25/11/2017CIUDAD

Nicolás Kasanzew, corresponsal de Guerra en Malvinas.

“La idea que nos han transmitido los argentinos es que nos llenaron la cara de dedos, que bien merecido lo teníamos, cuando es una mentira infame. Argentina le hizo frente a una de las potencias mundiales, le peleó de igual a igual, estuvo a punto de hacer retroceder al enemigo, lo dicen los mismos enemigos”.

Fue el corresponsal de Guerra destacado en Malvinas, en ese momento era un reconocido periodista de ATC, Argentina Televisora Color, de 1982.

Pero todo lo que informó desde las Islas Malvinas, en el momento de la Guerra, fue recortado, cambiado, minimizado, no publicado en su totalidad.

Al regreso de la guerra sobre este destacado periodista también cayó la desmalvinización establecida desde el Estado y con el acuerdo tácito de los argentinos.

Triunfalistas como somos, desde nuestra genética, nos interesaba más ver si podíamos tener revancha en el Mundial de Fútbol que se empezaba a disputar en España que en recibir a nuestros soldados, que habían defendido de manera admirable, a pesar del hambre, el frío y las condiciones técnicas insuficientes, la bandera celeste y blanca.

Pasaron los años, con Nicolás Kasanzew también se está haciendo reparación, se lo comienza a escuchar con atención, en torno a todo lo que tiene para decir sobre la Guerra de Malvinas.

Está en nuestra ciudad en estos días invitado por la Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas.

El viernes por la mañana brindó una conferencia de prensa para los medios de la ciudad. Luego visitó la Unidad Académica, donde a un nutrido grupo de estudiantes del secundario les contó cinco historias de coraje por parte de los soldados argentinos. Y por la noche brindó, en la sede de Luz y Fuerza, en calle Alem, una charla pública.

En el principio de la conferencia de prensa expresó que “yo quiero contar la historia completa de Malvinas, que ha sido relatada en forma sesgada por este discurso casi único que hay, que fue una guerra desventurada, triste, gris. La idea que nos han transmitido los argentinos es que nos llenaron la cara de dedos, que bien merecido lo teníamos, cuando es una mentira infame. Argentina le hizo frente a una de las potencias mundiales, le peleó de igual a igual, estuvo a punto de hacer retroceder al enemigo, lo dicen los mismos enemigos. Y nosotros contamos una versión totalmente distinta, influenciada por cuestiones ideológicas, por ignorancia, por esa confluencia de dos ocultamientos que hubo. Al principio donde los militares quisieron tapar las miserias, y los antimilitares quisieron tapar las grandezas. Como resultado de eso la Argentina sigue sin tener una idea clara de lo que fue la Guerra de Malvinas”.

El ciclo que charlas que está brindando ahora tiene el complemento de la música: “con un cantante santafecino que se llama Carlos Longoni, desde hace bastantes años, hemos hecho canciones donde se relatan episodios de la gesta de Malvinas. Yo hago la letra, él la canta. Hemos agregado algunas en estos últimos tiempos, porque me parece una manera gráfica y didáctica de llegar sobre todo a los más jóvenes, utilizando videoclips”.

Al ser consultado en torno a lo que se hizo con la información que él enviaba desde las Islas, indicó que “una vez, en ATC, calcularon que apenas el 5% de lo que nosotros grabábamos, con mi camarógrafo, Lamela, fue emitido. No sólo que fue ocultado sino que fue destruido. Obvia corroboración que lo que nosotros mandábamos no era funcional al discurso imperante triunfalista de ese momento. La censura existe en todas las guerras del mundo, es normal porque hay que proteger a los soldados, que una información no se filtre y nos ataquen. Pero en nuestro caso fue muy absurda, porque se censuraba sin ton ni son. Por ejemplo a mí me prohibieron, en medio de la guerra, filmar soldados conscriptos. Yo me negué a cumplir esa orden, seguí filmándolos. Imagínense la cantidad de material que fue destruido porque yo seguía filmando soldados conscriptos. La razón que me dieron era absurda. Me dijeron que no querían que se supiera que eran novatos, que eran jóvenes. Lo sabía todo el mundo. Era obvio. Yo tenía que filmarlos, por una cuestión de ética profesional, pero también porque ellos se ponían contentos. Primero porque pensaban que podían verlos sus seres queridos, y segundo porque nosotros, que no estábamos obligados, andábamos en las trincheras con ellos, como que de alguna manera los relajaba, que no era tan grave la cosa”.

