20/08/2017REGION

En Bolívar hay 400.000 hectáreas afectadas por las inundaciones y el agua ya sube a la Ruta 65.

La inundación en el Partido de Bolívar asume niveles dramáticos, especialmente en la afectación que sufre la zona rural, comprometida en más de un 75 por ciento de la superficie productiva. Efecto cadena por el desborde de las cuencas del Vallimanca y Las Encadenadas del Oeste.

Relevamientos aéreos efectuados en las últimas horas grafican minuciosamente esta situación, pudiendo observarse grandes masas de agua rodeando virtuales islas de campo que, por esta misma razón, se transforman en inaccesibles y por lo tanto también fuera del circuito productivo.

El anegamiento ha sido generado al menos por tres factores decisivos: los excesos de lluvias, superiores a la media histórica para esta época del año, por la derivación de aguas desde otras cuencas inundadas y por algunos alteos que productores efectuaron para proteger sus propias explotaciones en perjuicio de sus vecinos.

La zona sin dudas más castigada es la de Ibarra-Urdampilleta que sufre el ingreso de grandes caudales de agua provenientes de la laguna Alsina, donde se han realizado obras de emergencia para evitar daños a la ciudad de Guaminí. En esta cuenca de nuestro partido parte del agua literalmente se “encajona” y no encuentra cauce para su escurrimiento, motivo por el cual grandes extensiones deberán aguardar que el agua se elimine por filtración hacia las napas que ya no soportan “ni una gota más”, como lo expresó a este medio un productor del lugar.

Otro lugar severamente afectado (en rigor lo es la totalidad del distrito) es la zona de Hale. Allí las precipitaciones han sido menores que las sufridas en el suroeste del partido pero, sin embargo, obras privadas que han sido denunciadas ante las autoridades de Hidráulica han generado una acumulación de líquido que hoy amenaza con romper los tajamares construidos y provocar una suerte de alud que arrase a su paso con mejoras, instalaciones rurales y especialmente con la capa fértil de esos suelos.

Al respecto, supimos ayer de boca el propio intendente municipal que, siguiendo los consejos y el monitoreo de técnicos de Hidráulica, se harían dos cortes sobre esos taludes para intentar comenzar a drenar el agua en forma controlada.

La cuestión en el sector oeste del partido también es compleja. Estos cuarteles reciben excedentes que escurren desde General Villegas hacia Henderson y desde allí, cruzando la ruta 226, van alojarse a los campos más fértiles del distrito, muchos de los cuales tampoco tienen posibilidades de escurrimiento por declive.

Finalmente, el sureste del distrito, es decir la cuenca del arroyo Vallimanca, está derivando excedentes que provienen de la zona de sierras. El arroyo hace varios meses que está con su cauce desbordado provocando anegamientos de los campos linderos y aún se está al aguardo de los picos máximos que pudieran ocasionar, por rotura de los caminos perpendiculares a la ruta 226, el tránsito de esas aguas hacia Bolívar.

PRENSA NACIONAL EN BOLIVAR

Alertas efectuadas por la Sociedad Rural de Bolívar y mensajes de pobladores rurales hicieron desembarcar en nuestra ciudad a móviles de al menos dos canales televisivos de alcance nacional, amplificando de este modo el conocimiento de la problemática local. Quizás uno de los temas que más impactó en esas pantallas fue el aislamiento que sufre la Escuela Nro. 14, hacia donde no pueden llegar alumnos ni docentes.

Al respecto Fernando Alzueta, presidente de la entidad ruralista, con quien dialogamos telefónicamente ayer mientras se encontraba en la localidad de Ibarra, denunció que hubo intentos por trasladar esas clases al Club de Ibarra recibiendo negativas de algunas autoridades escolares.

¿EL AGUA LLEGARA A LA PLANTA URBANA?

El intendente municipal Eduardo Bali Bucca informó su pedido para provocar un corte de la ruta 226 tendiente a descomprimir la acumulación que se registra en las inmediaciones de la rotonda de esa ruta con la 65.

Integrantes del Bloque de Concejales de Cambiemos, (también fue invitado a participar Ricardo Criado) junto al subsecretario del Ministerio del Interior, Juan Carlos Morán, a la directora de Desarrollo Social Sandra Santos y otros funcionarios provinciales, entre ellos el director provincial de Emergencia Social, Fernando Bones, mantuvieron ayer permanentes reuniones e informaron a este medio la plena disposición a colaborar en la emergencia.

El concejal José Gabriel Erreca dijo al Diario La Mañana de Bolivar que, evaluada la situación general, es preciso hacer un llamado a la prudencia y no generar una sensación de alarma desmedida. Coincidentemente con la opinión general de cuantos estuvieron reunidos, informó que, dadas las actuales condiciones, hay una muy baja probabilidad de que el agua llegue al caso urbano de la ciudad. “Es necesario que sean los técnicos especializados quienes den su veredicto”, enfatizó Erreca, haciendo hincapié en la imperiosidad de generar un encuentro de trabajo con todos ellos, tentativamente dispuesto para hoy en horas de la mañana.

Sin perjuicio de ello y a fines estrictamente preventivos, la directora Sandra Santos manifestó que, desde el área que ella conduce, ya se dispuso el envío de elementos para atender cualquier emergencia que se produzca. Destacó que hay una partida de colchones, alimentos no perecederos y hasta de un bote con motor que llegaron a Bolívar en las últimas horas del viernes.

PALABRA DEL INTENDENTE

Consultado al respecto el intendente municipal de Bolivar, no descartó que deba producirse algún tipo de “intervención” sobre la ruta, aunque según sus propias palabras “la situación está estable y, si no se producen lluvias importantes”, no habría motivos para temer el ingreso del agua a la ciudad.

Bali Bucca explicó que hay una gran masa de agua que se desplaza paralela a la ruta 65, sobre la margen izquierda de esa cinta asfáltica viniendo hacia Bolívar. Esos excesos naturalmente escurren por debajo de la ruta 65 por tres alcantarillas ubicadas en las zonas más bajas. Para evitar que el agua pase hacia el otro lado, esas alcantarillas fueron taponadas lo que generó que se llenaran los terrenos bajos de ese lugar y el agua comenzara a circular por la estación de servicio abandonada que está enclavada precisamente en ese sector, amenazando con cruzar la ruta 226. Si así sucediera, y lo hiciera con mucho caudal, se provocaría un corrimiento rápido hacia el casco urbano haciendo peligrar, en principio, a los barrios Latinoamericano y Palermo.

Bucca fue enfático en afirmar que “si el consejo técnico indica la necesidad de cortar la ruta no hay que dudar y habrá que hacerlo”, aunque coincidió en la conveniencia de hacer un llamado a la prudencia y la tranquilidad general.

También el intendente informó que estaba convocando a una reunión para las 19 horas del viernes a todos los actores municipales vinculados con Defensa Civil y servidores de emergencias, reunión a la que también invitó a integrantes de otras fuerzas políticas y de instituciones, para provocar el armado de una suerte de comité de emergencia preventivo. De todo ello se informa por separado.

Fuente: Diario La Mañana.