16/02/2018JUDICIAL

"Estábamos muy cerca y se escapó el tiro".

Fueron los dichos de Lionel Agrello Nievas en el juicio que se le sigue como presunto autor del homicidio que le costara la vida a Néstor Díaz al referirse al disparo, asegurando que nunca apretó el disparador de la escopeta. "La cárcel no es para mí, ahí viví muchas cosas feas. Yo no soy un delincuente, soy un trabajador", agregó entre lágrimas.

Durante el inicio de la primer jornada del juicio oral y público que se le sigue a Lionel Agrello Nievas por el homicidio de Néstor Díaz el único imputado del caso y presunto autor material del hecho tomó la palabra y dio su versión de los hechos ocurridos en la madrugada del 4 de agosto del 2016, como así también los hechos de los días previos que desencadenaron en la tragedia en la que perdió la vida el músico suarense.

Lionel, que se encuentra alojado en la Unidad Penitenciaria N° 19 de Saavedra luego de que en la mañana del 4 de agosto se entregara a las autoridades policiales de Coronel Suárez comenzó su alocución entre lágrimas, describiéndole al jurado el contexto en el que habrían sucedido los hechos.

A diferencia de un juicio tradicional, en el juicio por jurado los testigos deben dirigirse en sus alocuciones al jurado y no hacia el Juez profesional del organismo ya que quien decide la culpabilidad o inocencia del acusado es el jurado de doce personas.

El Dr. Ricardo Gutiérrez, Juez del Tribunal en lo Criminal N° 1, previo a la declaración del imputado le aclaró al jurado que a diferencia de los testigos citados por la Fiscalía y la Defensa los imputados de un delito no prestan declaración bajo juramento por lo que no tienen la obligación penal de no mentir u ocultar la verdad, y tampoco están obligados a prestar declaración.

"Soy una persona trabajadora, soy albañil y trabajo desde los 11 años", comenzó explicando Lionel Agrello. "A los 15 años conocí a mi pareja y madre de mis hijas y a los 16 me fui a vivir con ella a una casa que comenzamos a alquilar", agregó

"Por cuestiones de la vida, luego de siete años decidimos separamos y ahí es donde tuve la mala suerte de conocer a Bianca, quién me decía que estaba sola".

"Yo me mandaba mensajes con Bianca y por caballerosidad le pregunté a Néstor (Díaz) si él seguía con ella y él me dijo que no estaban más juntos, que no había problemas".

"Comenzamos a estar juntos, yo volvía de trabajar, buscaba a mis hijas y me iba a la casa de ella o ella venía a la mía".

Siguiendo con el relato de los hechos, señaló que "el 4 de agosto yo me iba a cazar con un amigo; la noche previa, el 3, nos juntamos en casa con unos amigos y las hermanas de Bianca. Durante la charla surgió el tema de Bianca y los chicos me decían que vuelva con mi señora y los chicos... me abrieron los ojos, digamos".

"Por otro lado, Néstor andaba diciendo que me quería matar".

"Terminamos de cenar, llevo a las hermanas de Bianca a la casa porque había acordado con su mamá que yo las iba a llegar y cuando regreso a mi casa la llamo a Bianca y le digo que iba a volver con mi señora; agarré la computadora y le escribí a Néstor pidiéndole disculpas. Es ahí donde él me dice que me iba a matar, le pedí que se tranquilizara, él me dijo que vaya a su casa y me dibujó un planito de cómo llegar".

"Mis amigos me quisieron acompañar y les dije que no. Agarré el auto, llegué a su casa y él no estaba, lo esperé y no llegó, entonces me fui. Cuando salgo para mi casa me lo cruzo en la calle, bajo el vidrio y me insulta; doy la vuelta a la manzana y bajo. Se me viene corriendo a los gritos con un palo con una cadena en una mano y un fierro en la otra; decía que me iba a matar a mí y a mis hijos".

"Estaba indefenso, miré dentro del auto y tenía la escopeta. La agarro y le digo que se calme. Estábamos muy cerca, me apoyo en el auto y se escapó el tiro".

"Agarré la escopeta y me fui a mi casa; a media cuadra dejé la escopeta porque estaba la Policía haciendo control y no quería que me la secuestren y luego llamé a mis amigos para decirle que se vayan de mi casa porque seguramente vaya Néstor con los amigos".

"Entré a mi casa, puse una silla en el picaporte por las dudas, activé la alarma y me acosté a dormir porque me tenía que levantar a las 6 para ir a trabajar".

"Cuando me acuesto me llega un mensaje y recibo una llamada de Bianca que me pregunta qué había pasado; le dije que nada y le pregunté por qué; luego recibo otros llamados diciendo que me busque un abogado porque Néstor estaba muy grave y yo le digo que no puede ser que se haya lastimado porque en ningún momento accioné el gatillo. Fue ahí donde me quedé pensando que habría pasado y la llamé a mi señora para pedirle que vaya a mi casa".

"Después llamé a un primo que es Policía y le dije que si de verdad Néstor estaba tan mal yo me iba a entregar porque yo no podía vivir con una carga semejante".

"La cárcel no es para mí, ahí viví muchas cosas feas. Yo no soy un delincuente, soy un trabajador", concluyó su relato entre lágrimas Lionel Agrello.

Seguidamente el Fiscal del caso, Dr. Mauricio Del Cero, formuló una serie de preguntas y repreguntas al acusado durante unos 20 minutos, que incluyó demostraciones del uso de armas de fuego para lo cual se exhibió la escopeta doble caño calibre 16 con la que se hirió de gravedad a Néstor Díaz, el descarte de dicho arma en una vivienda en construcción y el llamado telefónico a su primo policía.

"A mi primo no le dije que pasó; solo le dije que se imagine lo peor que se le puede hacer a una persona", contestó Agrello a la pregunta del Fiscal quién entonces le repreguntó como es que le dijo a su primo que "había hecho lo peor que se le puede hacer una persona" si antes dijo que nunca disparó. El acusado respondió que "para ese entonces ya había entrado en razón y estaba dispuesto a entregarme si realmente pasó lo que decían que había pasado".

"También hablé con mi mujer y le dije que me parecía que me había mandado una cagada", afirmó.