22/10/2018REGION

Encadenadas del Oeste: arranca el debate por el nuevo plan de manejo.

A un año de las últimas inundaciones, la consultora ABS finalizó el estudio de la cuenca. El documento propone evitar a toda costa el trasvase de agua a Epecuén, construir una segunda planta de bombeo y derivar el arroyo Pigüé hacia Laguna Del Monte. Todo se definirá en los comités de cuencas.

A un año de las inundaciones que tuvieron a maltraer a Bonifacio y Guaminí -y que casi generan un conflicto con Carhué por la negativa de esta población a permitir el trasvase de agua hacia Epecuén para aliviar a las otras lagunas-, finalmente concluyó el estudio técnico que se utilizará para generar un nuevo plan de manejo del sistema de Las Encadenadas del Oeste.

El informe fue desarrollado por la consultora ABS SA y brinda recomendaciones -no directivas, se aclaró- que los comités de cuenca de cada distrito deberán analizar en las próximas semanas.

Luego, en una instancia posterior, se debatirán las pautas del nuevo manual de manejo. Por el tenor del estudio, se prevén no pocas discusiones en los próximos meses.

El documento, básicamente, asignó distintos roles a cada laguna del sistema, y determinó en función de ello qué acciones se deben seguir.

La laguna Alsina, la más alta de la cuenca, está planteada como “el gran reservorio del sistema”, tanto para enviar líquido aguas abajo (a las otras lagunas) como para derivarlo hacia la cuenca del Vallimanca y, de allí, a la del Salado.

Estableció además que el trasvase desde Alsina a las otras lagunas de la cuenca sólo puede realizarse con fines ecológicos, económicos y turísticos, lo que a priori restringiría severamente el ingreso de agua proveniente de la sierras.

En este punto -se cree- podría haber fuertes discusiones con los productores y el municipio de Coronel Suárez. Es que, si se cierra la posibilidad de trasvasar aguas abajo en caso de crecidas, ante una saturación de Alsina no quedará otra que desviar el líquido que baje de las sierras al Huascar, poniendo en riesgo de inundación a los campos de ese distrito.

Otra consideración relevante es que Del Venado -la segunda laguna más baja de las cinco- tendrá el rol de “pulmón”. Por ende, su nivel debería mantenerse bajo, a fin de que pueda recibir los excesos de las otras dos lagunas intermedias -Del Monte y Cochicó- sin necesidad de pensar en un inmediato trasvase a Epecuén.

A Cochicó, en tanto, le otorgó el rol de balneario y recomendó el cuidado de sus playas, la pesca y un sector de bajada de lanchas. Algo parecido hizo con Del Monte –la laguna que baña las costas de la ciudad de Guaminí-, poniendo un mayor cuidado en la cuestión de los niveles vinculados con la seguridad del ejido urbano.

El estudio de ABS determinó además una serie de obras “fundamentales” para la cuenca, como el desvío del arroyo Pigüé desde la laguna Del Venado a Del Monte; la construcción de una planta de bombeo que permita pasar agua desde Del Monte a Cochicó, en la zona de Álamos (similar a la que existe entre Cochicó y Alsina); y la ejecución de estaciones hidrológicas que brinden información permanente sobre los niveles del sistema y los ríos y arroyos aportantes.

De la misma forma, planteó la necesidad de ejecutar un canal de drenaje y el tendido cloacal en Bonifacio, para evitar problemas por la suba de la laguna Alsina, como ocurrió el año pasado.

Otra obra clave para el sistema -indicó ABS- es la ampliación y optimización del partidor de Piñeyro, en Coronel Suárez. Se trata del sistema de compuertas que permitirá desviar el agua que baja de las sierras hacia laguna Alsina o la cuenca del Vallimanca, según convenga. Esta obra, actualmente en ejecución, estaría finalizada en marzo.

“Será un aporte muy grande al equilibrio de la cuenca -indicó el intendente de Adolfo Alsina, David Hirtz-. Por primera vez tendremos un instrumento para definir que el agua ingrese o no al sistema”.

“Con el partidor, el bombeo (de Cochicó a Alsina) y el canal aliviador (hacia la cuenca del Salado) funcionando, tendríamos que hablar de una situación de catástrofe para que volviésemos a tener problemas en la cuenca”, aseguró.

Hirtz dijo a La Nueva. que para la confección del informe se tuvieron en cuenta datos estadísticos y estudios sobre la cuenca en épocas de lluvias y de sequía.

“A partir de allí se fijaron distintos tipos de objetivos: ecológicos, hídricos, de producción y de manejo, y se propusieron obras complementarias. No se trata de la idea de un grupo de gente, sino de un trabajo científico de una de las consultoras más prestigiosas del mercado. Esto tiene que darnos el pie para ponernos de acuerdo y encontrar consensos entre municipios, el área de Hidráulica, el INTA y el ministerio de Agroindustria, entre otros”, añadió.

Explicó que la consultora no definió nuevos niveles de operación para los espejos de agua de las Encadenadas, sino que estableció criterios de manejo.

“Por ejemplo, fijó a la laguna Alsina como el gran reservorio del sistema, para acumular agua si falta, para que se atenúen impactos o bien enviar aguas hacia abajo. Por supuesto, con esto también se pone sobre el tapete la redefinición de los niveles mínimo, objetivo y máximo, un tema que debería comenzar a discutirse en el Comité de Cuencas”, sostuvo.

Hirtz remarcó que, aunque no recomendó niveles de agua para otras lagunas, la consultora sí estableció que Epecuén no debería superar los 93 metros sobre el nivel del mar(msnm), entendiendo que es la altura óptima del agua vinculada a la concentración de minerales y sales.

“No es una cuestión de cuidado urbano, sino de la preservación del recurso”, explicó.

Más allá de esta indicación, reconoció que es necesario que todos los actores del sistema –es decir, municipios y comités de cuencas- lleguen a un consenso sobre los niveles que tiene que tener cada una de las lagunas.

“A partir de estos consejos, ahora hay que determinar si vamos a modificar el manual de operaciones”, finalizó.

Objetivos claros

A preservar. El estudio considera que la actividad turístico-termal de Epecuén es uno de los bienes a preservar, ubicándolo apenas por debajo de la defensa de los casos urbanos, que constituyen la máxima prioridad.

Valor agropecuario. El informe de ABS le otorga un bajo valor agropecuario a las tierras que rodean las lagunas, al entender que el sistema tiene tal oscilación que impide darles mucho valor agronómico. “Por ello no les asigna prioridad”, dijo Hirtz.

Impacto. “También se creado un modelo matemático para que, en caso de un gran acceso de agua que pueda traer consecuencias negativas en la cuenca del Salado, laguna Alsina pueda absorber el impacto inicial”, aseguró Hirtz.

Estación. Semanas atrás, la gobernadora María Eugenia Vidal puso en funcionamiento el remodelado sistema de bombas entre las lagunas Alsina y Cochicó, que estaba fuera de funcionamiento por falta de mantenimiento.

Fuente: La Nueva.