26/05/2018EDUCACION

“La Patria es memoria del pasado, pero principalmente, es un deber irrenunciable para con el futuro”.

Afirmó el Apoderado Legal del Colegio Fasta San José, abogado Federico Giacopazzi comprometiendo a toda la comunidad a trabajar unidos en el crecimiento de la Nación. Una jornada con profundo sentir patriótico, donde los padres se sumaron a bailar la chacarera con sus hijos y se compartió la alegría de la fecha Patria, con el firme propósito de ser “protagonistas” de esa historia que se gestó en 1810 y que se proyecta al futuro con valores cimentados en la Paz, el Amor, el Trabajo, la Educación, la Familia y la Unión. Además, se despidió a la docente Gloria Kusner que se adhirió al sistema jubilatorio tras una extensa trayectoria educativa en el colegio.

“Hoy somos nosotros los protagonistas y responsables de la historia que comenzó a gestarse en 1810 a orillas del Río de la Plata. Sigamos trabajando juntos, todos y cada uno de nosotros para que el sueño de libertad de aquellos patriotas de Mayo sea hoy y siempre una realidad. Por una Argentina unida con sueños de paz, amor, trabajo, educación, familia y unión” fue el deseo final de la comunidad del Colegio Fasta San José al conmemorar un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo de 1810.

Presidió el acto el apoderado Legal, abogado Federico Giacopazzi, la Inspectora del Nivel Inicial, profesora Fabiola Bretti, la directora del Nivel Primario, profesora Lucía Vilariño, el Capellan del Colegio, Padre Roberto Zerillo, el director del nivel Secundario, diacono Diego Arean, alumnos y familias.

Tras el ingreso de las banderas de ceremonias, la invocación religiosa por parte del Padre Roberto Zerillo y la entonación del Himno Nacional Argentino, la directora del Nivel Primario, Lucía Vilariño se refirió a la fecha Patria, valorando el coraje de aquellos hombres de mayo que con hidalguía gestaron la República.

“Más de 200 años han transcurrido desde aquella histórica Semana de Mayo, más de 200 años para que nuestro país transite su propia historia, más de 200 años donde hombres de bien han marcado el rumbo de nuestra Patria”, afirmó.

“Cuando en 1810 un puñado de hombres comunes soñaron formar una verdadera Nación, generosamente dejaron de lado el beneficio personal y con un único objetivo, el bien común, desplegaron cualidades tales como el valor, pasión, decisión y valentía; y con profunda vocación y generosidad llevaron adelante un proyecto, un ideal”.

“Fue una tarea, una responsabilidad, fue el amor a la Patria. Gracias a aquel grupo de hombres que gestaron la Revolución de Mayo de 1810, hoy somos los habitantes de un país pujante y libre”.

Parafraseando al Papa Francisco y su homilía hablándole a los jóvenes expresó, “la libertad significa saber reflexionar”. Los invito entonces, a reflexionar sobre los principios de igualdad, esfuerzo, trabajo y solidaridad que promovían esos primeros hombres que lucharon por nuestra Patria; a reflexionar sobre el pasado para soñar y construir un mejor futuro”.

“Hoy, nuestra querida Argentina necesita hombres y mujeres comprometidos y responsables para que estos Padres de la Patria estén orgullosos de nosotros y de cómo seguimos creciendo como país”, finalizó la directiva.

“La Patria estaba lista para comenzar a escribir su propia historia”

El Apoderado Legal, abogado Federico Giacopazzi, en sus palabras trazó el hecho histórico que impulsó a la República naciente en la lucha por su libertad, que se concretaría unos años más tarde, el 9 de julio de 1816.

“Más de tres siglos de historia nos ligaban a la Madre Patria que nos legó lengua, cultura y religión y que generosamente dejó prosperar fiestas y tradiciones propias”.

“Pero algo había cambiado: La España de aquel momento ya no era la España evangelizadora” sostuvo y agregó “la España de 1810, no era la España que nos trajo la fe y las virtudes cristianas que forjaron esta tierra. Algunas noticias políticas y sociales que venían del viejo continente daban el marco para empezar a creer que estas tierras estaban lo suficientemente maduras para ser soberanas, y había que dar el primer paso, la autonomía. Que culminarían con el grito de libertad del 9 de julio de 1816, por eso una fecha no se entiende sin la otra”, aclaró.

“No se trataba de cortar lazos ni de ser desagradecido con el reino de España, sino de empezar a tomar vuelo propio; como cuando los hijos emigran de la casa materna. La patria ya estaba lista para soltarse la mano y empezar, por sí misma, a escribir su propia historia”.

“La patria es un don de Dios para nosotros, un misterio, y es un camino de salvación. Amando a la patria, entendida como designio de Dios para mí, puedo salvarme. Y por eso creemos en esa vieja frase latina: “Pro Patria ad Deum” (Por la patria hasta Dios)”.

“La patria es ese recóndito llamado de la sangre que nos impulsa a amarla como destino y realidad, dice el padre Fosbery, fundador de Fasta”, afirmó Giacopazzi y destacó “uno no puede saber a dónde va, si no sabe de dónde vino”.

“La patria es la tierra, las tradiciones, el lenguaje, la cultura y la fe de mis padres, y de los padres de mis padres. La Patria es memoria del pasado, sí, pero principalmente, y por todo esto, es un deber irrenunciable para con el futuro, porque si no, ¿Cuál será el legado que les dejemos a nuestros hijos? ¿Cuál va a ser la patria que les dejemos a nuestros hijos?”, enfatizó.

“Así la entendemos, así la pensamos, así la amamos. ¡Tenemos un deber irrenunciable!”, finalizó el Apoderado Legal, abogado Federico Giacopazzi.

“Un 25 de mayo a orillas del rio”.

Tras las palabras, los alumnos de las segundas secciones del Nivel Inicial y de 2° grado de Nivel Primario recrearon escenas de la vida familiar en 1810, quienes con grandes sueños comenzaron a gestar, cada uno desde su lugar, la libertad.

Es así que recrearon y valoraron la labor que cada uno de los criollos desarrolló en aquella Buenos Aires de 1810: aparecieron los aguateros, las lavanderas, los caballeros y las damas, recrearon las tertulias familiares, las reuniones donde se compartían largas charlas, tortas fritas y mates.

Los grandes protagonistas fueron los niños, que con su inocencia y dulzura desplegaron cada uno de los bailes, y los aplausos se los llevaron los padres, quienes, junto a sus hijas, bailaron una chacarera.

Por último y rodeados por una inmensa bandera argentina, los pequeños convocaron a trabajar, todos unidos, por un país en donde reine el trabajo, la unidad, la solidaridad, la educación, el amor y la familia.