14/05/2017PRODUCCION

Los cultivos transgénicos alcanzaron las 185 millones de hectáreas en 2016.

La adopción de los genéticamente modificados se incrementó 110 veces en los últimos 21 años. La Argentina continúa en el tercer lugar, con casi 24 M/H, detrás de los EE.UU. y de Brasil.

En el año 1996 se sembraron 1,7 millones de hectáreas de cultivos transgénicos genéticamente modificados (GM) en todo el mundo. A fines de 2016, esa cifra se incrementó 110 veces hasta llegar a las 185,1 millones de hectáreas.

El dato surge del informe informe anual Estado mundial de los cultivos transgénicos genéticamente modificados (GM) comercializados en 2016, que realizó el Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones de Agrobiotecnología (ISAAA por su sigla en inglés).

El informe demuestra también los beneficios que estos cultivos han aportado a los agricultores en los países industrializados y en desarrollo, así como los beneficios que las nuevas variedades brindan a los consumidores.

“Los cultivos transgénicos se han convertido en un recurso indispensable para los agricultores de todo el mundo, debido a la gran cantidad de beneficios que ofrecen por su mejor productividad y rentabilidad, así como por el menor esfuerzo que requieren”, afirmó Paul S. Teng, presidente del directorio de ISAAA.

“Gracias a las autorizaciones comerciales y al cultivo de variedades de papas y manzanas genéticamente modificadas, los consumidores comenzarán a disfrutar los beneficios directos de la biotecnología en frutas y hortalizas que se dañan, o se echan a perder menos, lo que permite reducir sustancialmente el desperdicio de alimentos y los costos que tienen para el consumidor”, agregó el profesor Teng.

Al examinar otros beneficios de la biotecnología, los informes del ISAAA muestran que la adopción de los cultivos GM redujo las emisiones de CO2 y que, en años recientes, la reducción fue equivalente a eliminar aproximadamente 12 millones de automóviles por año de las calles.

Tal adopción permitió, además, conservar la biodiversidad, ya que hubo 19,4 millones de hectáreas de tierra menos dedicadas a la agricultura en 2015 y disminuyó el impacto ambiental mediante reducciones del 19% en el uso de insecticidas y herbicidas.

Asimismo, en los países en desarrollo, los cultivos transgénicos aumentaron los ingresos de 18 millones de pequeños agricultores y sus familias, según se precisó en el trabajo de investigación.

“La biotecnología es una de las herramientas necesarias para ayudar a los agricultores a cultivar más alimentos en menos tierra”, explicó el coordinador global de ISAAA, Randy Hautea.

“Sin embargo, las promesas de los cultivos transgénicos sólo pueden convertirse en realidad si los agricultores pueden usarlos. Y esto depende de que se hagan las pruebas científicas necesarias para otorgar las autorizaciones regulatorias”, agregó Hautea.

El ISAAA considera que, a medida que se aprueben y se comercialicen más variedades GM, el porcentaje de adopción irá en aumento y beneficiará a los agricultores de los países en desarrollo.

Por ejemplo, se están comenzando a ver avances en los países africanos, como Sudáfrica y Sudán, donde la adopción va en aumento.

En el resto del continente está surgiendo una nueva ola de aceptación impulsada por los avances en la revisión regulatoria y las autorizaciones comerciales para una amplia variedad de cultivos GM que se están desarrollando en Kenia, Malawi, Nigeria, Etiopía, Ghana, Nigeria, Suazilandia y Uganda.

El informe del ISAAA señala, además, los avances que se han producido en varios terrenos. Esto incluye las autorizaciones comerciales de las papas Innate Russet Burbank Gen 2 (aprobadas para el consumo en los Estados Unidos) y las papas Simplot Gen 1 White Russet (aprobadas en Canadá).

Estas variedades de papas GM se pardean menos (toman color pardo) y tienen niveles más bajos de asparagina, lo cual disminuye la producción de acrilamida (una sustancia potencialmente cancerígena) en la cocción a altas temperaturas.

Además, en 2016 se cosecharon y almacenaron durante el invierno las primeras manzanas Arctic (que no se oscurecen al cortarlas), las cuales podrán venderse en los Estados Unidos en 2017.

Otros aspectos destacables del informe de ISAAA de 2016 precisan que la superficie mundial cultivada en 2015 fue de 179,7 millones de hectáreas y de 181,5 M/H en 2014.