Nicolás Kasanzew, al ser consultado sobre sus ganas de ser soldado, dijo que “de entrada, cuando llegamos con mi camarógrafo a las Islas, nos sentíamos primero argentinos antes que periodistas. Lo primero que hicimos fue pedir armas para participar de la defensa, una cosa medio ingenua, pero que era honesta. Una vez, durante un bombardeo, el camarógrafo mío me dijo: estuve pensando, si acá hay 10 mil tipos defendiendo las Islas yo soy el 10.001. Era la sensación que teníamos en ese momento. Por supuesto que los militares se nos rieron en la cara. De casualidad, porque yo insistía, en medio de un combate de artillería un oficial me dio el honor de disparar un cañón. Lo cual no me convierte en combatiente, de ninguna manera. Siempre digo que creo que simboliza a los 200.000 voluntarios libres que se anotaron para ir a las Islas a defender la soberanía y que no los dejaron ir”.

Luego llegó la pregunta obligada, el por qué desaparece de los medios tras el conflicto bélico y responde que “empezó luego de la caída de Puerto Argentino, el fenómeno conocido como desmalvinización, que es una forma de censura. Había que tapar. Por distintos motivos el gobierno militar y después los civiles taparon. A los soldados los escondieron, los llevaron entre gallos y media noche a sus casas, en trenes y colectivos ocultos, las ventanas tapadas con papel de diario. Lo mío era un coletazo de la desmalvinización. Había un militar muy bruto, que era el hombre fuerte del momento, Nicolaide, que dijo ‘Malvinas no existió’ y yo era un recordatorio viviente de que sí existió. Ya en el gobierno militar me sacaron del noticiero, me hicieron una campaña de difamación y después por otros motivos esto siguió con el gobierno de Alfonsín. Yo aguanté hasta el ´90 en el país. Pero un hombre puede vivir sin cualquier cosa menos sin trabajo. Y a la tercera oferta de trabajar en el exterior me tuve que ir”.

Profundizando el concepto de que no conocemos la verdadera historia de Malvinas, Nicolás Kasanzew dijo que “somos un pueblo obscenamente exitista. Como perdimos la guerra muchos dijeron ‘siempre estuve en contra’. También la propaganda triunfalista de ese momento frustró a mucha gente, porque mucha gente se entregó de corazón a la causa, juntaba dinero, las mujeres hacían mantas, comida”.

El periodista agrega en su franca conversación con el periodismo local que “y era como que estábamos a punto de entrar en Londres y de repente nos rendimos. Eso fue una frustración, la gente se sintió engañada. Eso fue también un motivo de la demalvinización. Encima las intenciones ideológicas de demonizar a las Fuerzas Armadas ‘in totum’”.

“Como veníamos de un fenómeno totalmente distinto al de Malvinas, que fue la represión ilegal e inmoral del proceso, entonces reivindicar a los guerreros de Malvinas que habían combatido limpiamente era reivindicar a parte de las Fuerzas Armadas. Ideológicamente eso no convenía. Entonces metieron todo en la misma bolsa. Cuando Malvinas es la antítesis del proceso. Fue una guerra limpia, por una causa noble, donde los generales y almirantes conspiraron contra la victoria argentina, porque nunca se jugaron, nunca fueron a la guerra. Se ha metido todo en una sola bolsa, y de ahí sale, en muchos casos, el rechazo a conocer la verdadera historia. Le dan la espalda a la verdadera historia. Si no conocemos nuestra historia no vamos a tener futuro como país. La gente que no conoce su historia va a repetir la historia del pasado”.

Kasanzew finalmente señala que “yo considero que Malvinas, cuando se termine esta hojarasca ideológica, se disperse con el paso de los años, va a estar a la par del cruce de los Andes. Es una gesta donde enfrentamos a casi el resto del mundo y salimos bastante airosos en cuanto a que combatimos con honor y valor. Hay un Veterano de la Guerra de Malvinas, un sobreviviente del Belgrano, que ahora es un tenor muy famoso. Yo cada vez que lo escuchaba hablar me deprimía, porque él hablaba pestes de la Guerra de Malvinas, que todo estuvo mal. Un día me invitan al programa de Fantino y está el. Me dije ‘ahora va a empezar de nuevo con la cantinela que todo estuvo mal’. Me sorprendió. Le dijo a Fantino en el programa que se había casado con una francesa, yo despotricaba contra la Guerra de Malvinas y mi esposa me dijo que me fijara los buques que hundimos, lo que conseguimos… me di cuenta que hicimos un gran papel en la Guerra de Malvinas y cambié mi discurso”.