16/10/2018REGION

Unas 500 personas marcharon en Puan para pedir justicia por una mujer violada en 2001 que murió la semana pasada.

Denuncian que la causa nunca avanzó.

Una expresión pública similar se realizó en Darregueira. Los manifestantes recorrieron en silencio la avenida principal en sus dos sentidos, realizando un alto frente a la Comisaría local. En algunos tramos pudieron oírse aplausos, menciones por Marilina y pedidos de justicia.

Vecinos autoconvocados de Puan se movilizaron portando pancartas y carteles, este lunes por la noche reclamando justicia y memoria por la joven Marilina Tolón, fallecida el sábado último a los 42 años, víctima de una cruel enfermedad, y quien hace 17 años fuera blanco de un resonante hecho de violación que conmocionó a la sociedad.

El destino quiso que su deceso suceda el mismo mes en el que fuera ultrajada por cuatro individuos de Puan, hace casi dos décadas.

La denuncia fue radicada en la comisaría local, tal como lo indica la crónica periodística de la época, pero por motivos que se desconocen, la causa no avanzó.

Quienes estuvieron cerca de la joven, que en ese entonces tenía 24 años, afirman que ingresó en un proceso de deterioro que desembocaría en la enfermedad que terminó con su vida. Pocos años antes, Marilina se había recibido de docente y había comenzado a realizar algunas suplencias.

Conocida la triste noticia, el fin de semana estallaron las redes sociales, en las que vecinos y allegados manifestaron sus sentimientos de bronca, dolor y culpa por no haber podido hacer más por la joven en su momento.

Una sociedad que, por aquellos tiempos miró para otro lado en su mayoría, hoy mostró su enérgico reclamo para que el caso no se olvide y sirva para que nunca más existan casos como el de Marilina.

Los testimonios de la marcha

La marcha tuvo oradores como el padre de una menor abusada el pasado mes de diciembre.
“El miedo en un momento nos hizo callar, y hoy nos hace gritar”, dijo una de las familiares de Marilina.

Finalizada la manifestación, un hombre que se dio a conocer como Gastón, brindó un emotivo relato.

“No puedo decir nada, está todo en manos de la justicia. Hace 23 años que vivo en Puan y recuerdo cuando pasó esto. Ahora lo estoy viviendo en carne propia. La justicia me tiene que dar explicaciones, no tengo yo por qué andar con la cabeza gacha ni escondiéndome de nadie. Tienen razón cuando hablan de los prejuicios, porque te hacen sentir nadie. Estoy esperando que me llamen y me digan cómo fueron las cosas. Que me citen, que me llamen y me hablen de la causa”.

“Es la primera vez que veo a Puan tan unido, a mi hija la abusaron acá en Puan… los tres están libres, dos mayores y un menor. Y nunca me dieron una explicación… la estoy esperando”.

“Cuando hay abuso, hay abuso, cuando es “no”, es “no”. Cuando uno tiene dos dedos de frente, si te dicen “no”, pegate media vuelta y lo haremos la próxima. Piensan que uno es ignorante, o mala gente. Cuando uno quiere gritar “justicia”, no se siente apoyado, pero ahora les digo gracias”, señaló con dolor el papá de la víctima.

Cledy Lecomte, allegada a Marilina, entre lágrimas, comenzó su alocución refiriéndose a las consecuencias de experimentar miedo. “No saben lo que se siente… Perdón a Marilina… no es que no se quiso hacer nada en su momento… no se pudo por muchas razones. Su salud no le permitió seguir adelante con un montón de cuestiones, ella se fue deteriorando mucho. Pero hubo mucho miedo, y amenazas. No fue fácil para el grupo, y estábamos solos”.

“El miedo en un momento nos hizo callar, y hoy nos hace gritar. Muchas veces, pensé en irme y hoy tengo ganas de quedarme en Puan. Ustedes me dan esas ganas de saber que no estamos solos, que como sociedad valemos la pena y podemos crecer todos juntos, si nos ayudamos, si nos respetamos, si nos queremos”, dijo.

Valeria Sauer, una de las autoconvocadas afirmó “esta movilización no tiene precedentes en nuestra comunidad, espero que marque un antes y un después, y el fin de la impunidad”.

La oradora agradeció a los familiares de Marilina, presentes en la marcha.

“No soy nada más que una ciudadana con sensibilidad social. Con mucho respeto, pudimos animarnos a encarar esta movilización; no sabíamos si seríamos 5, 50 o 100. Agradezco a la gente que venció los pudores, los agravios y el machismo reinante. A los hombres que están acá, incapaces de ejercer cualquier acto de violencia o maltrato, y a las generaciones nuevas, a las chicas jóvenes que nos empoderan, que nos dan fuerzas, que nos ayudan a quienes tenemos más de 40, a no tener miedo, a denunciar, a reclamar nuestros derechos”.

“Siento una tranquilidad enorme por haber cumplido con lo que hace 17 años vengo conviviendo.
Sociedad, que no haya más Marilinas, que no haya más abusos impunes, que nos animemos y nos defendamos entre todos”.

Por su parte, Juan Troncoso, por su parte, pidió perdón en nombre de la comunidad. “Esta sociedad se ha sentido muy culpable por abandonar a Marilina, cuando debió hacerse cargo, junto con la justicia. No es tarde para pedir perdón por lo que deberíamos haber hecho y no hicimos mucho tiempo antes. Todos, en mayor o menor medida hemos perdido algo, somos papás, tenemos familia y no queremos otra Marilina. Perdamos el miedo, busquemos la justicia”.

La periodista Irene Cortés, visiblemente emocionada, recordó el hecho de abuso ocurrido en 2001, cuando conducía un programa radial y se conoció lo sucedido a través de la prensa escrita local.
“Leí al aire la noticia del semanario “Reflejos”, y entonces convoqué a Puan a una marcha, pensando en que, si se había hecho por la droga, también era posible movilizarse por esta causa. Lo que recibimos fueron amenazas. “Las vamos a reventar”. Y tuvimos que ir a la comisaría a denunciar”.

“¿Por qué aquella generación no estuvo presente en su momento? Pero igual, felicito ahora a todos ustedes que están presentes aquí. Porque debía ser así, la justicia divina va a caer, eso lo sabemos”, concluyó.

La Dra. Viviana Picasso, se manifestó en favor de no terminar “esto acá como un recuerdo”.

“Empecemos a actuar, para terminar con las violaciones y abusos en Puan, cada uno desde su lugar. Nosotros como médicos, los docentes, las familias, enseñemos el respeto a los otros, el observar que el “no” es “no”, es suficiente motivo o de lo contrario es abuso”.

“Hoy cumplimos nuestro objetivo, sigamos trabajando”, finalizó.


Fuente: Todas las Voces Puan