02/04/2018HISTORIA

A 36 años de la Gesta de Malvinas. Acto central hoy en la vecina localidad de La Colina.

Izamiento del Pabellón Nacional en el gigantesco mástil del Parque de la Gloria, sobre la Ruta 85. Honor y gloria para nuestros Veteranos de Malvinas. Rubén Rowhein, Héctor Sauer y Dr. Rubén Luis Brodsky. La historia detrás de cada uno de estos ex Combatientes. El recuerdo imborrable cuando visitaron Malvinas en octubre de 2010.

Es inevitable que en esta fecha resurjan nuevamente los recuerdos más conmovedores y que de a poco fueron contando nuestros tres Veteranos de Guerra, a medida que iban transcurriendo los años, y que se reafirmaron en el viaje que emprendieron en el mes de octubre del 2010 a partir de una generosa cooperación del suarense Miguel Margiotta.

En esa oportunidad, y al regresar a las tierras irredentas, Rubén Rowhein y el Dr. Rubén Luis Brodsky se reencontraron, junto al Padre Vicente Martínez, que también formó parte del viaje, con el suelo malvinero, con sus montes, sus estepas, sus olores, el clima austral, con las durísimas trincheras o “pozos”, como se los denominó y que formaron parte del combate.

Allí estaba también Héctor Sauer haciendo un reconocimiento de los lugares más emblemáticos de las Islas Malvinas, ya que en época de la Guerra del Atlántico Sur se encontraba embarcado hasta su hundimiento en el ARA General Manuel Belgrano.

Entre los documentos fotográficos que trajeron y que cedieron a La Nueva Radio Suárez para su cobertura periodística se encuentra la visita emocionante, conmovedora y hasta dramática de las tumbas del Cementerio de Darwin, que por aquel entonces todas las placas rezaban “Aquí yacen los restos de un soldado solo conocido por Dios”.

Hubo tiempo para rezar, dejar la Virgen de Lujan, llevar banderas argentinas desde Coronel Suárez, mensajes de los alumnos de la Escuela N° 46 y la Unidad Académica, caminar por las calles de Malvinas, reconocer su geografía, visitar templos y otros sitios que son representativos de las características arquitectónicas de nuestras Islas.

Fue muy fuerte el reconocimiento de las trincheras, hurgar en el pasto malvinero y hasta encontrar rastros de algún abrigo, calzado y pequeños enceres para intentar consumir la escasa comida que se distribuía.

Los recuerdos fueron imborrables, los silencios hablaban por si solos, con el alivio de volver al lugar de lucha, donde tres jovencitos de aquel entonces, ya convertidos en hombres, con una historia semejante encima y que seguramente a partir de este viaje les permite cada año para esta fecha ahondar en la experiencia terrible.

De aquel viaje La Nueva Radio Suárez recuerda que se comunicó diariamente con cada uno de quienes integraron este inolvidable periplo, de allí surgía la emoción, la contundencia que representaba esta experiencia, las cruces, las casas, los montes, la recepción y después el regreso a Coronel Suárez.

En un domingo Día de la Madre, donde Coronel Suárez salió a la calle, los recibió sobre la Ruta 85, como no había ocurrido en el año 1982, cuando se produjo la capitulación en el mes de junio y regresaron a casa en soledad, abrazados por el amor de sus seres queridos.

El acto informal frente a la casa de la familia Margiotta, las palabras de bienvenida, los abrazos y el sentimiento que representa la gran Gesta de Malvinas.

Por eso hoy más que nunca, cuando los 36 años transcurridos a veces demuestran un poco de agotamiento frente a una realidad que siempre golpea, y hasta cierto destrato para quienes lucharon por la soberanía nacional, se torna necesario la presencia, la contención y el reconocimiento constante.

El acto en La Colina es además una demostración de confraternidad, ya que siempre los Veteranos de aquella localidad y General La Madrid han sido constantes visitantes de Coronel Suárez.

Hoy más que nunca ¡Viva Malvinas!, honor y gloria para quienes ofrendaron su vida y reconocimiento para nuestros Veteranos.