto al ayuno, se trata no solo corporal, sino poder ofrecer aquellas cosas que no son lícitas y podamos entregarla, y se trata de poder ofrecer de lo de uno, no de lo que sobra, sino de lo que uno tiene, desprenderse, para no vivir el espíritu materialista, acaparando lo de uno”.

Es tiempo para el regreso de los que están alejados, y para un reverdecer de la fe: “siempre es una nueva oportunidad y cuando son tiempos fuertes, es una ayuda más concreta aún, para poder intensificar este camino que tenemos que hacer. Si bien es a lo largo de todo el año, en este tiempo, con un poco más de intensidad”.

Fotos: Juan Schtre.