02/04/2018HISTORIA

Héctor Sauer, Veterano de Guerra, sobreviviente del A.R.A. General Belgrano.

“Me da mucha tristeza ver hoy a nuestro país tan enfrentado políticamente”.

Este vecino de Santa María, con apenas 18, 19 años, como la mayoría de los que combatieron en la Guerra de Malvinas, iba en el A.R.A. General Belgrano el domingo 2 de mayo navegando con tranquilidad porque estaban fuera de la zona de exclusión, cuando el barco fue alcanzado por un torpedo de un submarino inglés.

Cuando el capitán dio la orden de abandonar el barco, que se hundía indefectiblemente, Héctor Sauer cayó a las aguas de un mar helado y embravecido. Fue rescatado por compañeros de una balsa. Estuvo dos noches tiritando, mojado y con miedo, rezando junto a sus compañeros por el rescate, que recién apareció el día martes 4 de mayo.

Han pasado 36 años de este hecho que se circunscribe dentro de la Guerra de Malvinas; hoy Héctor transcurre sus días con su familia –esposa y tres hijos ya grandes- en el trabajo que desempeña en la Escuela Secundaria N° 2 de la tercera Colonia Alemana.

Al preguntarle cómo siente a la Argentina, cómo ve a los argentinos, este Veterano de Guerra responde que “se están aproximando 36 años que tuvimos la Gesta de Malvinas y uno que participó y juró la bandera para defender la patria la verdad que hoy me da mucha tristeza ver a nuestro país enfrentado políticamente. Un sector acusando a otro. Los otros saliendo todos libres. Mientras uno tiene compañeros que dejaron su vida por la patria, la verdad que me entristece mucho. No veo un futuro bien, si seguimos así, me da mucha tristeza”.

En su ámbito de acción, tomando en cuenta que las construcciones se realizan desde la patria chica, dice, con toda la certeza, que “la familia es el pilar. Sin la familia no sé qué seríamos. En la escuela uno se siente parte de esa familia de educación. En eso uno se siente muy bien y cómodo. De eso no puedo decir nada en contra”.

Sobre el regreso de los familiares el lunes para rendir homenaje a sus hijos, hermanos en el Cementerio de Darwin, Héctor Sauer lamenta que “tantos años tuvieron que pasar para que familiares pudieran reconocer sus cuerpos, y llorar en sus tumbas. Por suerte, en algún momento se les dio, a pesar que pasaron 36 años. Uno ve las imágenes de las madres que tuvieron que esperar tantos años, siendo tan fuertes, porque han sobrevivido, pudieron viajar. Son imágenes muy fuertes, que emocionan mucho”.

Al regreso al territorio en el año 1982, la familia y los amigos “fueron lo más importante, siempre tratando de apoyarnos, más allá de lo que sufrimos. Nuestros amigos, nuestra familia, fueron pilares fundamentales”.

Recuerda que, al regreso, “en nuestro pueblo chiquito, junto con Rubén, fuimos criados acá, nacimos acá, entre nuestras amistades, yo siempre conté la historia, lo que había vivido. La gente me preguntaba y no tenía problema en contestar. Quizá me costó hablar en público. Por mi timidez o porque no sé qué nos pasaba en ese momento”.

Agrega Héctor Sauer que prefiere “que se les diga héroes a los que dejaron su vida por la patria, a los 649 compañeros que entregaron su vida, derramaron sangre en tierra argentina por nosotros”.