15/07/2017EDUCACION

¡Felicitaciones Soledad! Te vas de la docencia con el aplauso de tus alumnos y el cántico: “¡No se va, la Sole no se va!”.

Soledad Bilbao, Profesora de Matemática en el Colegio San José y también integrante del equipo directivo del Instituto Nº 160, terminó el viernes su último día de labor docente, ya que se jubila de la actividad, por más que tenga previsto concursar algunas horas en el nivel superior.

Por la noche fue el acto de despedida como Vicedirectora de la Unidad Académica, a cargo del Instituto de Formación Docente Nº 160.

A media mañana del viernes, en su último día como docente, estaba tomando un examen escrito a estudiantes del nivel secundario.

Cuando terminó se predispuso a la entrevista, momentos antes le había avisado la Vice del secundario que antes de retirarse pasara por el SUM del establecimiento, en tácito anticipo que la esperaba una sorpresa final.

“Me siento muy rara. Este es un momento muy planeado, muy esperado, muy deseado. El momento llegó por decisión personal, tomada como corresponde. Pero cuando llega el momento real te aparecen un montón de cosas, inesperadas algunas, que tienen que ver con una profesión que me acompañó 31 años y que desarrollé responsablemente, poniendo todo lo que soy, luces y sombras”. La Profesora Bilbao expresó que “todo lo puse en el desempeño de la profesión. Estoy muy agradecida, porque yo en este momento con lo que me quedo es con lo que aprendí de la gente con la que trabajé y con lo que aprendí de mis alumnas, y con lo que aprendí de mí misma, encontrándome con todos los demás”, dijo ante la consulta en torno a cómo se sentía en el día en que le estaba poniendo cierre a un ciclo.

Agregó que “la tarea docente es una tarea para personas especiales, que no se desarrolla sin vocación. Es una tarea delicada, muy importante. Las docentes tenemos esto que nosotros sembramos y hay algo de místico o religioso en lo que hacemos, porque le ponemos mucha fe y mucha esperanza a lo que hacemos, porque nunca vemos los frutos. El año pasa, los chicos aprueban o no, pero hacemos el mejor trabajo posible, confiando en que eso es bueno para ellos y que va a tener sus frutos, en un futuro que no vamos a ver. Entonces es una tarea muy esperanzadora, siempre”.

“Tal vez no tiene esa vuelta inmediata de la satisfacción del fruto de lo que vos sembraste, pero es una tarea hermosa y es una tarea de la que yo, personalmente, aprendí más de lo que enseñé. Yo creo que cuando uno recibe el título cree que va a enseñar y en el momento mágico del enseñar y el aprender todos aprendemos. Uno aprende cosas que son importantes para la vida y se encuentra a sí mismo en ese encuentro con los otros. Tengo que dar gracias por lo que aprendí en todos estos años de trabajo compartido, sobre mí y sobre los otros”.

Luego de la entrevista Soledad Bilbao se dirigió hacia el SUM del Colegio San José. El aplauso de los alumnos del nivel secundario estalló al ver su ingreso. La ubicaron en una silla, frente al escenario. Se abrió el telón y empezó el desarrollo de un sketch donde los estudiantes graficaban un día de clase con esta Profesora de Matemática. Dejaban claro que cuando Soledad ingresaba al aula hacía notar su presencia. El aula se ordenaba. No pasaba por alto la ausencia de ningún alumno y aunque las bromas discurrían entre la clase quedaba claro que en su transcurso se aprendía.

No solamente estaban los estudiantes actuales: tres alumnos que egresaron el año pasado también se hicieron presentes para saludar a su docente de matemática en el último día de clase.

Cuando el sketch terminó Soledad Bilbao les habló a los alumnos.

“Me tomaron de sorpresa, yo no esperaba esto. Aclaro algunas cosas: no es verdad que en 5to año trabajamos 2 + 2 (había sido uno de los ejercicios de la escena humorística), pero todo bien. Tampoco es verdad que estaban tan calladitos en el aula. Es una sorpresa, les agradezco mucho que hayan pensado en este día y que tenían ganas de tener este momento para mí, de regalarme este momento. Lo que espero es que ustedes entiendan que yo venía acá a trabajar. Nuestro trabajo docente consiste en tironearlos a ustedes, todos los días sabemos que lo que uno quiere para ustedes es algo mejor. Es verdad, no la pasan bien, al estilo que ustedes la quieren pasar bien en el colegio. No es divertido, no es relajado. Estoy convencida que por lo que trabajamos todos los docentes, todos los días, es un bien para ustedes”.

“Es algo que querría para todos los chicos del país. La educación es muy importante y en el momento educativo que ustedes están se siembran cosas que se van a ver florecer mucho más allá. Muchas veces nos divertimos, muchas veces esas bromas, todas esas cosas son chistes que uno hace para ponerle onda a la clase. Espero que alguna vez entiendan, cuando sean mucho más grandes, que lo que hicimos día a día fue tratar de formarlos, para que sean personas de bien, responsables, serias, que tomen la tarea que les toque con seriedad y responsabilidad, sin dejar de ser divertidos y que los que se vayan a estudiar tengan armas suficientes y que descubran cuál es el sentido de la pelea que luchamos los profesores todos los días con ustedes. Uno tiene algo que cree que es bueno para el otro, sabe que no es fácil, pero tiene ese horizonte en el que reconoce que lo que tratamos de hacer es bueno. No fui una profesora fácil, liviana, que dejara pasar cosas. No lo hice nunca por mí, lo hice siempre por ustedes, en lo que creí que era bueno para ustedes”.

Esto fue lo que le dijo Soledad Bilbao ante sus alumnos, despidiéndose de su tarea docente.

El acto terminó con muchas fotos y coreando todos: “¡No se va, la Sole no se va!”.