Un total de 26 países, entre los cuales se encuentran 19 en desarrollo y 7 países industrializados, cultivaron transgénicos en 2016.

Los países en desarrollo fueron responsables del 54% de los cultivos GM, mientras que los países industrializados representaron el 46%.

Diez países, en América Latina, cultivaron un total de 80 millones de hectáreas de cultivos transgénicos.

En 2016, los principales con cultivos GM continuaron siendo los Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá e India. Estos países combinados representaron el 91% de la superficie mundial con cultivos GM.

Cuatro países en Europa —España, Portugal, República Checa y Eslovaquia — sumaron más de 136.000 hectáreas de maíz transgénico, lo cual representó un aumento del 17% con respecto a 2015 y mostró la necesidad que tienen los países europeos de contar con maíz resistente a los insectos.

Si se tiene en cuenta la superficie mundial de cada cultivo, el 78% de la soja, el 64% del algodón, el 26% del maíz y el 24% de la canola fueron transgénicos.

Acerca de ISAAA

El Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones de Agrobiotecnología (ISAAA, por su sigla en inglés) es una organización sin fines de lucro, que cuenta con una red internacional de centros diseñados para contribuir a disminuir el hambre y la pobreza a través del intercambio de conocimientos y de aplicaciones biotecnológicas en el área agrícola.

Clive James es presidente emérito y fundador de ISAAA; ha vivido y trabajado en países en vías de desarrollo de Asia, América Latina y África durante los últimos 30 años, y ha dedicado sus esfuerzos al desarrollo y a la investigación de problemas agrícolas, especialmente en el área de la biotecnología agrícola y la seguridad alimentaria a nivel mundial.

Randy Hautea, coordinador general de ISAAA y director del Centro ISAAA para el sudeste de Asia, se incorporó a ISAAA en 1998 tras haberse desempeñado como director del Instituto de Fitogenética de la Universidad de Filipinas Los Baños.

Más información se puede obtener en www.isaaa.org (Reuters).
La soja tolerante a glifosato

El primer cultivo transgénico en la Argentina fue la soja tolerante a glifosato.

Se aprobó en 1996 y, desde ese momento, el área sembrada con cultivos GM ha crecido en forma sostenida. La tasa de adopción de cultivos GM es una de las más altas en cuanto a adopción de nuevas tecnologías en el sector agropecuario argentino y supera, inclusive, a la observada con la incorporación de los híbridos en el cultivo de maíz. Esto indica un alto grado de satisfacción por parte del agricultor con respecto a los beneficios que provee la biotecnología, que ofrece, además de la disminución de los costos, otras ventajas, como mayor flexibilidad en el manejo de los cultivos, disminución en el empleo de insecticidas, mayor rendimiento y mejor calidad de la producción. Un trabajo realizado por Eduardo Trigo, para ArgenBio, concluyó que este proceso de incorporación de nuevas tecnologías tuvo un profundo impacto de transformación en la agricultura argentina y en la economía nacional.

Los beneficios totales generados por los cultivos genéticamente modificados fueron calculados en más de U$S 70.000 millones en los primeros 15 años desde su introducción en Argentina. (Fuente: ArgenBio).En el caso de la soja, en la Argentina se cultivan variedades tolerantes a glifosato y ya es la tercera campaña que se siembran variedades que combinan la tolerancia a glifosato con la resistencia a insectos.

Por otro lado, el 90% del algodón transgénico sembrado correspondió a variedades con características combinadas de tolerancia a glifosato y resistencia a insectos.

Para el caso del maíz transgénico, de las hectáreas totales sembradas, más del 75% fueron híbridos con características combinadas de tolerancia a herbicidas y resistencia a insectos, y una fracción menor fueron híbridos con tolerancia a herbicida o resistencia a insectos, por separado. La autorización para la comercialización de un cultivo transgénico está a cargo de las autoridades del ministerio de Agroindustria, y se basa en los informes técnicos elaborados por tres Direcciones y sus comisiones asesoras.

En realidad, no es el cultivo el que recibe la autorización, sino el evento de transformación genética, o simplemente evento. Un evento es una recombinación o inserción particular de ADN ocurrida en una célula vegetal, a partir de la cual se originó la planta transgénica.

La Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA) define evento como “la inserción en el genoma vegetal en forma estable y conjunta, de uno o más genes o secuencias de ADN que forman parte de una construcción genética definida".

Los eventos de transformación son únicos.

Fuente: La Nueva. y ArgenBio.